En todos los seres humanos se encuentran omnipresentes, de una forma implícita o explícita, las preguntas que justifican nuestra propia existencia, es decir, por qué estoy aquí, a dónde me dirijo, cuál es el sentido del sufrimiento, el placer, la belleza o la muerte, en suma todas las cosas y situaciones que forman la trama de la existencia humana.
Ponemos nuestra atención en tres pensadores como Habermas, Ratzinger y Teilhard de Chardin, que desde distintas perspectivas convergen en que la existencia, desde sus inicios y desde una perspectiva universal, es un proceso de convergencia y evolución hacia la divinidad a partir de la inteligencia como vector evolutivo del universo. En esta idea confluyen asimismo otros maestros del pensamiento y virtuosos que la han materializado en su propia existencia.
Habermas (filósofo y escritor marxista) y Ratzinger (gran teólogo y anterior Papa de la iglesia Católica) representan desde posiciones distintas, el núcleo de debate más moderno del diálogo entre razón y fe. Teilhard de Chardin, paleontólogo y religioso francés anterior a Habermas y Ratzinger, fue uno de los primeros en exponer un modelo de la trama de la existencia y el carácter finalista de la misma. Manifiesta que la existencia, desde sus inicios, apunta al ser humano en la Tierra como ser que piensa y es consciente de ello, caminando desde el inicio de su existencia hacia el logro de mayores niveles de complejidad.
Este principio regiría en todo el universo e inteligencia existente hasta llegar a lo que Teilhard denomina Punto Omega, o momento en el tiempo en el que todas las conciencias (inteligencias) existentes confluyan en una colectividad armonizada de las mismas.
Teilhard establece asimismo un estructura definida por fases que componen su modelo de la existencia y, tomando prestados los conceptos de Verdansky, los estructura en cuatro etapas que se van superponiendo y que deben evolucionar conjunta y armónicamente: la Geosfera, la Biosfera, la Noosfera y la Cristosfera. Este pensamiento forma parte ya de lo que hoy se conoce como diseño.
Diseño y complejidad
Muchas veces reivindicamos el compromiso intelectual que supone la actividad creadora y el talento creador necesario para realizar dicha actividad, elemento que el filósofo Alexander Gerard ha tratado de una forma insuperable. El diseñador, en el sentido más creativo, más renacentista, representa al intelectual pragmático, comprometido con la sociedad a través de los mensajes que desprenden sus creaciones y con el espíritu inconformista de mejora continua en el proceso de convertir sus visiones e ideas en realidades concretas.
En nuestra opinión, diseño y progreso están unidos por un lazo inextricable y es el diseñador, a través de su talento, fundamentos y principios, quien puede estructurar dicha relación para que sea provechosa socialmente y dicho progreso camine hacia el desarrollo continuado de la complejidad-conciencia según los modelos de Teilhard y Verdansky.
Por otro lado, un diseñador debe ser revolucionario desde el punto de vista del cuestionamiento permanente de las realidades establecidas y de sus propias creaciones. Debe ser moderno en el sentido de poner al ser humano y a su entorno en el centro de todos sus pensamientos y finalmente, debe estar comprometido con la praxis transformadora para llevar su discurso intelectual a las creaciones que influirán en el mundo real, tierra prometida del proceso de diseño cuyo producto siempre es la innovación.
Responsabilidades del diseñador de sistemas
El diseñador es un profesional totalmente vocacional con un entrenamiento continuo en múltiples y variadas disciplinas del conocimiento. Desde el punto de vista profesional tiene las siguientes responsabilidades:
• Observa el mundo que le rodea y lo conceptualiza en forma de sistemas, detectando y analizando de forma permanente las deficiencias existentes con el objeto de proponer nuevos modelos y sistemas mas eficientes.
• Enfoca sus reflexiones desde lo que podría ser y no de cómo es o debe ser cualquier sistema o producto determinado.
• Plantea a los científicos problemas de innovación y ayuda a enfocar las líneas de investigación que estos desarrollan.
• Provee a los desarrolladores y fabricantes modelos y sistemas de referencia que permitan construir distintos tipos de productos y servicios útiles para personas y organizaciones.
• Proyecta a la sociedad y a las instituciones soluciones a problemas que se han convertido en tópicos y asunciones establecidas en el inconsciente colectivo por falta de iniciativas a la hora de establecer su disolución definitiva.
• Mantiene como objetivo principal que los sistemas creados ayuden a las personas que los operan y que se benefician de ellos, a pensar y vivir mejor.
Ponemos nuestra atención en tres pensadores como Habermas, Ratzinger y Teilhard de Chardin, que desde distintas perspectivas convergen en que la existencia, desde sus inicios y desde una perspectiva universal, es un proceso de convergencia y evolución hacia la divinidad a partir de la inteligencia como vector evolutivo del universo. En esta idea confluyen asimismo otros maestros del pensamiento y virtuosos que la han materializado en su propia existencia.
