El apoyo social, clave para la superación de traumas por terrorismo continuado

Un estudio con adolescentes israelíes demuestra que la ayuda favorece la resiliencia


Científicos israelíes y estadounidenses analizaron el estado anímico de 29 adolescentes de la ciudad israelí de Sderot, en un periodo de continuos ataques con cohetes Qassam que llegaban desde la Franja de Gaza. Los resultados de una evaluación de cinco meses de duración, llevada a cabo en 2007, revelaron que el apoyo social resulta esencial para la superación de la depresión derivada de un estrés traumático continuado. Los especialistas señalan la importancia de los esfuerzos que se puedan hacer desde la comunidad para apuntalar el trabajo de las escuelas, las familias y los grupos de iguales, verdaderas fuentes de protección en momentos traumáticos. Por Yaiza Martínez.


17/10/2008

Momento terrible tras el atentado. Gobierno de Israel.
Un estudio realizado por el profesor Golan Shahar de la Universidad Ben-Gurion del Néguev, en Israel, y por el profesor Christopher Henrich de la Georgia State University de Estados Unidos, señala que los adolescentes que han sufrido ataques terroristas pueden superar el trauma si reciben apoyo social. Según explica la Universidad Ben-Gurion del Néguev en un comunicado, la investigación consistió en el seguimiento de jóvenes estudiantes de la ciudad israelí de Sderot (que tiene unos 20.000 habitantes), que padecieron ataques terroristas continuos durante siete años.

Evaluación en dos partes

Estos ataques, llegados desde la Franja de Gaza (territorio autónomo palestino en el límite de Israel-Egipto), consistían en el lanzamiento de cohetes Qassam. Estos cohetes, creados por el movimiento extremista islámico Hamas, son de metal y están rellenos de explosivos y han sido lanzados regularmente desde la Franja de Gaza, desde antes de la retirada de los asentamientos israelíes.

La revista especializada Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, en la que los autores explican detalladamente el estudio, señala que se analizó a 29 estudiantes de enseñanza secundaria (entre 9 y 12 años) para tratar de averiguar si altos niveles de apoyo social servían para protegerlos de los efectos psicológicos adversos derivados de la exposición a los ataques con cohetes.

El método seguido en el estudio consistió en una evaluación llevada a cabo en dos veces, con cinco meses de separación entre ambas, antes y después de un periodo de recrudecimiento militar (entre mayo y septiembre de 2007).

El estado de aquellos adolescentes que afirmaron sufrir depresión fue medido en función de una escala de depresión (la Center for Epidemiological Studies-Child Depression Scale). Por otro lado, el apoyo familiar, de amigos y en la escuela fue también medido en el primer contacto, siguiendo la Escala de Apoyo Social Percibido.

Uno de los dibujos de niños de Sderot que publica la web del Ministerio Israelí de Asuntos Exteriores.
Apoyo y superación

Los adolescentes informaron asimismo de su exposición a los ataques de los cohetes en ambas partes de la evaluación.

Según declaró Shahar en el comunicado del Néguev, el estudio ha representado “una oportunidad única y excepcional para el examen de los procesos de resiliencia en una población extremadamente atribulada”.

Los resultados indicaron que realmente existe una interacción significativa entre el apoyo social y la depresión por la exposición a los ataques terroristas. Tal y como los expertos esperaban, niveles altos de apoyo social redujeron el efecto de dichos ataques en el estado anímico de los que los padecieron.

Los especialistas señalan por tanto la importancia de los esfuerzos que se puedan hacer desde la comunidad para apuntalar el trabajo de las escuelas, las familias y los grupos de iguales, verdaderas fuentes de protección en momentos traumáticos. Aunque la investigación se ha centrado en la experiencia del terrorismo en Israel, sus resultados pueden ser válidos para otros países que sufren cualquier tipo de terrorismo.

La resiliencia

Christopher Henrich está especializado en el estudio del papel de los factores de resiliencia contextual en el desarrollo de niños y adolescentes. El concepto de resiliencia es cada día más utilizado en los centros de pensamiento.

El término procede de la metalurgia y de la medicina y hace referencia a la cualidad que tienen los metales de recuperar, sin deformarse, su estado original después de sufrir pesadas presiones. En medicina, en el ramo de osteología, es la capacidad de los huesos de crecer correctamente después de sufrir una fractura grave.

A partir de estos campos, el concepto pasó a otras áreas como la educación, la psicología, la pedagogía, la ecología, el dirección de empresas... en definitiva, para ser aplicada a todos los fenómenos vivos que implican fluctuaciones, adaptaciones, crisis y superación de fracasos o de estrés.

La resiliencia comporta dos componentes: resistencia frente a las adversidades -capacidad de mantenerse entero cuando se es sometido a grandes exigencias y presiones-, y capacidad de sortear la dificultad, aprender de las derrotas y reconstituirse, creativamente, transformando los aspectos negativos en nuevas oportunidades y ventajas. Según el estudio de Henrich y Shahar, el apoyo social resultaría importante para que esta resiliencia se dé en los individuos jóvenes.



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