De izquierda a derecha, Jaime Lamo de Espinosa, José Luis García delgado, Enrique V. Iglesias, Javier Nadal, Víctor García de la Concha, José Manuel Blecua y Juan Carlos Jiménez.. Foto: Fundación Telefónica.
La promoción internacional del español como política de Estado por parte de los países hispanohablantes se ha convertido en el principal reto que debe superar nuestra lengua, según el libro de conclusiones Valor Económico del Español, publicado por Fundación Telefónica en su Col. Ariel.
Se trata de la décima monografía de la serie que la Fundación Telefónica promueve desde 2006 y que analiza la creciente importancia económica del español como lengua de comunicación internacional. Además de ser balance y recapitulación, incorpora consideraciones para diseñar una política de proyección internacional del español.
El acto de presentación en el Espacio Fundación Telefónica ha contado con la asistencia de Enrique V. Iglesias, secretario general Iberoamericano; Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes; José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española; Jaime Lamo de Espinosa, presidente del Real Instituto Elcano; Javier Nadal, vicepresidente ejecutivo de Fundación Telefónica, y José Luis García Delgado, codirector del Proyecto Valor Económico del Español.
Según el libro, el reto perentorio es que el español constituya verdaderamente una de las seis lenguas consideradas como oficiales en Naciones Unidas, ya que en la práctica su utilización es muy reducida; incluso, en el seno de la Unión Europea, el español es una lengua subalterna, sin estatus real de lengua de trabajo, algo que sí tienen el inglés, el alemán y el francés.
Por lo tanto, la promoción del español debe concebirse como una política de Estado del conjunto de la comunidad hispanoamericana de naciones, considerando la lengua común como bien preferente, no para competir con el inglés, sino para mejorar su estatus del español como lengua internacional complementaria, “como lengua diplomática internacional, como lengua de creación y comunicación científica y como lengua en la que se expresa una cultura vigorosa y creativa con relevancia en la red y en los medios masivos de consulta digital”.
Se trata de la décima monografía de la serie que la Fundación Telefónica promueve desde 2006 y que analiza la creciente importancia económica del español como lengua de comunicación internacional. Además de ser balance y recapitulación, incorpora consideraciones para diseñar una política de proyección internacional del español.
El acto de presentación en el Espacio Fundación Telefónica ha contado con la asistencia de Enrique V. Iglesias, secretario general Iberoamericano; Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes; José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española; Jaime Lamo de Espinosa, presidente del Real Instituto Elcano; Javier Nadal, vicepresidente ejecutivo de Fundación Telefónica, y José Luis García Delgado, codirector del Proyecto Valor Económico del Español.
Según el libro, el reto perentorio es que el español constituya verdaderamente una de las seis lenguas consideradas como oficiales en Naciones Unidas, ya que en la práctica su utilización es muy reducida; incluso, en el seno de la Unión Europea, el español es una lengua subalterna, sin estatus real de lengua de trabajo, algo que sí tienen el inglés, el alemán y el francés.
Por lo tanto, la promoción del español debe concebirse como una política de Estado del conjunto de la comunidad hispanoamericana de naciones, considerando la lengua común como bien preferente, no para competir con el inglés, sino para mejorar su estatus del español como lengua internacional complementaria, “como lengua diplomática internacional, como lengua de creación y comunicación científica y como lengua en la que se expresa una cultura vigorosa y creativa con relevancia en la red y en los medios masivos de consulta digital”.
Hacia una mejora del estatus internacional de nuestra lengua
La mejora del estatus internacional del español tiene que proyectarse en los foros mundiales y organismos multilaterales. A ello contribuiría el fortalecimiento del diálogo y las relaciones de cooperación entre las sociedades y los agentes de la comunidad hispanohablante en todo el mundo. Es necesario, además, generar y estandarizar un paquete formativo que ofrezca las competencias mínimas para su uso práctico, es decir, un español compendiado que facilite enseñanza, aprendizaje y uso.
En América, la tradicional alta concentración de hispanohablantes en los países con mayor impronta española tiende a disminuir, dado el doble y simultáneo empuje del español hacia el norte, abriéndose paso como lengua materna (y extranjera) en Estados Unidos, y hacia el sur, al penetrar con firmeza en Brasil. En Europa, lo novedoso es el gradual ascenso del español a la posición de segunda lengua de enseñanza, tras el inglés, desplazando al francés y al alemán en buena parte del continente.
Los expertos que han participado en la elaboración del libro también consideran que la oferta formativa del español para extranjeros debe hacerse más amplia, accesible y atractiva. El Instituto Cervantes ha de ser eje e instrumento fundamental de ese esfuerzo y la gran plataforma formativa internacional del español.
