Lago Styrlia en Estiria. Fuente: Wikipedia.
El mercado tecnológico mundial relacionado con los productos ecológicos podría duplicarse en los próximos diez años, hasta alcanzar un valor de 4,4 billones de euros, según estimaciones publicadas por la UE a través de su agencia de noticias, Cordis.
¿Cuál será el papel de los sectores industriales tradicionales en este nuevo panorama? ¿Cómo podrán surgir y prosperar nuevas empresas ecológicas? La agencia de noticias menciona El Green Tech Valley (“Valle de la Tecnología Ecológica”) de Estiria (Austria) como ejemplo que puede dar respuesta a estas cuestiones.
Hemos visitado la web del “Valle”. Este cuenta con un “cluster” (conjunto) de 200 empresas Green Tech (de tecnologías verdes) e institutos de investigación centrados en las “tecnologías limpias y verdes del mañana”.
Por este agrupamiento, la región de Estiria se ha convertido en el emplazamiento más importante del mundo en materia de tecnología medioambiental, cuando hace tan solo veinte años acogía una industria del acero en decadencia.
Durante la crisis del acero de los años noventa, la región invirtió enormemente en I+D y logró que los grandes productores de este material cambiaran sus ámbitos de especialización por la tecnología respetuosa con el medio ambiente. Hoy en día Estiria sigue produciendo acero pero para su uso en tecnologías ecológicas. Desde luego, todo un ejemplo de que la transición es posible y de que la sostenibilidad no está reñida con la economía.
Se impone evolucionar
En la Semana Verde celebrada en Bruselas a principios de junio, en la que -entre otros temas- también se habló de cómo evitar el desperdicio de alimentos en Europa, Bernhard Puttinger, de la agrupación ECO World Styria (así se llama el clúster de empresas Green Tech del Valle), refirió de la siguiente forma la evolución de Estiria.
“Era una región con una gran tradición acerera. Aún lo es, pero ahora en relación con máquinas y plantas dedicadas a las tecnologías ecológicas, como máquinas que reciclan vidrio desechado, que gestionan el fermentado del compost, etc. Los fabricantes evolucionaron al unísono hacia una actividad basada enormemente en la investigación y el desarrollo, combinando acero y sensores, por ejemplo”.
Este cambio en las industrias pesadas hacia una producción basada en el conocimiento con un componente estratégico dedicado a la tecnología ecológica ha coincidido con el desarrollo de Estiria como región pionera en cuanto a reciclaje, energía hidroeléctrica, biomasa y energía solar.
Como se ha dicho, 200 empresas y centros de investigación trabajan en soluciones ecológicas y limpias en la agrupación ECO World Styria. Esta apoya la innovación mediante iniciativas como la Green Tech Research Alliance (“Alianza científica por la tecnología ecológica”), en la que participan mil doscientos investigadores, o el “Club de Innovadores”, en el que se reúnen agentes industriales y académicos para resolver retos relacionados con la I+D.
¿Cuál será el papel de los sectores industriales tradicionales en este nuevo panorama? ¿Cómo podrán surgir y prosperar nuevas empresas ecológicas? La agencia de noticias menciona El Green Tech Valley (“Valle de la Tecnología Ecológica”) de Estiria (Austria) como ejemplo que puede dar respuesta a estas cuestiones.
Hemos visitado la web del “Valle”. Este cuenta con un “cluster” (conjunto) de 200 empresas Green Tech (de tecnologías verdes) e institutos de investigación centrados en las “tecnologías limpias y verdes del mañana”.
Por este agrupamiento, la región de Estiria se ha convertido en el emplazamiento más importante del mundo en materia de tecnología medioambiental, cuando hace tan solo veinte años acogía una industria del acero en decadencia.
Durante la crisis del acero de los años noventa, la región invirtió enormemente en I+D y logró que los grandes productores de este material cambiaran sus ámbitos de especialización por la tecnología respetuosa con el medio ambiente. Hoy en día Estiria sigue produciendo acero pero para su uso en tecnologías ecológicas. Desde luego, todo un ejemplo de que la transición es posible y de que la sostenibilidad no está reñida con la economía.
Se impone evolucionar
En la Semana Verde celebrada en Bruselas a principios de junio, en la que -entre otros temas- también se habló de cómo evitar el desperdicio de alimentos en Europa, Bernhard Puttinger, de la agrupación ECO World Styria (así se llama el clúster de empresas Green Tech del Valle), refirió de la siguiente forma la evolución de Estiria.
