Autorretrato de Curiosity en Marte en octubre de 2012. Imagen: NASA. Fuente: Wikipedia.
El instrumento SAM (Sample Analysis at Mars) del rover Curiosity de la NASA, vehículo que explora Marte desde 2010, ha encontrado por vez primera nitratos o compuestos de nitrógeno en la superficie del planeta rojo, tanto en el polvo superficial como en materiales excavados en los sedimentos del cráter Gale, donde el rover está realizando sus investigaciones.
Según ha explicado a la plataforma Sinc el investigador Alberto G. Fairen del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) y coautor del trabajo, "nunca antes se habían identificado compuestos de nitrógeno en la superficie de Marte, ni in situ a través de rovers o landers, ni con orbitadores; tan sólo había aparecido en algunos meteoritos marcianos”. Los niveles de concentración de nitrógeno marciano están en entre 20-250 nanomoles (nmol).
En el presente estudio, publicado en PNAS, han participado otros dos investigadores españoles, Javier Martín-Torres y María Paz Zorzano, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC-Universidad de Granada).
Según ha explicado a la plataforma Sinc el investigador Alberto G. Fairen del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) y coautor del trabajo, "nunca antes se habían identificado compuestos de nitrógeno en la superficie de Marte, ni in situ a través de rovers o landers, ni con orbitadores; tan sólo había aparecido en algunos meteoritos marcianos”. Los niveles de concentración de nitrógeno marciano están en entre 20-250 nanomoles (nmol).
En el presente estudio, publicado en PNAS, han participado otros dos investigadores españoles, Javier Martín-Torres y María Paz Zorzano, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC-Universidad de Granada).
Relación entre nitrógeno y vida
La importancia del descubrimiento radica en que toda la vida en la Tierra requiere del nitrógeno, componente crítico de las moléculas orgánicas que componen las proteínas, el ADN o el ARN.
Pero, antes de que alguna forma de vida –como un microorganismo- pueda incorporar este elemento a sus procesos metabólicos, el nitrógeno debe ser “fijado” en compuestos químicamente reactivos, como los nitratos encontrados. Y, para que esto suceda, deben producirse algunos procesos, como el choque térmico provocado por un relámpago o un impacto volcánico.
De cualquier manera, el hecho de que haya nitratos en el planeta rojo señala dos cosas. Por una parte, que en Marte existió en el pasado algún tipo de ciclo del nitrógeno. En nuestro planeta, este ciclo constituye uno de los ciclos biogeoquímicos clave para el equilibrio dinámico de composición de la biosfera terrestre.
Por otra parte, y en consecuencia, la presencia de nitratos respalda la posibilidad de que en Marte haya existido vida en algún momento. Pues “en este entorno habría habido los ingredientes necesarios para la vida”, ha señalado a Space.com Jennifer Stern, investigadora del Goddard Space Flight Center en Greenbelt, Maryland, y directora de la investigación sobre el nitrógeno marciano.
La importancia del descubrimiento radica en que toda la vida en la Tierra requiere del nitrógeno, componente crítico de las moléculas orgánicas que componen las proteínas, el ADN o el ARN.
Pero, antes de que alguna forma de vida –como un microorganismo- pueda incorporar este elemento a sus procesos metabólicos, el nitrógeno debe ser “fijado” en compuestos químicamente reactivos, como los nitratos encontrados. Y, para que esto suceda, deben producirse algunos procesos, como el choque térmico provocado por un relámpago o un impacto volcánico.
De cualquier manera, el hecho de que haya nitratos en el planeta rojo señala dos cosas. Por una parte, que en Marte existió en el pasado algún tipo de ciclo del nitrógeno. En nuestro planeta, este ciclo constituye uno de los ciclos biogeoquímicos clave para el equilibrio dinámico de composición de la biosfera terrestre.
Por otra parte, y en consecuencia, la presencia de nitratos respalda la posibilidad de que en Marte haya existido vida en algún momento. Pues “en este entorno habría habido los ingredientes necesarios para la vida”, ha señalado a Space.com Jennifer Stern, investigadora del Goddard Space Flight Center en Greenbelt, Maryland, y directora de la investigación sobre el nitrógeno marciano.
Rastros de los posiblos flujos masivos de agua en Marte. Fuente: NASA/JPL/UofA for HiRISE.
Además, agua y una fuente energética
Pero la vida, tal y como la conocemos, además de los bloques químicos básicos para su construcción (como el carbono o los nitratos), precisa de agua líquida y de una fuente de energía.
