El desarrollo sostenible depende de tres posibles escenarios de evolución

Europa tiene una gran oportunidad para diseñar un modelo de crecimiento ejemplar


El desarrollo sostenible se desenvolverá en las próximas décadas en el marco de tres posibles escenarios de evolución: el triunfo de los mercados, el nuevo orden económico internacional subsiguiente al final de la guerra fría o en el escenario promovido por los foros alternativos de Porto Alegre, denominado “otro mundo es posible”. Estos escenarios sugieren que la lucha contra las deslocalizaciones productivas será intensa a corto plazo, que Europa tiene una gran oportunidad para diseñar un modelo de desarrollo ejemplar y que los gobiernos deben incentivar a las empresas para que adopten prácticas de sostenibilidad en sus estrategias mundiales. Lo esencial es que la empresa se replantee su papel como motor del desarrollo sostenible. Por Emilio Fontela.


Emilio Fontela
28/01/2004

Gobierno USA
La prospectiva, el arte de explorar mundos futuros alternativos, dispone de ciertos instrumentos analíticos para poder completar con éxito su tarea. Es bien sabido que el futuro no está escrito y que la previsión es imposible. Pero el enfoque prospectivo no es determinista; al contrario, se trata de explicar situaciones posibles, probables o deseables para tomar decisiones con mejor conocimiento de causa. Cuando el conocimiento científico existe, la prospectiva lo utiliza; cuando no se dispone de la ciencia adecuada, la prospectiva apela a opiniones, a ser posible de expertos que tengan una opinión “justa” de las cosas (Platón).

El principal instrumento de la prospectiva es el escenario, término que conviene interpretar en su significado francés e inglés, y que en español se traduciría correctamente por “guión”. El “escenario”(guión) explora el comportamiento de los agentes (actores), en un contexto de tendencias y acontecimientos posibles (trama).

En un tema tan amplio como es el Desarrollo Sostenible, parece oportuno apelar a agentes y tendencias globales. Supongamos que existen solamente tres grupos de agentes:

§ las empresas globales;
§ los gobiernos nacionales y los organismos internacionales;
§ y la Sociedad Civil con las ONGs.

Se trata de los tres principales grupos de agentes que iniciaron reflexiones conjuntas a partir de la Conferencia de Rio sobre el desarrollo sostenible planetario, y que constituyen el núcleo duro de las formulas contractuales propuestas por el grupo de Lisboa. Se supone que la población se ve representada por los Gobiernos y por las instituciones de la Sociedad Civil y que el mundo empresarial en su conjunto acepta ser representado por las empresas globales. El resto de los agentes, y en particular los medios de información y de comunicación se integran en el concepto amplio de Sociedad Civil.

Tres tendencias

Supongamos también que existan solamente tres grandes tendencias:

· La globalización de la economía, en las esferas financieras, productivas y comerciales;
· La globalización de las ideas, estimulada por los medios de comunicación y por la oportunidades tecnológicas que ofrecen las tecnologías de la Sociedad de la Información;
· La descentralización de los estados nacionales y el repliegue localista estimulado por el énfasis en la calidad de vida y su definición territorial.

Simplemente cruzando estos agentes con estas tendencias, ya encontramos nueve bases para reflexionar sobre posibles escenarios de desarrollo sostenible: no es lo mismo contemplar el futuro del desarrollo sostenible en un contexto dominado por la regulación pública y el localismo, que en un contexto dictado por empresas multinacionales apoyadas en la globalización cultural del pensamiento.

Tres escenarios

En los tres escenarios que comentamos a continuación hemos seleccionado (por su importancia en términos de contraste) los que derivan de los posibles agentes: empresas multinacionales en un proceso de globalización de los mercados, instituciones públicas nacionales e internacionales siempre en un contexto de globalización de los mercados, y Sociedad Civil apoyada en la evolución hacia el localismo.

Denominaremos estos tres escenarios respectivamente como sigue:

“El triunfo de los mercados” (titulo que corresponde al de uno de los cinco escenarios analizados por la Célula Prospectiva de la Comisión Europea, Bertrand, 1999)

“El nuevo orden económico internacional” (expresión vinculada a la organización internacional del mundo después de la guerra fría).

“Otro mundo es posible” (titulo promovido por los foros alternativos de Porto Alegre).

Escenario 1: El triunfo de los mercados

En este escenario se mantiene la tendencia a la liberalización de los movimientos de bienes y servicios hasta llegar a un mercado mundial sin barreras comerciales, cumpliendo los objetivos de la OMC. Se produce por tanto una acentuación de la fuerza de los mercados en todas las decisiones económicas, sociales y políticas.

La competencia entre empresas induce una competencia entre territorios, competencia que se manifiesta en grados de desregulación y privatización. Para facilitar las decisiones de inversión por agentes empresariales globales, los Gobiernos simplifican sus formas de regulación, y en particular, evitan introducir nuevas trabas en forma de normas ambientales y fiscales.

Como el medio ambiente y el uso abusivo de los recursos no-renovables tienen consecuencias a muy largo plazo, los gobiernos adoptan la escuela de pensamiento secuencial, y prefieren no perder oportunidades de crecimiento y empleo a corto plazo.

