La era de la filosofía toca a su fin, asegura el pensador Ernst Tugendhat (Brno, República Checa, 1930), alumno de Heidegger y colega de J. Habermas, en una entrevista. El conocimiento filosófico no sólo no existe, sino que no lo necesitamos, asegura categórico, porque ya no esperamos el conocimiento por revelación de los dioses. Las actuales investigaciones sobre el cerebro sólo serán útiles a la filosofía dentro de varios siglos. Los resultados de estas investigaciones muchas veces se extrapolan indebidamente a otras ramas del conocimiento: la gente es demasiado impetuosa al buscar analogías, por ejemplo entre la moral humana y el altruismo animal, sentencia. Sus declaraciones constituyen un reflejo más de un estado de ánimo colectivo: ya hemos hablado en otro artículo de que nos adentramos en la postfilosofía y el propio Mario Bunge nos ha declarado en otra entrevista que, aunque no ha muerto, la filosofía está gravemente enferma. Los síntomas de esta decadencia proliferan.