Habermas (filósofo y escritor marxista) y Ratzinger (gran teólogo y anterior Papa de la iglesia Católica) representan desde posiciones distintas, el núcleo de debate más moderno del diálogo entre razón y fe. Teilhard de Chardin, paleontólogo y religioso francés anterior a Habermas y Ratzinger, fue uno de los primeros en exponer un modelo de la trama de la existencia y el carácter finalista de la misma. Manifiesta que la existencia, desde sus inicios, apunta al ser humano en la Tierra como ser que piensa y es consciente de ello, caminando desde el inicio de su existencia hacia el logro de mayores niveles de complejidad.
Este principio regiría en todo el universo e inteligencia existente hasta llegar a lo que Teilhard denomina Punto Omega, o momento en el tiempo en el que todas las conciencias (inteligencias) existentes confluyan en una colectividad armonizada de las mismas.
Teilhard establece asimismo un estructura definida por fases que componen su modelo de la existencia y, tomando prestados los conceptos de Verdansky, los estructura en cuatro etapas que se van superponiendo y que deben evolucionar conjunta y armónicamente: la Geosfera, la Biosfera, la Noosfera y la Cristosfera. Este pensamiento forma parte ya de lo que hoy se conoce como diseño.
Diseño y complejidad
Muchas veces reivindicamos el compromiso intelectual que supone la actividad creadora y el talento creador necesario para realizar dicha actividad, elemento que el filósofo Alexander Gerard ha tratado de una forma insuperable. El diseñador, en el sentido más creativo, más renacentista, representa al intelectual pragmático, comprometido con la sociedad a través de los mensajes que desprenden sus creaciones y con el espíritu inconformista de mejora continua en el proceso de convertir sus visiones e ideas en realidades concretas.
En nuestra opinión, diseño y progreso están unidos por un lazo inextricable y es el diseñador, a través de su talento, fundamentos y principios, quien puede estructurar dicha relación para que sea provechosa socialmente y dicho progreso camine hacia el desarrollo continuado de la complejidad-conciencia según los modelos de Teilhard y Verdansky.
Por otro lado, un diseñador debe ser revolucionario desde el punto de vista del cuestionamiento permanente de las realidades establecidas y de sus propias creaciones. Debe ser moderno en el sentido de poner al ser humano y a su entorno en el centro de todos sus pensamientos y finalmente, debe estar comprometido con la praxis transformadora para llevar su discurso intelectual a las creaciones que influirán en el mundo real, tierra prometida del proceso de diseño cuyo producto siempre es la innovación.
Responsabilidades del diseñador de sistemas
El diseñador es un profesional totalmente vocacional con un entrenamiento continuo en múltiples y variadas disciplinas del conocimiento. Desde el punto de vista profesional tiene las siguientes responsabilidades:
• Observa el mundo que le rodea y lo conceptualiza en forma de sistemas, detectando y analizando de forma permanente las deficiencias existentes con el objeto de proponer nuevos modelos y sistemas mas eficientes.
• Enfoca sus reflexiones desde lo que podría ser y no de cómo es o debe ser cualquier sistema o producto determinado.
• Plantea a los científicos problemas de innovación y ayuda a enfocar las líneas de investigación que estos desarrollan.
• Provee a los desarrolladores y fabricantes modelos y sistemas de referencia que permitan construir distintos tipos de productos y servicios útiles para personas y organizaciones.
• Proyecta a la sociedad y a las instituciones soluciones a problemas que se han convertido en tópicos y asunciones establecidas en el inconsciente colectivo por falta de iniciativas a la hora de establecer su disolución definitiva.
• Mantiene como objetivo principal que los sistemas creados ayuden a las personas que los operan y que se benefician de ellos, a pensar y vivir mejor.
A partir de los trabajos del gran economista y científico social Herbert Simon (Premio Nobel en 1978), el Diseño se define como la disciplina científico-técnica responsable de investigar, estudiar, crear y evolucionar los sistemas artificiales que son útiles para mejorar y amplificar las capacidades del ser humano de sobrevivir y supervivir en el entorno natural e interaccionar con él de forma armónica y provechosa.
De acuerdo con lo manifestado, la investigación en diseño de pretende la obtención de conocimientos sobre la estructura de los sistemas, las interacciones entre distintos sistemas artificiales, de estos con los sistemas naturales y con las personas o colectivos para los cuales han sido o van a ser creados.
Para la consideración del diseño como una disciplina científica hemos de superar las dudas que se ciernen debido al carácter teleológico de los sistemas artificiales, por la condición prescriptiva y contingente de los mismos frente a la consideración de necesarios y descriptivos de los sistemas naturales y el principio empírico de descripción como eje vertebrador de las ciencias naturales.
