Ilustración esquemática del cambio de calor del océano (sombras azules y rojas) y del flujo de calor (flechas verdes) durante El Niño en los trópicos (20oS ~ 20oN). Los tres cortes muestran: cambio en la temperatura del océano en latitudes medias, meridional y horizontal durante El Niño. Todos los campos están normalizados por sus valores máximos, por lo que las unidades son Kevin y todos los valores están dentro de -1 ~ 1. (Imagen de CHENG Lijing).
Aunque el fenómeno climático conocido como El Niño calienta la atmósfera, también enfría el océano, ha descubierto una investigación dirigida por el Instituto de la Atmósfera de China y en la que han participado también científicos europeos y de Estados Unidos.
"Como una persona que tiene fiebre, el sistema climático aprovecha los eventos de El Niño para sudar (más lluvias en el Pacífico tropical) y liberar calor (a la atmósfera y al espacio)", explica el director del estudio, Lijing Cheng, en un comunicado.
El Niño-Oscilación del Sur, ENOS o ENSO (inglés), es un patrón climático que consiste en la oscilación de los parámetros meteorológicos del Pacífico ecuatorial cada cierto tiempo.
Es la perturbación interanual más fuerte del sistema climático: domina la variabilidad anual de la temperatura de la superficie global, el patrón del clima global y el flujo de energía oceánica global.
ENSO afecta directamente a la temperatura, las precipitaciones, las sequías, los huracanes y los fenómenos extremos en todo el mundo, a través de los cambios de la circulación atmosférica global.
Por ejemplo, 2016 fue el año más cálido registrado en el mundo en lo que respecta a la temperatura global de la superficie terrestre, porque hubo un súper episodio de El Niño en 2015-2016.
Impacto en los océanos
Sin embargo, aunque estos procesos son bien conocidos, la cuestión de si El Niño incide también en la temperatura de los océanos ha sido debatida en la comunidad científica durante mucho tiempo.
El nuevo estudio arroja luz sobre esta cuestión. Publicado en la revista Journal of Climate, contó también con la participación del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos y del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (UK).
El estudio combina observaciones de los océanos, datos y simulaciones del sistema terrestre para observar cómo los eventos ENOS afectan a la distribución de energía planetaria, incluidos los intercambios que provoca entre el océano y la atmósfera, entre diferentes océanos, cuencas y otros espacios.
"Como una persona que tiene fiebre, el sistema climático aprovecha los eventos de El Niño para sudar (más lluvias en el Pacífico tropical) y liberar calor (a la atmósfera y al espacio)", explica el director del estudio, Lijing Cheng, en un comunicado.
El Niño-Oscilación del Sur, ENOS o ENSO (inglés), es un patrón climático que consiste en la oscilación de los parámetros meteorológicos del Pacífico ecuatorial cada cierto tiempo.
Es la perturbación interanual más fuerte del sistema climático: domina la variabilidad anual de la temperatura de la superficie global, el patrón del clima global y el flujo de energía oceánica global.
ENSO afecta directamente a la temperatura, las precipitaciones, las sequías, los huracanes y los fenómenos extremos en todo el mundo, a través de los cambios de la circulación atmosférica global.
Por ejemplo, 2016 fue el año más cálido registrado en el mundo en lo que respecta a la temperatura global de la superficie terrestre, porque hubo un súper episodio de El Niño en 2015-2016.
Impacto en los océanos
Sin embargo, aunque estos procesos son bien conocidos, la cuestión de si El Niño incide también en la temperatura de los océanos ha sido debatida en la comunidad científica durante mucho tiempo.
El nuevo estudio arroja luz sobre esta cuestión. Publicado en la revista Journal of Climate, contó también con la participación del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos y del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (UK).
El estudio combina observaciones de los océanos, datos y simulaciones del sistema terrestre para observar cómo los eventos ENOS afectan a la distribución de energía planetaria, incluidos los intercambios que provoca entre el océano y la atmósfera, entre diferentes océanos, cuencas y otros espacios.
Océanos más fríos
Los resultados confirman que el Océano Pacífico tropical se está enfriando, principalmente a través de flujos de calor hacia la atmósfera impulsados por las altas temperaturas de la superficie del mar.
Esta situación provoca más lluvias en el Pacífico central y luego impulsa las conocidas repercusiones globales.
Los científicos observaron asimismo una redistribución del calor, tanto lateral como verticalmente, en las latitudes tropicales de los océanos Pacífico e Índico (calentamiento dentro de 0-100 m y enfriamiento con 100-300 m).
El calor también se transporta y descarga en las regiones ecuatoriales dentro y fuera de la región durante y después de El Niño.
Los océanos Atlántico e Índico tropicales se calientan durante El Niño, compensando en parte el enfriamiento del Pacífico tropical.
Calentamiento global
Si bien hay distintos cambios en el contenido de calor oceánico según las regiones, muchos se compensan entre sí, lo que resulta en un enfriamiento global oceánico débil pero robusto durante y después de El Niño.
Eso significa que el océano global está perdiendo calor durante y después de El Niño, señalan los investigadores. Pero no impide la tendencia al calentamiento global de los océanos como consecuencia del cambio climático, tal como estableció a principios de año otra investigación del algunos miembros de este equipo, publicada en la revista Science.
El nuevo estudio proporciona una visión más completa del flujo de energía de la Tierra asociado con ENOS, y permite mejores pronósticos de ENOS y de los fenómenos climáticos extremos al incluir en el diagnóstico un punto de vista energético.
Los resultados confirman que el Océano Pacífico tropical se está enfriando, principalmente a través de flujos de calor hacia la atmósfera impulsados por las altas temperaturas de la superficie del mar.
Esta situación provoca más lluvias en el Pacífico central y luego impulsa las conocidas repercusiones globales.
Los científicos observaron asimismo una redistribución del calor, tanto lateral como verticalmente, en las latitudes tropicales de los océanos Pacífico e Índico (calentamiento dentro de 0-100 m y enfriamiento con 100-300 m).
El calor también se transporta y descarga en las regiones ecuatoriales dentro y fuera de la región durante y después de El Niño.
Los océanos Atlántico e Índico tropicales se calientan durante El Niño, compensando en parte el enfriamiento del Pacífico tropical.
Calentamiento global
Si bien hay distintos cambios en el contenido de calor oceánico según las regiones, muchos se compensan entre sí, lo que resulta en un enfriamiento global oceánico débil pero robusto durante y después de El Niño.
Eso significa que el océano global está perdiendo calor durante y después de El Niño, señalan los investigadores. Pero no impide la tendencia al calentamiento global de los océanos como consecuencia del cambio climático, tal como estableció a principios de año otra investigación del algunos miembros de este equipo, publicada en la revista Science.
El nuevo estudio proporciona una visión más completa del flujo de energía de la Tierra asociado con ENOS, y permite mejores pronósticos de ENOS y de los fenómenos climáticos extremos al incluir en el diagnóstico un punto de vista energético.
Referencia
Evolution of Ocean Heat Content Related to ENSO. Lijing Cheng et al. Journal of Climate, June 2019. DOI: https://doi.org/10.1175/JCLI-D-18-0607.1
Evolution of Ocean Heat Content Related to ENSO. Lijing Cheng et al. Journal of Climate, June 2019. DOI: https://doi.org/10.1175/JCLI-D-18-0607.1