El omega-3 es esencial para el cerebro de los adolescentes

Su carencia provoca ansiedad y disminuye las funciones cognitivas en la madurez


La carencia de omega-3 en la adolescencia provoca ansiedad y disminuye las funciones cognitivas en la edad adulta, ha descubierto un estudio. Afecta a las regiones cerebrales implicadas en el razonamiento y la regulación de las emociones, aunque sus efectos pueden corregirse con el tratamiento adecuado.


Redacción T21
26/06/2017

La alimentación pobre en ácidos grados omega-3 en la adolescencia tiene efectos negativos sobre la salud que se prolongan hasta la edad adulta, ha descubierto un estudio.

Más concretamente, la alimentación pobre en ácidos grasos omega-3 en la adolescencia disminuye las tasas de ácidos grados en el córtex prefrontal (implicado en las funciones cognitivas complejas como la toma de decisiones, el control ejecutivo o el razonamiento) y también al nivel del núcleo accumbens (implicado en la regulación de la recompensa y de las emociones), lo que en la edad adulta provoca estrés y ansiedad, y disminuye asimismo las capacidades funciones cognitivas.

El  estudio, que se publica en The Journal of Neuroscience, pone en evidencia los mecanismos que están en la base de patologías desarrolladas en ratones adultos que tuvieron una dieta pobre en omega-3 durante la adolescencia. Estos resultados han alumbrado nuevas terapias para corregir estos efectos, según se informa en un comunicado.

Los investigadores descubrieron además que dos formas básicas de aprendizaje neuronal, a nivel de sinapsis, se alteran en el córtex prefrontal y el núcleo accumbens en los ratones con déficit de omega-3.

Los investigadores han demostrado asimismo que dos métodos resultan eficaces para restaurar las funciones cerebrales de los ratones adultos con déficit de omega-3 y su comportamiento emocional y cognitivo.

Para conseguirlo, es necesario ampliar la capacidad del receptor (mGlu5) del glutamato (el más importante neurotransmisor del sistema nervioso central) a nivel neuronal, con la finalidad de restablecer las conexiones y de inhibir la degradación del principal cannabinoide segregado naturalmente por el cerebro y que controla la memoria sináptica. Un cannabinoide es un compuesto orgánico que activa los receptores cannabinoides en el organismo humano.

Consecuencia social

El rápido crecimiento de las sociedades occidentales ha traído consigo importantes cambios en los hábitos alimenticios que han derivado en dietas pobres en ácidos grasos esenciales de tipo omega-3. Estos ácidos grasos se encuentran en alimentos poco frecuentes como el salmón, los granos de chia, las nueces o la soja.

Este tipo de régimen se ha convertido en un factor de riesgo para contraer enfermedades mentales, como la depresión o el estrés.

Los resultados de esta investigación indican que la nutrición es un factor ambiental clave que influye las funciones cerebrales y el comportamiento hasta la edad adulta, mucho después de que termine el periodo perinatal.

Este trabajo ha permitido la identificación de factores de riesgo nutricional en las enfermedades neuropsiquátricas e indica vías terapéuticas nuevas para tratar trastornos de comportamiento asociados a la carencia de omega-3.

Ya se sabe que el consumo de grandes cantidades de omega-3 disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares y es eficaz asimismo para el tratamiento de la arterioesclerosis coronaria en humanos. También que es beneficioso para el cerebro e incluso para el bebé durante su gestación. Se ha comprobado que disminuye los efectos de la depresión.

El nuevo estudio llama la atención sobre los efectos que sobre la vida de un adulto puede tener la carencia de omega-3 en la dieta consumida en la adolescencia.




Redacción T21
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