Entendamos las disciplinas científicas como cuerpos de conocimiento asociativo-empírico y matemático-causal que han sido creados alrededor de nuestra necesidad histórica y antropológica de permanente aprendizaje y desafío, lo que fue definido por Steiner como la “libido scientis”.
Finalmente los maestros Maldonado y Leiro citan respectivamente al historiador Braudel, que sostiene que en cada actuar humano hay en mayor o menor medida un momento “artefactual-protésico”, o sea el recurso a un sistema en forma de dispositivo instrumental dispuesto a potenciar nuestro actuar operativo y comunicativo, es decir nuestra inteligencia y por tanto el binomio complejidad-conciencia.
Diseño y conciencia
Sobre estas bases teológicas, filosóficas y doctrinales establecemos, como equipo de diseño, las claves de nuestros trabajos y de nuestras existencia personal. El diseñador como intelectual pragmático debe pretender mediante sus realizaciones contribuir al devenir universal absolviendo problemas, ofreciendo herramientas para la creación y evolución de nuevas y más complejas conciencias o ayudando a sus semejantes a encontrar el camino de la iluminación o a que aprovechen mejor su tránsito en él.
Nuestro objetivo de diseño es contribuir ( a través de los objetos que prefiguramos en forma de sistemas, procesos, productos y organizaciones) a que las personas y las organizaciones humanas piensen y vivan mejor.
Para conseguir este objetivo, en primer lugar un elemento clave es estudiar la inteligencia como fenómeno singular de carácter universal y vector fundamental en el desarrollo del binomio complejidad-conciencia. En segundo lugar, el estudio de los principios y modelos teórico-prácticos que conduzcan al diseño de sistemas, procesos, productos y organizaciones evolutivos, autoreparadores, autoconservadores, autorreferenciales y contribuyentes al desarrollo armónico de la Geosfera, la Biosfera y la Noosfera.
De acuerdo con lo manifestado, la investigación en diseño de pretende la obtención de conocimientos sobre la estructura de los sistemas, las interacciones entre distintos sistemas artificiales, de estos con los sistemas naturales y con las personas o colectivos para los cuales han sido o van a ser creados.
Para la consideración del diseño como una disciplina científica hemos de superar las dudas que se ciernen debido al carácter teleológico de los sistemas artificiales, por la condición prescriptiva y contingente de los mismos frente a la consideración de necesarios y descriptivos de los sistemas naturales y el principio empírico de descripción como eje vertebrador de las ciencias naturales.
Entendamos las disciplinas científicas como cuerpos de conocimiento asociativo-empírico y matemático-causal que han sido creados alrededor de nuestra necesidad histórica y antropológica de permanente aprendizaje y desafío, lo que fue definido por Steiner como la “libido scientis”.
Finalmente los maestros Maldonado y Leiro citan respectivamente al historiador Braudel, que sostiene que en cada actuar humano hay en mayor o menor medida un momento “artefactual-protésico”, o sea el recurso a un sistema en forma de dispositivo instrumental dispuesto a potenciar nuestro actuar operativo y comunicativo, es decir nuestra inteligencia y por tanto el binomio complejidad-conciencia.
Diseño y conciencia
Sobre estas bases teológicas, filosóficas y doctrinales establecemos, como equipo de diseño, las claves de nuestros trabajos y de nuestras existencia personal. El diseñador como intelectual pragmático debe pretender mediante sus realizaciones contribuir al devenir universal absolviendo problemas, ofreciendo herramientas para la creación y evolución de nuevas y más complejas conciencias o ayudando a sus semejantes a encontrar el camino de la iluminación o a que aprovechen mejor su tránsito en él.
Nuestro objetivo de diseño es contribuir ( a través de los objetos que prefiguramos en forma de sistemas, procesos, productos y organizaciones) a que las personas y las organizaciones humanas piensen y vivan mejor.
Para conseguir este objetivo, en primer lugar un elemento clave es estudiar la inteligencia como fenómeno singular de carácter universal y vector fundamental en el desarrollo del binomio complejidad-conciencia. En segundo lugar, el estudio de los principios y modelos teórico-prácticos que conduzcan al diseño de sistemas, procesos, productos y organizaciones evolutivos, autoreparadores, autoconservadores, autorreferenciales y contribuyentes al desarrollo armónico de la Geosfera, la Biosfera y la Noosfera.
Conocimiento situacional
Dentro de los trabajos de innovación que inspiran nuestro proyecto de diseño de sistemas inteligentes están los sistemas de conocimiento situacional, sistemas basados en evidencias, sistemas complejos adaptativos , sistemas de análisis y razonamiento estructurado, sistemas estratégicos de alta precisión, sistemas de aprendizaje automático y los sistemas de comportamiento gentil y altruista.