A esa tarea deberían sumarse agentes públicos de otros países hispanohablantes y agentes privados que operan en el ámbito de la enseñanza. También deberían promoverse vías informales que alimentan los intercambios culturales, como los productos culturales (especialmente audiovisuales) en versión original para extender el aprendizaje del español.
El estudio destaca que el español ha crecido en los últimos años apoyado tanto en la internacionalización de las empresas españolas como en la cohesión idiomática impulsada por la Asociación de las Academias de la Lengua Española.
La mejora del estatus internacional del español tiene que proyectarse en los foros mundiales y organismos multilaterales. A ello contribuiría el fortalecimiento del diálogo y las relaciones de cooperación entre las sociedades y los agentes de la comunidad hispanohablante en todo el mundo. Es necesario, además, generar y estandarizar un paquete formativo que ofrezca las competencias mínimas para su uso práctico, es decir, un español compendiado que facilite enseñanza, aprendizaje y uso.
En América, la tradicional alta concentración de hispanohablantes en los países con mayor impronta española tiende a disminuir, dado el doble y simultáneo empuje del español hacia el norte, abriéndose paso como lengua materna (y extranjera) en Estados Unidos, y hacia el sur, al penetrar con firmeza en Brasil. En Europa, lo novedoso es el gradual ascenso del español a la posición de segunda lengua de enseñanza, tras el inglés, desplazando al francés y al alemán en buena parte del continente.
Los expertos que han participado en la elaboración del libro también consideran que la oferta formativa del español para extranjeros debe hacerse más amplia, accesible y atractiva. El Instituto Cervantes ha de ser eje e instrumento fundamental de ese esfuerzo y la gran plataforma formativa internacional del español.
A esa tarea deberían sumarse agentes públicos de otros países hispanohablantes y agentes privados que operan en el ámbito de la enseñanza. También deberían promoverse vías informales que alimentan los intercambios culturales, como los productos culturales (especialmente audiovisuales) en versión original para extender el aprendizaje del español.
El estudio destaca que el español ha crecido en los últimos años apoyado tanto en la internacionalización de las empresas españolas como en la cohesión idiomática impulsada por la Asociación de las Academias de la Lengua Española.
Principales cifras del español: 450 millones de hispanohablantes
La capacidad de compra de los hispanohablantes representa el 9% del PIB mundial.
El español genera el 16% de valor económico del PIB (164.000 millones de euros) y del empleo en España (3,5 millones de personas viven del idioma), según los datos de 2007.
El llamado “factor ñ” (contenido en español) de las industrias culturales, es ya el 2,9% del PIB de la economía española.
El español ha multiplicado por 3 la atracción de emigrantes de América Latina hacia España.
El español supone una ‘prima salarial’ que alcanza hasta un 30% en España y una proporción también considerable en Estados Unidos (hasta un 10%).
El español multiplica por 4 los intercambios comerciales entre los países hispanohablantes.
El español es factor determinante para que cada curso académico decidan estudiar en España 35.000 alumnos universitarios Erasmus; España es el primer país de destino de este programa europeo, acogiendo al 17% de los alumnos de los 32 países que participan en tal programa europeo.
El español es la segunda lengua de comunicación internacional en la Red, tanto por número de usuarios como por páginas web.
El español es un gran instrumento de internacionalización empresarial: compartir lengua (en una muestra con amplia presencia de países hispanohablantes) multiplica por 7 los flujos bilaterales de inversión directa exterior.
El español genera el 16% de valor económico del PIB (164.000 millones de euros) y del empleo en España (3,5 millones de personas viven del idioma), según los datos de 2007.
El llamado “factor ñ” (contenido en español) de las industrias culturales, es ya el 2,9% del PIB de la economía española.
El español ha multiplicado por 3 la atracción de emigrantes de América Latina hacia España.
El español supone una ‘prima salarial’ que alcanza hasta un 30% en España y una proporción también considerable en Estados Unidos (hasta un 10%).
El español multiplica por 4 los intercambios comerciales entre los países hispanohablantes.
El español es factor determinante para que cada curso académico decidan estudiar en España 35.000 alumnos universitarios Erasmus; España es el primer país de destino de este programa europeo, acogiendo al 17% de los alumnos de los 32 países que participan en tal programa europeo.
El español es la segunda lengua de comunicación internacional en la Red, tanto por número de usuarios como por páginas web.
El español es un gran instrumento de internacionalización empresarial: compartir lengua (en una muestra con amplia presencia de países hispanohablantes) multiplica por 7 los flujos bilaterales de inversión directa exterior.