Esta actitud también afecta a los temas sociales que implican costes económicos, y estimulan por tanto el desmantelamiento de ciertas formulas tradicionales del Estado de Bienestar (por ejemplo, las pensiones o la sanidad) que eran financiadas por las empresas.

En el escenario del Triunfo de los Mercados, los Gobiernos adoptan como objetivo (en general no explicito) la creación de un ambiente regulador que no grave el coste empresarial y en consecuencia, promueven la competitividad como ideología dominante económica y social.

La sostenibilidad del resultado final de este proceso es muy dudosa, con graves riesgos de fractura social y de accidentes ecológicos.

Escenario 2: El nuevo orden económico internacional

En este escenario, los Gobiernos reaccionan frente al desarrollo de un sector privado que se eleva sobre las fronteras nacionales, reforzando la regulación pactada a nivel internacional.

El proceso de institucionalización de la economía mundial, liderado por los países industriales avanzados de la OCDE, sale reforzado, con nuevas tareas de regulación para evitar los abusos de poder en los mercados, tanto en el ámbito financiero como en el de la economía real.

Una redefinición del sistema internacional en grandes bloques regionales permite un sistema de geometría variable en el que algunas regiones, como la Unión Europea y su entorno, pueden avanzar mas rápidamente en el proceso de re-regulación de los mercados.

En un escenario multipolar, problemas auténticamente mundiales (como el cambio climático) se transfieren al ámbito de la regulación multi-regional, con posibles disparidades que pueden afectar la competitividad entre las zonas.

En el interior de la UE el proceso de desarrollo sostenible sale reforzado por los progresos de la regulación de la competencia, del acercamiento de los sistemas fiscales y sociales, y de las políticas energéticas y ambientales.

La fuerza ideológica dominante en este escenario la proporciona la escuela de pensamiento posibilista, y desde el punto de vista del desarrollo sostenible global, este escenario permite una difusión progresiva de las buenas prácticas a partir de experiencias de índole regional (por ejemplo europeas).

Escenario 3: Otro mundo es posible

La referencia a Porto Alegre señala la importancia atribuida en este escenario a los movimientos alternativos, y en especial a las ONGs que preconizan cambios radicales de la organización mundial, en reacción a las perspectivas de no-sostenibilidad que plantea el primer escenario sobre el Triunfo de los Mercados.

La punta de lanza de estos movimientos la constituyen los antiglobalizadores (The International Forum on Globalization, 2002) y su oposición activa tanto al mercado, como a buena parte de la regulación mundial (oposición a la OMC, al FMI, al G-7, etc), acusada de apoyar la globalización por el mercado.

En Otro Mundo es Posible, la respuesta a la globalización se centra en una intensificación de los procesos de fragmentación, buscando soluciones en el nivel local. Se trata de construir una estructura democrática descentralizada que permita un control ciudadano del modelo de desarrollo, y que no excluya un retorno a formulas proteccionistas para preservar los valores y la economía local.

En este caso, el desarrollo sostenible recupera una mayor identidad con la calidad de vida del entorno local de los pueblos, y les devuelve independencia y poder de decisión (soberanía).

Sin embargo, un escenario de este tipo no responde claramente a algunos de los grandes retos de la sostenibilidad: detener simplemente el proceso de globalización no es suficiente para colmar las brechas existentes en términos de distribución de la renta y de la riqueza entre diferentes “localidades”, ni para evitar los límites planetarios de la energía y de los recursos, o los límites atmosféricos y el cambio climático.

Por esto, para el desarrollo sostenible, el necesario interés local por la calidad de vida requiere una conciencia planetaria de todos los ciudadanos del mundo y plantea múltiples retos al sistema educativo en el Norte y en el Sur.

Grandes temas de las próximas décadas

Este breve ejercicio de prospectiva nos ayuda a plantear algunos grandes temas del desarrollo sostenible en las próximas décadas.

· Será indispensable luchar internacionalmente para evitar las deslocalizaciones productivas motivadas por la competencia entre sistemas de regulación social y medioambientales, y probablemente la OMC podría encontrar en esta función una nueva justificación para sus actividades y para reorientar positivamente los movimientos anti-globalización.

· No se puede dejar pasar la oportunidad que tiene la Unión Europea de desarrollar un modelo de desarrollo sostenible ejemplar y de apoyar su difusión por lo menos en el entorno de su nueva “vecindad” (Rusia-Mediterráneo) como ejemplo de la Cooperación Norte-Sur.

· Sería oportuno fomentar con incentivos la orientación de las empresas hacia prácticas de sostenibilidad en su estrategias mundiales, aprovechando para ello una redefinición de la función de organismos económicos internacionales como el Banco Mundial.

En general, parece esencial replantear el papel de la empresa como motor del desarrollo sostenible en un contexto que favorece más las oportunidades que las amenazas, y en línea con una estrategia de desarrollo sostenible de carácter posibilista.




Emilio Fontela es Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Empresariales de la Universidad Antonio de Nebrija y miembro del Consejo Editorial de Tendencias Científicas.



Emilio Fontela
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