Fragmentos de ocre modificados descubierto en la Edad Media de la Piedra en la cueva de Porc-Epic (Etiopía). © D. Rosso.
El Homo sapiens ya utilizaba símbolos hace 75 000 años, y es posible que incluso hace 100.000 años, lo que sugiere que para cuando el Homo sapiens dejó África durante el periodo comprendido hace entre ochenta mil y sesenta mil años, ya era «moderno».
Hasta ahora se pensaba que los logros culturales y tecnológicos más importantes del Homo sapiens surgieron en Europa hace cuarenta mil años. Incluso que esta modernidad podría haber contribuido a asentar su dominio en toda Europa.
Lo ha descubierto un grupo de arqueólogos que investigó herramientas de pintura, puntas de lanzas, cuentas y grabados en cáscaras de huevos de avestruz de varios yacimientos arqueológicos de Sudáfrica, en busca de los primeros símbolos empleados por Homo sapiens.
También estudiaron el empleo de ocre, un mineral terroso rico en óxido de hierro. La utilización de materias colorantes ha jugado un papel importante en la evolución de las culturas de los primeros hombres modernos africanos, aunque su interpretación es controvertida.
Algunos investigadores consideran que el ocre pudo ser utilizado para actividades simbólicas, como pintarse el cuerpo o trazar rayas con significado, pero otros sostienen que su utilización simbólica es difícil de demostrar en un contexto arqueológico.
Factor cultural
En un artículo publicado en la revista PLOS ONE, los arqueólogos explican que el ocre es abundante en los yacimientos mesolíticos. El estado en el que se suele encontrar, fragmentos modificados por abrasión y amolado para producir polvo rojo, y objetos tintados de ocre como herramientas líticas y óseas, llevó a los investigadores a concluir que es un indicador de comportamientos humanos modernos mediados por símbolos.
Es esta última investigación, el equipo analizó la mayor colección de ocre mesolítico del este africano de la cueva de Porc-Epic (Etiopía) donde se descubrieron cuarenta kilos de ocre trabajado durante un periodo de al menos cuatro mil quinientos años hace cerca de cuarenta mil años.
Para desentrañar cómo se procesó el ocre y conocer mejor su uso, el equipo analizó 3.792 trozos mediante caracterización óptica, microscopía, análisis de texturas de superficies, análisis morfológicos y morfométricos y replicaron las técnicas de rallado.
Uno de los descubrimientos fundamentales fue que los humanos de esta época podrían haber obtenido, tratado y utilizado los mismos tipos de ocre durante este periodo de cuatro mil quinientos años.
Los investigadores concluyeron que, dadas las cantidades descubiertas, su utilización apunta a la «expresión de una adaptación cultural cohesiva, compartida en gran medida por todos los miembros de la comunidad y transmitida de manera consistente en el tiempo».
Otros fragmentos de ocre muestran el empleo de piedras de amolar (afilar), muy probablemente para producir polvos, lo cual encaja con las hipótesis en cuanto al uso de polvos como ornamento por ejemplo en el cuerpo, si bien no se descarta un empleo más funcional, como la protección solar.
Hasta ahora se pensaba que los logros culturales y tecnológicos más importantes del Homo sapiens surgieron en Europa hace cuarenta mil años. Incluso que esta modernidad podría haber contribuido a asentar su dominio en toda Europa.
Lo ha descubierto un grupo de arqueólogos que investigó herramientas de pintura, puntas de lanzas, cuentas y grabados en cáscaras de huevos de avestruz de varios yacimientos arqueológicos de Sudáfrica, en busca de los primeros símbolos empleados por Homo sapiens.
También estudiaron el empleo de ocre, un mineral terroso rico en óxido de hierro. La utilización de materias colorantes ha jugado un papel importante en la evolución de las culturas de los primeros hombres modernos africanos, aunque su interpretación es controvertida.
Algunos investigadores consideran que el ocre pudo ser utilizado para actividades simbólicas, como pintarse el cuerpo o trazar rayas con significado, pero otros sostienen que su utilización simbólica es difícil de demostrar en un contexto arqueológico.
Factor cultural
En un artículo publicado en la revista PLOS ONE, los arqueólogos explican que el ocre es abundante en los yacimientos mesolíticos. El estado en el que se suele encontrar, fragmentos modificados por abrasión y amolado para producir polvo rojo, y objetos tintados de ocre como herramientas líticas y óseas, llevó a los investigadores a concluir que es un indicador de comportamientos humanos modernos mediados por símbolos.
