Empecemos por el principio: un libro escrito por un colectivo. Un gesto aparentemente nimio pero que destroza el concepto de autoría. Colectivo Juan de Madre es una lista de nombres, sin apellidos, podría estar en ella tu vecina; pero también un premio Nobel. Esto, por pequeño que parezca, es en sí mismo un acto subversivo: no importa el quién sino el cómo.
El libro, además, está ilustrado, cada capítulo es abierto por una ilustración de Javier Jubera García.
Hay libros, pocos, que más que libros son artefactos. Este es un artefacto literario que explota en las manos del lector. El libro es un túnel, un experimento sincrónico, un tubo de ensayo, una máquina del tiempo, y un texto de gran riqueza narrativa.
Cuando abrí La insólita reunión de los nueve Ricardo Zacarías (Aristas Martínez, 2012) necesité menos de dos páginas para saber que aquello iba a llevarme a algún lugar misterioso y desconocido.
En realidad me bastó ver la primera página: “Instrucciones para servirse de una máquina del tiempo”, en la que aparece exactamente lo que reza su título: las instrucciones para leer el libro, el libro como máquina blanda del tiempo . Porque un artefacto ha de tener instrucciones de uso para su adecuada puesta en marcha y correcto funcionamiento. El engranaje:
1. La historia: la historia parte de un paralelismo. Por una parte está la investigación de un asesinato, misterioso e irresoluto, perpetrado en una habitación del emblemático hotel Chelsea de Nueva York. En la 202, que se encontraba cerrada por dentro, aparece un cadáver. Este hecho abre grandes interrogantes que no son desvelados por la investigación policial. Un periodista decide investigar el crimen, resultando también infructuosas sus pesquisas.
Por otra parte, encontramos la desaparición de un científico barcelonés, Ricardo Zacarías, el 15 de febrero de 1916. La estructura narrativa parte del diario personal, desde el año 1905 hasta el 1916, del propio Zacarías. En él, cada capítulo es un año, que siempre se refiere al día 15 de febrero. Todo eso, y una máquina del tiempo.
2. Metaliteratura: la simultaneidad como concepto temporal, no abstracto sino concreto. El libro es una suerte de híbrido, de conceptos que llevan a otros conceptos, desplegándose como se despliega el tiempo en las teorías que no reconocen su linealidad, sino el tiempo como una (otra) dimensión donde cada acto o suceso abre un sinfín de posibilidades. Posibilidades que pueden estar sucediendo en algún lugar de esa dimensión temporal, de manera paralela.
Una investigación exhaustiva donde se mezclan desde la música hasta la filosofía. La disposición del libro y sus notas recuerda a un fractal, a ese crecimiento aparentemente caótico pero que ordena en su caos desde el crecimiento celular a la expansión del universo.
También tiene reminiscencias de esa nueva forma de búsqueda y lectura que, seguramente, creará nuevos circuitos neurológicos en nuestros cerebros, las diferentes ventanas de nuestros ordenadores, abiertas y minimizadas, que permiten el despliegue de información. Los saltos temporales en nuestras lecturas.
La investigación, que apoya y da argumentos científicos y filosóficos a la historia narrada, al nudo gordiano de la novela, cubre una buena parte del libro, a modo de notas. Cada capítulo se completa con artículos que conforman casi la mitad del texto, desde la vida en la Barcelona de la primera mitad del siglo XX a investigaciones científicas en torno a la cuarta dimensión, a lo circular del tiempo, a grupos de música punk o a referencias literarias. Un desfile de personajes “secundarios” que acompañan a Zacarías en su viaje.
El libro, además, está ilustrado, cada capítulo es abierto por una ilustración de Javier Jubera García.
Hay libros, pocos, que más que libros son artefactos. Este es un artefacto literario que explota en las manos del lector. El libro es un túnel, un experimento sincrónico, un tubo de ensayo, una máquina del tiempo, y un texto de gran riqueza narrativa.
Cuando abrí La insólita reunión de los nueve Ricardo Zacarías (Aristas Martínez, 2012) necesité menos de dos páginas para saber que aquello iba a llevarme a algún lugar misterioso y desconocido.
En realidad me bastó ver la primera página: “Instrucciones para servirse de una máquina del tiempo”, en la que aparece exactamente lo que reza su título: las instrucciones para leer el libro, el libro como máquina blanda del tiempo . Porque un artefacto ha de tener instrucciones de uso para su adecuada puesta en marcha y correcto funcionamiento. El engranaje:
1. La historia: la historia parte de un paralelismo. Por una parte está la investigación de un asesinato, misterioso e irresoluto, perpetrado en una habitación del emblemático hotel Chelsea de Nueva York. En la 202, que se encontraba cerrada por dentro, aparece un cadáver. Este hecho abre grandes interrogantes que no son desvelados por la investigación policial. Un periodista decide investigar el crimen, resultando también infructuosas sus pesquisas.
Por otra parte, encontramos la desaparición de un científico barcelonés, Ricardo Zacarías, el 15 de febrero de 1916. La estructura narrativa parte del diario personal, desde el año 1905 hasta el 1916, del propio Zacarías. En él, cada capítulo es un año, que siempre se refiere al día 15 de febrero. Todo eso, y una máquina del tiempo.
