El nivel del mar está subiendo más rápido de lo que se pensaba

Un nuevo cálculo de los cambios en el periodo 1900-1990 revela inconsistencias en los cálculos del periodo actual


Científicos de la Universidad de Harvard (EE.UU.) han recalculado la subida del nivel del mar en el siglo XX, y han averiguado que la tasa de aumento entre 1900 y 1900 fue menor de lo pensado hasta ahora, y que por tanto las subidas en los últimos 10 años del siglo XX y los primeros del XXI están siendo mayores de lo estimado.


Harvard Gazette/T21
15/01/2015

El nivel del mar se ve afectado por los deshielos. Imagen: Robert Kopp. Fuente: Harvard Gazette.
La aceleración del cambio del nivel del mar global desde finales del siglo XX hasta las dos últimas décadas ha sido significativamente más veloz de lo que los científicos pensaban, según un nuevo estudio de la Universidad de Harvard (Cambridge, Massachusetts, EE.UU.)

El estudio, co-escrito por Carling Hay, una postdoc del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra, y Eric Morrow, doctorado recientemente, muestra que los cálculos del aumento del nivel del mar global entre 1900-1990 se habían sobreestimado en hasta un 30 por ciento. El informe, sin embargo, confirma las estimaciones del cambio del nivel del mar desde 1990, lo que sugiere que la tasa de cambio está aumentando más rápidamente de lo que se pensaba previamente. La investigación se publicó ayer en la revista Nature.

"Lo que este estudio muestra es que la aceleración del nivel del mar durante el siglo pasado ha sido mayor que lo estimado por otros investigadores", señala Morrow en Harvard Gazette. "Es un problema más grande de lo que pensábamos al principio."

"Los científicos creen que la mayoría de las capas de hielo y de los glaciares del mundo se están derritiendo en respuesta al aumento de las temperaturas", agrega Hay. "Eso hace que el nivel medio global del mar se eleve", recuerda.

Las estimaciones anteriores habían situado el aumento del nivel del mar entre 1,5 y 1,8 milímetros al año en el siglo XX. Hay y Morrow, sin embargo, sugieren que a partir de 1901 hasta 1990, la cifra fue de cerca de 1,2 milímetros por año. Sin embargo, todos coinciden en que el nivel del mar ha aumentado cerca de 3 milímetros al año desde entonces.

"Otra preocupación derivada de esto es que muchos esfuerzos para proyectar el cambio del nivel del mar en el futuro utilizan las estimaciones del período 1900-1990", explica Morrow. "Si hemos estado sobreestimando el cambio del nivel del mar durante ese período, significa que estos modelos no están calibrados adecuadamente, lo que pone en duda la exactitud de las proyecciones hacia el final del siglo XXI".

Nueva perspectiva

Hay y Morrow asumieron el reto de calcular el aumento del nivel del mar desde una nueva perspectiva. Normalmente, explica Hay, las estimaciones se crean dividiendo los océanos del mundo en subregiones, y recopilando registros de mareógrafos -esencialmente varas de medir que se utilizan para medir las mareas oceánicas- de cada área, y haciendo luego la media.

"Pero estos simples promedios no son representativos del verdadero valor medio global", explica Hay. "Los mareógrafos están situados a lo largo de las costas, y no se están incluyendo, por tanto, grandes áreas del océano en estas estimaciones. Además, los registros existentes normalmente tienen grandes lagunas".

"Sabemos que el nivel del mar está cambiando por una variedad de razones", añade. "Hay efectos en curso debidos, entre otras cosas, a la última edad de hielo, a la expansión de los océanos debida al calentamiento global, a los cambios en la circulación oceánica, y al derretimiento actual del hielo terrestre, todos los cuales se traducen en patrones únicos de cambio del nivel del mar. Estos procesos se combinan para producir la subida media global del nivel del mar observado".

Las nuevas estimaciones desarrolladas por Hay y Morrow surgieron de un proyecto independiente orientado a modelar la física que subyace en las "huellas digitales" del nivel del mar.

"En lo que estábamos -y seguimos- interesados era en detectar las huellas digitales del nivel del mar que pronosticamos en nuestras simulaciones por ordenador sobre los registros del nivel del mar", explica Morrow. "Usando un conjunto global de observaciones, nuestro objetivo ha sido inferir cómo las capas de hielo individuales están contribuyendo al aumento global del nivel del mar." El reto, explica Hay, es que esto requiere trabajar con "registros escasos y muy ruidosos."

Aceleración sorprendente

"Tenemos que entender cómo están cambiando los patrones de circulación oceánica y cómo está contribuyendo la expansión térmica tanto a los patrones regionales como la media global. Tratamos de corregir todas esas señales usando nuestras simulaciones y métodos estadísticos, y luego mirar lo que queda y ver si se ajusta a los patrones que esperamos ver de diferentes capas de hielo".

"Estamos analizando todos los registros del nivel del mar disponibles y tratando de decir que Groenlandia se ha estado derritiendo a tal ritmo, el Ártico a tal otro ritmo, la Antártida a tal ritmo, etc.", continúa. "A continuación resumimos estas contribuciones y añadimos la tasa a la que están cambiando los océanos debido a la expansión térmica para estimar una tasa de variación global del nivel medio del mar."

Para sorpresa de los investigadores, reconoce Hay, rápidamente quedó claro que las estimaciones anteriores de la subida del nivel del mar durante la mayor parte del siglo XX eran demasiado altas.

"Esperábamos que estimando las contribuciones individuales, su suma nos llevaría de vuelta al 1,5-1,8 mm por año que otros habían predicho", explica Hay. "Pero las matemáticas no funcionan de esa manera. Por desgracia, nuestra nueva y más pequeña tasa de aumento del nivel del mar antes de 1990 significa que la aceleración de la subida del nivel del mar en los últimos 20 años es realmente mucho más grande de lo pensado".

Referencia bibliográfica:

Carling C. Hay, Eric Morrow, Robert E. Kopp & Jerry X. Mitrovica: Probabilistic reanalysis of twentieth-century sea-level rise. Nature (2015). DOI: 10.1038/nature14093



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