Que el presidente de Francia hable la necesidad de una revolución de las conciencias es el indicio más claro de un nuevo escenario: por fin un atractor común, la crisis climática, moviliza las voluntades más poderosas sobre una antigua reclamación de la ciudadanía, la responsabilidad de nuestra civilización sobre su entorno. Después del informe Stern y de la reunión de Davos, la presentación del Informe sobre el clima del IPCC, esta semana en París, constituye el tercer elemento de una representación estudiada. Pero no nos llamemos a engaño: cambia el discurso, se reconoce el vínculo entre ambiente e industria y consumo, pero como señala The Guardian, estamos ante un espejismo. Tendrán que cambiar todavía muchas cosas, en la política mundial y en la estrategia de las grandes empresas, para aceptar que, por fin, el sentido común corona nuestra civilización
El gran atractor
Eduardo Martínez
03/02/2007
Eduardo Martínez
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