El ayuntamiento de Londres quiere controlar la velocidad con GPS

El sistema avisa a los conductores cuándo han sobrepasado los límites


El ayuntamiento de Londres comienza este año las pruebas de un sistema de tecnología punta bautizado como Intelligent Speed Adaptation (ISA), que permitirá el control de la velocidad de los vehículos vía GPS. La combinación de un mapa digital de las calles de la ciudad, que incluye los datos de la velocidad permitida en cada área, y de un localizador en los vehículos, permitirá que los conductores sean avisados en el momento en que aceleran demasiado. Por Olga Castro-Perea.


Olga Castro-Perea
10/01/2008

Coche equipado con el sistema ISA. Fuente: ISA Reino Unido.
Transport for London (TfL, organismo londinense responsable de las líneas de metro, el transporte fluvial y los autobuses de la ciudad, pretende comenzar este año las pruebas de un sistema de control de la velocidad por GPS (sistema de posicionamiento global a través de satélites) en varios vehículos, incluidos un autobús y un taxi.

Se trata de una tecnología bautizada como Intelligent Speed Adaptation, desarrollada por la Universidad de Leeds, con la que se busca registrar la velocidad de los vehículos de manera automática, si ésta excede los límites marcados.

El dispositivo, que se coloca dentro de los vehículos, funciona localizando un automóvil dentro de un mapa (que a finales de 2007 estaba completado en un 40% y que se espera pueda descargarse gratuitamente de la página oficial del TfL) y combinando sus coordenadas con una base de registros en la que aparece la velocidad máxima autorizada en cada vía de circulación. Cuando el coche supera la velocidad permitida en la zona, una emisión sonora o una vibración en el pedal del acelerador avisa al conductor de que debe frenar.

Reducción del peligro

Tal y como publicó TfL a finales de 2007, el año pasado comenzó la realización del mapa digital de los límites de velocidad en las calles de la ciudad, y este año se probará la tecnología ISA para comprobar algunos datos, como su efecto en las emisiones (hay ya evidencias de que con ISA se reducirían las emisiones de los tubos de escape) y los tiempos de los recorridos.

Por otro lado, la intención es desarrollar una estrategia que anime a los conductores a equipar sus vehículos con este sistema, por ejemplo, con incentivos económicos.

En los años siguientes (2009-2010), se espera llegar a equipar con el ISA la flota de vehículos para servicios públicos de la ciudad, así como se llevarán a cabo campañas de publicidad que muestren sus beneficios al público. Las pruebas revelarán si el sistema resulta efectivo y si servirá para conseguir el objetivo que el Ayuntamiento de la ciudad pretende: reducir en un 50% los accidentes de tráfico en Londres para 2010.

Y es que, tal y como explica en la página web del ISA, cada año mueren miles de personas en las carreteras del Reino Unido. La velocidad es la causa principal de los siniestros, a pesar de las medidas tomadas para reducirla, tales como cámaras de control de velocidad.

Este sistema se considera una de las estrategias más efectivas para que la gente disminuya la velocidad, aunque de momento no se prevé su instalación en vehículos privados.

ISA en otros lugares

En los últimos cinco años, la ciudad de Londres ha experimentado un declive constante en el número de accidentes de tráfico gracias a la aplicación de las nuevas tecnologías en el sector, como los Sistemas de Transporte Inteligente (ITS.

La tecnología ISA funciona a tres niveles: la alerta al conductor de que excede la velocidad permitida, sistemas de gestión del motor que limitan activamente la aceleración del vehículo e instalación de emergencia (generalmente un obstaculizador del acelerador).

El sistema ISA no ha sido probado sólo en Londres, publica el proyecto danés INFANTI “INtelligent FArtTIlpasning” o Intelligent Speed Adaptation en danés.

En Suecia, por ejemplo, se han llevado a cabo una serie de experimentos con ISA, con un presupuesto total de 75 millones de coronas suecas (casi ocho millones de euros). A finales de 2006, se habían instalado unos 400 sistemas ISA en coches, para probar su funcionamiento.



Olga Castro-Perea
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