Los sistemas telemáticos y de comunicación de los coches serán gestionados desde nuestro terminal móvil. Esta es la propuesta hecha desde el proyecto GST, financiado por la UE, para evitar que esos sistemas se queden obsoletos en coches que prácticamente acaban de salir al mercado.
La telemática básicamente une la informática con las comunicaciones wireless. Este campo, amplísimo y con infinitas posibilidades, ha sido reducido por la industria del automóvil a la mínima expresión, es decir, a los sistemas de navegación, tan de moda.
Pero la telemática en el mundo del motor es muchas más cosas: programas recreativos multimedia con actualizaciones en tiempo real a través de conexión a la red, diagnósticos informatizados del estado del vehículo, evaluación de daños en caso de accidente, comunicaciones inalámbricas internas, vigilancia del vehículo o llamadas de emergencia automáticas.
El gran problema para los fabricantes es que hoy en día los dispositivos electrónicos y de comunicación se desarrollan y se comercializan a una gran velocidad, de tal forma que los que vienen incluidos en nuestros coches se quedan muy pronto obsoletos, aunque el coche sea relativamente nuevo. Para que la industria y los conductores puedan sacarle todo el partido a estos dispositivos es necesario idear un sistema sencillo para actualizarlos.
La solución propuesta por el proyecto europeo GST es centralizar todos los sistemas informáticos y de comunicación del vehículo en un dispositivo que no esté integrado en el propio coche, como un teléfono móvil o una PDA.
Este proyecto llegó a su término en la primavera del año 2007 y en él, además de fabricantes como Renault, Volvo, Fiat, Daimler o BMW, participaban operadoras de telefonía como Orange, France Telecom o Telecom Italia. Su finalidad ha sido crear una arquitectura punto a punto abierta y estándar para servicios telemáticos susceptible de ser usada para que diferentes modelos y marcas se puedan comunicar entre sí e intercambiar información. “Tendrán que pasar, sin embargo, diez años antes de que conozcamos el impacto a largo plazo del GST”, advierte Marples.
Dispositivos nómadas
“A este concepto lo hemos llamado “dispositivo nómada” porque no queremos limitar el tipo de dispositivo o su apariencia. En cierta manera estamos buscando el equivalente telemático a la ranura donde insertamos la radio del coche”, comenta Dave Marples, que es el jefe arquitectura del GST, en un comunicado publicado por ICT.
Los responsables de este proyecto están apostando claramente por el teléfono móvil como el dispositivo ideal para centralizar todos esos elementos telemáticos. Esta apuesta no se basa curiosamente en sus ventajas tecnológicas, sino en una cuestión puramente práctica.
Todo el mundo tiene un móvil hoy por hoy. No tiene sentido que los dueños de un coche tengan que llevar consigo otro dispositivo parecido para gestionar las comunicaciones y el ordenador de su vehículo. Si recordamos, hace sólo cinco años, las empresas que empezaron a fabricar las agendas electrónicas pretendían que los consumidores, además de su móvil, llevasen en el bolsillo una PDA. Lo que ha ocurrido es algo bien distinto: los celulares han ido incorporando cada vez más funcionalidades de estas agendas electrónicas, y ambos dispositivos se han fusionado.
El inconveniente del móvil como “dispositivo nómada” es que la conexión entre el vehículo y el celular es complicada. “Una de las mayores discusiones en el GST es qué apariencia tendría el enlace de comunicación entre el móvil y el coche”, comenta Marples.
Resistencias a la estandarización
Los equipos de investigación del GST coordinaron además tres proyectos específicos de aplicaciones telemáticas: “Rescue”, para preparar la estandarización necesaria para desarrollar una cadena de respuesta totalmente integrada a lo largo de Europa capaz de responder en caso de incidente; “Enhanced Floating Car Data”, que usa los sistemas instalados en los propios coches como sensores de tráfico “flotantes” para monitorizar los niveles de tráfico en las carreteras; y “Safety Channel”, un mecanismo de emisión para comunicar a los conductores información sobre seguridad.
Algunas de las infraestructuras de apoyo propuestas por GST ya están siendo adoptadas por centros de pago, centros que gestionan los servicios que usan los coches en la carretera o centros de control que almacenan y proporcionan datos bajo demanda a los sistemas dentro del propio coche.
Todos estos servicios telemáticos tendrán que ser compartidos por todas las marcas, advierte Marples. Y, aunque éstas estén haciendo justamente lo contrario (crear soluciones sólo para sus modelos) para captar el mayor porcentaje posible de estas lucrativas comunicaciones móviles, lo cierto es que también están resignadas a que la estandarización terminará por imponerse a largo plazo.