Dichos sistemas los consideramos fundamentales para cualquier persona u organización humana en base a los planteamientos anteriormente descritos, ya que todos contribuyen notablemente al crecimiento y mejora de las inteligencias existentes en una persona, un colectivo o una organización, aumentando el binomio complejidad-conciencia, es decir su aportación al devenir universal o al camino hacia la iluminación, los sistemas inteligentes influyen directamente en nuestras capacidades de entendimiento, interpretación, comprensión e influencia sobre el mundo real que nos rodea y ocupa.
El Razonamiento Analítico Estructurado basado en Evidencias es un ejemplo de los sistemas anteriormente citados, que pretende enseñar a los propios sujetos a identificar y reparar los procesos cognitivos de pensamiento que producen falacias lógicas, patrones de comportamiento erróneo que condicionan la visión del mundo y su evolución intelectual.
Estos procesos erróneos o ineficientes son producto de sistemas educativos familiares y académicos defectuosos, experiencias mal
sustanciadas, adoctrinamientos interesados de carácter político, religioso o mercantil, defectos psicológicos, bioquímicos y neurológicos de carácter genético o producidos en su tramo existencial.
A este respecto, hemos de comentar que en nuestra primera fase de innovación en este campo hemos conseguido identificar innumerables problemas de razonamiento y hemos diseñado una primera generación de productos de conocimiento en forma de metaprocedimientos de estrategias de razonamiento, auto chequeo, técnicas de análisis-síntesis y enjuiciamiento estructurado, donde las evidencias del mundo real y no nuestros patrones cognitivos conducen nuestra visión y forma de influir en el mundo real.
La importancia de este trabajo como mecanismo formativo de niños, jóvenes, personas maduras, colectivos y organizaciones es vital para la creación de otra forma de pensar y actuar.
Einstein manifestaba con frecuencia dos sentencias relacionadas entre sí, a saber: “La principal dificultad para mi formación es mi educación” y “Lo importante en un persona no es lo que piensa si no como lo piensa”.
(*) Luis Martín
Equipo de innovación
Thinking Helper Labs
An eGauss Business Holding I+T Company
Dentro de los trabajos de innovación que inspiran nuestro proyecto de diseño de sistemas inteligentes están los sistemas de conocimiento situacional, sistemas basados en evidencias, sistemas complejos adaptativos , sistemas de análisis y razonamiento estructurado, sistemas estratégicos de alta precisión, sistemas de aprendizaje automático y los sistemas de comportamiento gentil y altruista.
Dichos sistemas los consideramos fundamentales para cualquier persona u organización humana en base a los planteamientos anteriormente descritos, ya que todos contribuyen notablemente al crecimiento y mejora de las inteligencias existentes en una persona, un colectivo o una organización, aumentando el binomio complejidad-conciencia, es decir su aportación al devenir universal o al camino hacia la iluminación, los sistemas inteligentes influyen directamente en nuestras capacidades de entendimiento, interpretación, comprensión e influencia sobre el mundo real que nos rodea y ocupa.
El Razonamiento Analítico Estructurado basado en Evidencias es un ejemplo de los sistemas anteriormente citados, que pretende enseñar a los propios sujetos a identificar y reparar los procesos cognitivos de pensamiento que producen falacias lógicas, patrones de comportamiento erróneo que condicionan la visión del mundo y su evolución intelectual.
Estos procesos erróneos o ineficientes son producto de sistemas educativos familiares y académicos defectuosos, experiencias mal
sustanciadas, adoctrinamientos interesados de carácter político, religioso o mercantil, defectos psicológicos, bioquímicos y neurológicos de carácter genético o producidos en su tramo existencial.
A este respecto, hemos de comentar que en nuestra primera fase de innovación en este campo hemos conseguido identificar innumerables problemas de razonamiento y hemos diseñado una primera generación de productos de conocimiento en forma de metaprocedimientos de estrategias de razonamiento, auto chequeo, técnicas de análisis-síntesis y enjuiciamiento estructurado, donde las evidencias del mundo real y no nuestros patrones cognitivos conducen nuestra visión y forma de influir en el mundo real.
La importancia de este trabajo como mecanismo formativo de niños, jóvenes, personas maduras, colectivos y organizaciones es vital para la creación de otra forma de pensar y actuar.
Einstein manifestaba con frecuencia dos sentencias relacionadas entre sí, a saber: “La principal dificultad para mi formación es mi educación” y “Lo importante en un persona no es lo que piensa si no como lo piensa”.
(*) Luis Martín
Equipo de innovación
Thinking Helper Labs
An eGauss Business Holding I+T Company