En 2012, una investigación sobre meteoritos marcianos que llegaron a la Tierra hace 2,5 millones de años determinaba que la cantidad de agua presente en el manto del Planeta Rojo es muy superior a lo que se pensaba y que es parecida a la que posee la Tierra.
En 2014, por otro lado, investigadores de la Universidad de Gotemburgo, tras comparar las formas geológicas de un cráter de Marte con las de una zona de Noruega, señalaron que en el planeta rojo hubo agua líquida hace 200.000 años.
Según estos científicos, dicho cráter se habría formado por flujos masivos de sedimentos y agua, que se habían acumulado en pendientes, y que acabaron cayendo cuesta abajo. Por último, otro estudio internacional de este mismo año, también ha señalado que Marte albergó un océano mayor que el Ártico terrestre. Así que faltaría la fuente de energía.
Ahora, una investigación más, recién publicada también en PNAS por investigadores de la Universidad Estatal de Louisiana (EEUU) sugiere que el monóxido de carbono (CO) de la atmósfera del planeta rojo podría haber servido como tal para hipotéticas comunidades microbianas marcianas, desde épocas antiguas y hasta hoy.
Aunque, en general, el CO es tóxico para muchos organismos, incluidos los humanos; aquí en la Tierra, algunos microbios lo utilizan para impulsar su metabolismo. Estas formas de vida aprovechan así un recurso relativamente escaso, ya que la atmósfera de la Tierra contiene solo 0,3 partes por millón (ppm) de CO.
La atmósfera de Marte, en comparación, contiene 800 ppm de CO en la actualidad, concentraciones que pudieron haber sido mucho más altas en el pasado. Por lo tanto, el CO parece un candidato plausible como fuente de energía para la vida en Marte, aseguran los investigadores.
Pero la vida, tal y como la conocemos, además de los bloques químicos básicos para su construcción (como el carbono o los nitratos), precisa de agua líquida y de una fuente de energía.
En 2012, una investigación sobre meteoritos marcianos que llegaron a la Tierra hace 2,5 millones de años determinaba que la cantidad de agua presente en el manto del Planeta Rojo es muy superior a lo que se pensaba y que es parecida a la que posee la Tierra.
En 2014, por otro lado, investigadores de la Universidad de Gotemburgo, tras comparar las formas geológicas de un cráter de Marte con las de una zona de Noruega, señalaron que en el planeta rojo hubo agua líquida hace 200.000 años.
Según estos científicos, dicho cráter se habría formado por flujos masivos de sedimentos y agua, que se habían acumulado en pendientes, y que acabaron cayendo cuesta abajo. Por último, otro estudio internacional de este mismo año, también ha señalado que Marte albergó un océano mayor que el Ártico terrestre. Así que faltaría la fuente de energía.
Ahora, una investigación más, recién publicada también en PNAS por investigadores de la Universidad Estatal de Louisiana (EEUU) sugiere que el monóxido de carbono (CO) de la atmósfera del planeta rojo podría haber servido como tal para hipotéticas comunidades microbianas marcianas, desde épocas antiguas y hasta hoy.
Aunque, en general, el CO es tóxico para muchos organismos, incluidos los humanos; aquí en la Tierra, algunos microbios lo utilizan para impulsar su metabolismo. Estas formas de vida aprovechan así un recurso relativamente escaso, ya que la atmósfera de la Tierra contiene solo 0,3 partes por millón (ppm) de CO.
La atmósfera de Marte, en comparación, contiene 800 ppm de CO en la actualidad, concentraciones que pudieron haber sido mucho más altas en el pasado. Por lo tanto, el CO parece un candidato plausible como fuente de energía para la vida en Marte, aseguran los investigadores.
Referencias bibliográficas:
Jennifer C. Stern et al. Evidence for indigenous nitrogen in sedimentary and aeolian deposits from the Curiosity rover investigations at Gale crater, Mars. PNAS (2015). DOI: 10.1073/pnas.1420932112.
Gary M. King et al. Carbon monoxide as a metabolic energy source for extremely halophilic microbes: Implications for microbial activity in Mars regolith. PNAS (2015). DOI: 10.1073/pnas.1424989112.
Jennifer C. Stern et al. Evidence for indigenous nitrogen in sedimentary and aeolian deposits from the Curiosity rover investigations at Gale crater, Mars. PNAS (2015). DOI: 10.1073/pnas.1420932112.
Gary M. King et al. Carbon monoxide as a metabolic energy source for extremely halophilic microbes: Implications for microbial activity in Mars regolith. PNAS (2015). DOI: 10.1073/pnas.1424989112.