La telemática básicamente une la informática con las comunicaciones wireless. Este campo, amplísimo y con infinitas posibilidades, ha sido reducido por la industria del automóvil a la mínima expresión, es decir, a los sistemas de navegación, tan de moda.
Pero la telemática en el mundo del motor es muchas más cosas: programas recreativos multimedia con actualizaciones en tiempo real a través de conexión a la red, diagnósticos informatizados del estado del vehículo, evaluación de daños en caso de accidente, comunicaciones inalámbricas internas, vigilancia del vehículo o llamadas de emergencia automáticas.
El gran problema para los fabricantes es que hoy en día los dispositivos electrónicos y de comunicación se desarrollan y se comercializan a una gran velocidad, de tal forma que los que vienen incluidos en nuestros coches se quedan muy pronto obsoletos, aunque el coche sea relativamente nuevo. Para que la industria y los conductores puedan sacarle todo el partido a estos dispositivos es necesario idear un sistema sencillo para actualizarlos.
La solución propuesta por el proyecto europeo GST es centralizar todos los sistemas informáticos y de comunicación del vehículo en un dispositivo que no esté integrado en el propio coche, como un teléfono móvil o una PDA.
Este proyecto llegó a su término en la primavera del año 2007 y en él, además de fabricantes como Renault, Volvo, Fiat, Daimler o BMW, participaban operadoras de telefonía como Orange, France Telecom o Telecom Italia. Su finalidad ha sido crear una arquitectura punto a punto abierta y estándar para servicios telemáticos susceptible de ser usada para que diferentes modelos y marcas se puedan comunicar entre sí e intercambiar información. “Tendrán que pasar, sin embargo, diez años antes de que conozcamos el impacto a largo plazo del GST”, advierte Marples.
Dispositivos nómadas
“A este concepto lo hemos llamado “dispositivo nómada” porque no queremos limitar el tipo de dispositivo o su apariencia. En cierta manera estamos buscando el equivalente telemático a la ranura donde insertamos la radio del coche”, comenta Dave Marples, que es el jefe arquitectura del GST, en un comunicado publicado por ICT.
Los responsables de este proyecto están apostando claramente por el teléfono móvil como el dispositivo ideal para centralizar todos esos elementos telemáticos. Esta apuesta no se basa curiosamente en sus ventajas tecnológicas, sino en una cuestión puramente práctica.
Todo el mundo tiene un móvil hoy por hoy. No tiene sentido que los dueños de un coche tengan que llevar consigo otro dispositivo parecido para gestionar las comunicaciones y el ordenador de su vehículo. Si recordamos, hace sólo cinco años, las empresas que empezaron a fabricar las agendas electrónicas pretendían que los consumidores, además de su móvil, llevasen en el bolsillo una PDA. Lo que ha ocurrido es algo bien distinto: los celulares han ido incorporando cada vez más funcionalidades de estas agendas electrónicas, y ambos dispositivos se han fusionado.
El inconveniente del móvil como “dispositivo nómada” es que la conexión entre el vehículo y el celular es complicada. “Una de las mayores discusiones en el GST es qué apariencia tendría el enlace de comunicación entre el móvil y el coche”, comenta Marples.
Resistencias a la estandarización
Los equipos de investigación del GST coordinaron además tres proyectos específicos de aplicaciones telemáticas: “Rescue”, para preparar la estandarización necesaria para desarrollar una cadena de respuesta totalmente integrada a lo largo de Europa capaz de responder en caso de incidente; “Enhanced Floating Car Data”, que usa los sistemas instalados en los propios coches como sensores de tráfico “flotantes” para monitorizar los niveles de tráfico en las carreteras; y “Safety Channel”, un mecanismo de emisión para comunicar a los conductores información sobre seguridad.
Algunas de las infraestructuras de apoyo propuestas por GST ya están siendo adoptadas por centros de pago, centros que gestionan los servicios que usan los coches en la carretera o centros de control que almacenan y proporcionan datos bajo demanda a los sistemas dentro del propio coche.
Todos estos servicios telemáticos tendrán que ser compartidos por todas las marcas, advierte Marples. Y, aunque éstas estén haciendo justamente lo contrario (crear soluciones sólo para sus modelos) para captar el mayor porcentaje posible de estas lucrativas comunicaciones móviles, lo cierto es que también están resignadas a que la estandarización terminará por imponerse a largo plazo.