Es esta última investigación, el equipo analizó la mayor colección de ocre mesolítico del este africano de la cueva de Porc-Epic (Etiopía) donde se descubrieron cuarenta kilos de ocre trabajado durante un periodo de al menos cuatro mil quinientos años hace cerca de cuarenta mil años.
Para desentrañar cómo se procesó el ocre y conocer mejor su uso, el equipo analizó 3.792 trozos mediante caracterización óptica, microscopía, análisis de texturas de superficies, análisis morfológicos y morfométricos y replicaron las técnicas de rallado.
Uno de los descubrimientos fundamentales fue que los humanos de esta época podrían haber obtenido, tratado y utilizado los mismos tipos de ocre durante este periodo de cuatro mil quinientos años.
Los investigadores concluyeron que, dadas las cantidades descubiertas, su utilización apunta a la «expresión de una adaptación cultural cohesiva, compartida en gran medida por todos los miembros de la comunidad y transmitida de manera consistente en el tiempo».
Otros fragmentos de ocre muestran el empleo de piedras de amolar (afilar), muy probablemente para producir polvos, lo cual encaja con las hipótesis en cuanto al uso de polvos como ornamento por ejemplo en el cuerpo, si bien no se descarta un empleo más funcional, como la protección solar.
Estudio precedente
En un estudio anterior, publicado en PNAS el año pasado y que firma también como autora principal Daniela Eugenia Rosso, se explica que el estudio microscópico y físico-químico de los residuos presentes sobre la superficie de estas herramientas, muestra que se procesaron diferentes tipos de rocas ferruginosas para producir polvo ocre de diferente granulometría, probablemente para funciones diferentes a las mencionadas.
Eso indica un grado de complejidad comportamental desconocido hasta ahora en la Edad Media de la Piedra (Mesolítico) en el Cuerno de África, señalan los investigadores.
La investigación se ha desarrollado en el marco del proyecto europeo Tracsymbols (Tracing the evolution of symbolically mediated behaviours within variable environments in Europe and southern Africa), concluido en 2015, que exploró la aparición de innovaciones culturales fundamentales en África y Europa entre hace ciento sesenta mil y veinticinco mil años.
Sus excavaciones arqueológicas en África se concentraron en la Provincia Occidental del Cabo (Sudáfrica). El equipo complementó su labor arqueológica con indicadores paleoclimáticos que mostraron la evolución de los regímenes de temperatura, vegetación e incendios.
La introducción de esta información en modelos informáticos ofreció un conocimiento más detallado de la relación entre los sistemas adaptativos humanos del pasado y los entornos en los que evolucionaron.
En un estudio anterior, publicado en PNAS el año pasado y que firma también como autora principal Daniela Eugenia Rosso, se explica que el estudio microscópico y físico-químico de los residuos presentes sobre la superficie de estas herramientas, muestra que se procesaron diferentes tipos de rocas ferruginosas para producir polvo ocre de diferente granulometría, probablemente para funciones diferentes a las mencionadas.
Eso indica un grado de complejidad comportamental desconocido hasta ahora en la Edad Media de la Piedra (Mesolítico) en el Cuerno de África, señalan los investigadores.
La investigación se ha desarrollado en el marco del proyecto europeo Tracsymbols (Tracing the evolution of symbolically mediated behaviours within variable environments in Europe and southern Africa), concluido en 2015, que exploró la aparición de innovaciones culturales fundamentales en África y Europa entre hace ciento sesenta mil y veinticinco mil años.
Sus excavaciones arqueológicas en África se concentraron en la Provincia Occidental del Cabo (Sudáfrica). El equipo complementó su labor arqueológica con indicadores paleoclimáticos que mostraron la evolución de los regímenes de temperatura, vegetación e incendios.
La introducción de esta información en modelos informáticos ofreció un conocimiento más detallado de la relación entre los sistemas adaptativos humanos del pasado y los entornos en los que evolucionaron.
Referencias
Patterns of change and continuity in ochre use during the late Middle Stone Age of the Horn of Africa: The Porc-Epic Cave record. PNAS, Published: May 24, 2017. DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pone.0177298
Middle Stone Age Ochre Processing and Behavioural Complexity in the Horn of Africa: Evidence from Porc-Epic Cave, Dire Dawa, Ethiopia. Published: November 2, 2016. DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pone.0164793
Patterns of change and continuity in ochre use during the late Middle Stone Age of the Horn of Africa: The Porc-Epic Cave record. PNAS, Published: May 24, 2017. DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pone.0177298
Middle Stone Age Ochre Processing and Behavioural Complexity in the Horn of Africa: Evidence from Porc-Epic Cave, Dire Dawa, Ethiopia. Published: November 2, 2016. DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pone.0164793