El factor humano es clave para la seguridad aeroportuaria

Los resultados de un proyecto de investigación de la UE servirán para crear un programa de formación innovador con un modelo predictivo del comportamiento en situaciones de crisis


Los aeropuertos son nodos importantes de actividad en la era contemporánea e infraestructuras capaces de absorber el desplazamiento de personas y mercancías día y noche. Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, la inversión en sistemas de seguridad aeroportuaria ha aumentado de forma exponencial debido a la preocupación de los gobiernos por la posibilidad de un nuevo atentado terrorista. Sin embargo, aún quedan cosas por hacer en el ámbito de la seguridad en los aeropuertos, revela un informe de la UE. CORDIS/T21.


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22/03/2012

Vista aérea del aeropuerto de Zúrich. Fuente: Wikimedia Commons.
Los aeropuertos son nodos importantes de actividad en la era contemporánea e infraestructuras capaces de absorber el desplazamiento de personas y mercancías día y noche.

Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, la inversión en sistemas de seguridad aeroportuaria ha aumentado de forma exponencial debido a la preocupación de los gobiernos por la posibilidad de un nuevo atentado terrorista.

Dadas las circunstancias se hace necesario aclarar quién está al cargo de estos sistemas y en qué medida influyen sus decisiones en el funcionamiento de un aeropuerto.

Para ello se creó el proyecto financiado con fondos europeos BEMOSA («Modelado del comportamiento en interés de la seguridad aeroportuaria»), cuyos resultados provisionales se presentaron en un taller celebrado el pasado 19 de marzo en la sede de la Comisión Europea en Bruselas.

El personal debe decidir el mejor modo de proceder

Desde que iniciase su andadura en 2009 con una financiación de casi cuatro millones de euros otorgados al amparo del tema «Transporte» del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea, BEMOSA ha logrado poner de manifiesto que, aunque la inversión en tecnologías adicionales destinadas a la seguridad aeroportuaria sigue siendo elevada, existe una falta de inversión en cuanto a la formación de los operarios de este tipo de tecnología.

Los socios del proyecto, procedentes de República Checa, Grecia, Italia, Israel, Países Bajos, Eslovaquia, España y Reino Unido, realizaron un amplio estudio etnográfico en el que se observó el comportamiento de los empleados de seguridad y otro tipo de personal de cuatro aeropuertos europeos. Posteriormente, todo lo observado se redactó a modo de guión. El objetivo fue profundizar en la razón por la que el personal toma decisiones y medir en qué manera éstas repercuten en la seguridad del aeropuerto en su conjunto.

La exhaustividad del proyecto fue elevada, pues se abarcaron todos los ámbitos del aeropuerto y no sólo los controles de seguridad, tal y como explicó el director del proyecto, el profesor Alan Kirschenbaum de Technion, el Instituto Tecnológico de Israel en Haifa: «Desde el personal de limpieza que encuentra una maleta olvidada en la cinta de equipajes hasta el policía que patrulla el aeropuerto, cada empleado debe decidir cuál es el mejor modo de proceder.»

Los resultados muestran que los empleados de los aeropuertos no suelen decidir de forma individual y que normalmente no se encuentran solos. No obstante, a pesar de la existencia de estos patrones de grupo, la formación de los empleados tanto encargados de la seguridad como los restantes aún se realiza de forma individual.

El equipo también descubrió que al tomar una decisión por sí mismos tendían a desviarse de las normas y reglamentos, mientras que en grupo las respetaban más. Por lo tanto, en la práctica, el comportamiento relacionado con la seguridad puede incumplir las normas y los reglamentos para adaptarse a situaciones concretas.

Sin embargo, el profesor Kirschenbaum señaló que esto no tiene por qué ser negativo en todas las ocasiones. Afirmó que a menudo el personal ha de «mostrar iniciativa e imaginación en determinadas situaciones» que «no quedan cubiertas en su totalidad por los procedimientos en vigor o bien cuando éstos no son relevantes».

Según el profesor Kirschenbaum, los resultados sugieren la idoneidad de destinar a parejas para atender las situaciones complicadas y de gran impacto y realizar rotaciones frecuentes en estos equipos. También muestran que cuando se trabaja en pareja se establecen turnos en los que se intercambian los papeles de «activo» y «pasivo». El empleado «pasivo» ejerce como un par adicional de ojos con capacidad para estudiar el entorno general mientras que el «activo» realiza la función principal.

Futuro programa de formación en aeropuertos

El personal se sometió a entrevistas exhaustivas que también revelaron una interacción intensa y negativa con la jerarquía y que los compañeros de trabajo que tienen el mismo estatus suelen interactuar con mayor efectividad.

Simon van Dam, investigador de Technion, incidió en que BEMOSA hizo hincapié en la actividad aplicada durante la fase de diseño del proyecto, aspecto importante de cara a demostrar a los aeropuertos las ventajas de participar en el proyecto.

David Ryder, del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), representante comercial global de los aeropuertos de todo el mundo, también mencionó la importancia de la investigación aplicada en proyectos sobre seguridad y transporte.

Ryder afirmó que muchos aeropuertos suelen mostrar reticencias a participar en proyectos demasiado académicos pues no confían en el valor de los resultados y alabó BEMOSA por incidir en la aplicación de resultados prácticos: «Cuantos más proyectos establezcan relaciones con los usuarios finales, en este caso los aeropuertos, mejor. El hecho de que BEMOSA hiciera hincapié en la aplicación de resultados logró que el interés y la aceptación mejorasen de forma excepcional.»

Simon van Dam añadió que: «David Ryder contribuyó desde el ACI a la difusión del proyecto entre los aeropuertos afiliados a su organización y propició que ocho de ellos tomaran parte en la fase inicial de planificación.»

Los socios de BEMOSA utilizarán los resultados de sus extensas observaciones en los aeropuertos para crear un programa de formación innovador y rentable que contará con un modelo predictivo del comportamiento en situaciones de crisis reales. El objetivo es desarrollar un programa que una los procedimientos actuales con el comportamiento real relativo a la seguridad.



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