2. Metaliteratura: la simultaneidad como concepto temporal, no abstracto sino concreto. El libro es una suerte de híbrido, de conceptos que llevan a otros conceptos, desplegándose como se despliega el tiempo en las teorías que no reconocen su linealidad, sino el tiempo como una (otra) dimensión donde cada acto o suceso abre un sinfín de posibilidades. Posibilidades que pueden estar sucediendo en algún lugar de esa dimensión temporal, de manera paralela.
Una investigación exhaustiva donde se mezclan desde la música hasta la filosofía. La disposición del libro y sus notas recuerda a un fractal, a ese crecimiento aparentemente caótico pero que ordena en su caos desde el crecimiento celular a la expansión del universo.
También tiene reminiscencias de esa nueva forma de búsqueda y lectura que, seguramente, creará nuevos circuitos neurológicos en nuestros cerebros, las diferentes ventanas de nuestros ordenadores, abiertas y minimizadas, que permiten el despliegue de información. Los saltos temporales en nuestras lecturas.
La investigación, que apoya y da argumentos científicos y filosóficos a la historia narrada, al nudo gordiano de la novela, cubre una buena parte del libro, a modo de notas. Cada capítulo se completa con artículos que conforman casi la mitad del texto, desde la vida en la Barcelona de la primera mitad del siglo XX a investigaciones científicas en torno a la cuarta dimensión, a lo circular del tiempo, a grupos de música punk o a referencias literarias. Un desfile de personajes “secundarios” que acompañan a Zacarías en su viaje.
3. Los perfiles: La maestría con que se aborda el perfil psicológico de los diferentes personajes, la cándida sordidez del protagonista, el hilo narrativo que introduce al lector en un mundo que baila entre la novela negra, la ciencia ficción y los relatos más tenebrosos de Poe, todo ello escrito con una prosa cuidada, convierte al artefacto literario que tenemos entre manos en un bocado exquisito. La credibilidad de lo fabuloso mantiene el pulso, y lo vence, durante las más de trescientas páginas del libro.
Una muerte traumática y un sentimiento de culpa que pesarán sobre la vida adulta de Zacarías, tanto como para generar una atmósfera que nos hace dudar de sus verdaderas intenciones.
El retrato de las ciudades y las gentes de principios de siglo XX, los barrios marginales, la miseria, la ciencia, una historia, una buena historia y una máquina del tiempo, ese anhelo humano perseguido durante toda la historia de la Ciencia.
Todo ello confluye en una habitación y una fecha, que se erigen como santuarios de la tortuosa mente de Ricardo, de los nueve Ricardos que se acercan allí, a la habitación 202, cada 15 de febrero, buscando, de manera desesperada, lavar su conciencia. Este camino, esta búsqueda anhelante de un reencuentro con la inocencia, provocará que se vea envuelto en tórridos asuntos, en un ambiente enrarecido y asfixiante donde el dolor físico y el emocional se rozan constantemente, hasta el desenlace.
4. Los nueve: Uno de los ejes de la novela es precisamente lo que reza su título: la insólita reunión de los nueve Ricardo Zacarías. ¿Qué sucede cuando una persona atormentada se reúne con ella misma en diferentes momentos temporales?
¿Cómo reacciona un “yo” del pasado ante los cambios que puede observar en sus “yoes” futuros? ¿Podrá cambiar los acontecimientos, a sí mismo, al tiempo? ¿Cuánta angustia puede soportar una mente? Todos estos interrogantes y otros muchos serán los que se abrirán, simultáneamente, al abrir las páginas de La insólita reunión de los nueve Ricardo Zacarías.
Una muerte traumática y un sentimiento de culpa que pesarán sobre la vida adulta de Zacarías, tanto como para generar una atmósfera que nos hace dudar de sus verdaderas intenciones.
El retrato de las ciudades y las gentes de principios de siglo XX, los barrios marginales, la miseria, la ciencia, una historia, una buena historia y una máquina del tiempo, ese anhelo humano perseguido durante toda la historia de la Ciencia.
Todo ello confluye en una habitación y una fecha, que se erigen como santuarios de la tortuosa mente de Ricardo, de los nueve Ricardos que se acercan allí, a la habitación 202, cada 15 de febrero, buscando, de manera desesperada, lavar su conciencia. Este camino, esta búsqueda anhelante de un reencuentro con la inocencia, provocará que se vea envuelto en tórridos asuntos, en un ambiente enrarecido y asfixiante donde el dolor físico y el emocional se rozan constantemente, hasta el desenlace.
4. Los nueve: Uno de los ejes de la novela es precisamente lo que reza su título: la insólita reunión de los nueve Ricardo Zacarías. ¿Qué sucede cuando una persona atormentada se reúne con ella misma en diferentes momentos temporales?
¿Cómo reacciona un “yo” del pasado ante los cambios que puede observar en sus “yoes” futuros? ¿Podrá cambiar los acontecimientos, a sí mismo, al tiempo? ¿Cuánta angustia puede soportar una mente? Todos estos interrogantes y otros muchos serán los que se abrirán, simultáneamente, al abrir las páginas de La insólita reunión de los nueve Ricardo Zacarías.