“Era una región con una gran tradición acerera. Aún lo es, pero ahora en relación con máquinas y plantas dedicadas a las tecnologías ecológicas, como máquinas que reciclan vidrio desechado, que gestionan el fermentado del compost, etc. Los fabricantes evolucionaron al unísono hacia una actividad basada enormemente en la investigación y el desarrollo, combinando acero y sensores, por ejemplo”.
Este cambio en las industrias pesadas hacia una producción basada en el conocimiento con un componente estratégico dedicado a la tecnología ecológica ha coincidido con el desarrollo de Estiria como región pionera en cuanto a reciclaje, energía hidroeléctrica, biomasa y energía solar.
Como se ha dicho, 200 empresas y centros de investigación trabajan en soluciones ecológicas y limpias en la agrupación ECO World Styria. Esta apoya la innovación mediante iniciativas como la Green Tech Research Alliance (“Alianza científica por la tecnología ecológica”), en la que participan mil doscientos investigadores, o el “Club de Innovadores”, en el que se reúnen agentes industriales y académicos para resolver retos relacionados con la I+D.
Más allá de Estiria
¿Cómo podrían otras cámaras de comercio, instituciones y regiones fomentar un entorno como el de Estiria?
Bernhard explica que para ello se necesitan nuevos modelos de negocio que reflejen las distintas facetas de las tecnologías ecológicas, y también obtener un conocimiento más exhaustivo en las instituciones de financiación. “Desde mi punto de vista, es importante orientar a los bancos para que mejoren sus estrategias de gestión de riesgos y los calculen con mayor precisión”. Añadió que un cambio hacia una fiscalidad favorable a las actividades ecológicas resulta “clave”.
Green Tech Valley es líder en este ámbito, pero no está sola en Europa. ECO World Styria participa, a través del proyecto Europe INNOVA de la Comisión Europea, en ECOCLUP (“Eco-innovative cluster partnership for growth and internationalisation”). En esta red suprarregional de empresas de ingeniería medioambiental participan trece agrupaciones europeas de diez países, dedicadas a ingeniería medioambiental.
En ella tienen cabida más de tres mil quinientas empresas agrupadas y cuatrocientos treinta institutos de investigación que aspiran a intensificar las asociaciones y poner en marcha proyectos.
Las cifras de Estiria no dejan lugar a la duda: el 25 % del consumo final de energía en la región procede de fuentes renovables y la región recicla el 70 % de sus materiales, la proporción más alta de toda Europa.
En seis años se han creado siete mil quinientos puestos de trabajo nuevos relacionados con la tecnología ecológica y los productos de Estiria han ahorrado cuarenta millones de toneladas de CO2 en todo el planeta en cinco años.
¿Cómo podrían otras cámaras de comercio, instituciones y regiones fomentar un entorno como el de Estiria?
Bernhard explica que para ello se necesitan nuevos modelos de negocio que reflejen las distintas facetas de las tecnologías ecológicas, y también obtener un conocimiento más exhaustivo en las instituciones de financiación. “Desde mi punto de vista, es importante orientar a los bancos para que mejoren sus estrategias de gestión de riesgos y los calculen con mayor precisión”. Añadió que un cambio hacia una fiscalidad favorable a las actividades ecológicas resulta “clave”.
Green Tech Valley es líder en este ámbito, pero no está sola en Europa. ECO World Styria participa, a través del proyecto Europe INNOVA de la Comisión Europea, en ECOCLUP (“Eco-innovative cluster partnership for growth and internationalisation”). En esta red suprarregional de empresas de ingeniería medioambiental participan trece agrupaciones europeas de diez países, dedicadas a ingeniería medioambiental.
En ella tienen cabida más de tres mil quinientas empresas agrupadas y cuatrocientos treinta institutos de investigación que aspiran a intensificar las asociaciones y poner en marcha proyectos.
Las cifras de Estiria no dejan lugar a la duda: el 25 % del consumo final de energía en la región procede de fuentes renovables y la región recicla el 70 % de sus materiales, la proporción más alta de toda Europa.
En seis años se han creado siete mil quinientos puestos de trabajo nuevos relacionados con la tecnología ecológica y los productos de Estiria han ahorrado cuarenta millones de toneladas de CO2 en todo el planeta en cinco años.