El universo es un vecindario con solera — con cerca de 13.700 millones de años. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, también es antigua — algunas de sus estrellas tienen más de 13.000 millones de años.
Aún así, aún hay mucho movimiento en ella: se forman y se destruyen objetos de manera constante. En la imagen, captada desde Chile por el instrumento Wide Field Imager del telescopio MPG/ESO del Observatorio Europeo Austral (ESO), se pueden ver algunos de los nuevos miembros, las jóvenes estrellas en formación del cúmulo NGC 2547.
Pero, ¿qué edad tienen realmente estas estrellas jóvenes? Aunque su edad exacta sigue siendo un misterio, los astrónomos estiman que la edad de las estrellas de NGC 2547 oscila entre los 20 y los 35 millones de años.
Al fin y al cabo, no parecen tan jóvenes. Sin embargo, nuestro Sol tiene 4.600 millones de años y aún no ha alcanzado su edad media. Esto significa que si nos imaginamos que el Sol es una persona de unos 40 años, las estrellas brillantes de la imagen son bebés de tres meses.
Aún así, aún hay mucho movimiento en ella: se forman y se destruyen objetos de manera constante. En la imagen, captada desde Chile por el instrumento Wide Field Imager del telescopio MPG/ESO del Observatorio Europeo Austral (ESO), se pueden ver algunos de los nuevos miembros, las jóvenes estrellas en formación del cúmulo NGC 2547.
Pero, ¿qué edad tienen realmente estas estrellas jóvenes? Aunque su edad exacta sigue siendo un misterio, los astrónomos estiman que la edad de las estrellas de NGC 2547 oscila entre los 20 y los 35 millones de años.
Al fin y al cabo, no parecen tan jóvenes. Sin embargo, nuestro Sol tiene 4.600 millones de años y aún no ha alcanzado su edad media. Esto significa que si nos imaginamos que el Sol es una persona de unos 40 años, las estrellas brillantes de la imagen son bebés de tres meses.
Juventud azul
Según informa ESO, La mayor parte de las estrellas no se forman de manera aislada, sino en ricos cúmulos con tamaños variables, ya que pueden contener de varias decenas a varios miles de estrellas.
Mientras que NGC 2547 cuenta con numerosas estrellas calientes que brillan en tonos azulados (lo cual es un claro indicador de su juventud), en contraste podemos encontrar una o dos estrellas amarillas, o alguna estrella roja que ya ha evolucionado hasta convertirse en estrella roja gigante.
Normalmente, los cúmulos estelares abiertos como este tienen, comparativamente, vidas muy cortas, del orden de varios cientos de millones de años, antes de desintegrarse y de que las estrellas que los componen se dispersen.
Los cúmulos son objetos clave para los astrónomos que estudian cómo evolucionan las estrellas a lo largo de sus vidas. Los miembros de un cúmulo nacen todos del mismo material y más o menos al mismo tiempo, hacienda más fácil la determinación de los efectos producidos por otras propiedades estelares.
Cúmulo estelar hallado en el Cabo de Buena Esperanza
El cúmulo estelar NGC 2547 se encuentra en la constelación austral de Vela (La Vela), a unos 1.500 años luz de la Tierra, y es lo suficientemente brillante como para poder observarla fácilmente con prismáticos.
Fue descubierta en 1751 por el astrónomo francés Nicolas-Louis de Lacaille durante una expedición astronómica al Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, utilizando un pequeño telescopio de menos de dos centímetros de apertura.
Entre las brillantes estrellas de esta imagen pueden verse muchos otros objetos, especialmente si hacemos un “zoom” sobre ella. Muchos son objetos más débiles o galaxias distantes de la Vía Láctea, pero otros, que aparecen como objetos difusos y alargados, son galaxias que se encuentran a millones de años luz, detrás de las estrellas que vemos en nuestro campo de visión.
Según informa ESO, La mayor parte de las estrellas no se forman de manera aislada, sino en ricos cúmulos con tamaños variables, ya que pueden contener de varias decenas a varios miles de estrellas.
Mientras que NGC 2547 cuenta con numerosas estrellas calientes que brillan en tonos azulados (lo cual es un claro indicador de su juventud), en contraste podemos encontrar una o dos estrellas amarillas, o alguna estrella roja que ya ha evolucionado hasta convertirse en estrella roja gigante.
Normalmente, los cúmulos estelares abiertos como este tienen, comparativamente, vidas muy cortas, del orden de varios cientos de millones de años, antes de desintegrarse y de que las estrellas que los componen se dispersen.
Los cúmulos son objetos clave para los astrónomos que estudian cómo evolucionan las estrellas a lo largo de sus vidas. Los miembros de un cúmulo nacen todos del mismo material y más o menos al mismo tiempo, hacienda más fácil la determinación de los efectos producidos por otras propiedades estelares.
Cúmulo estelar hallado en el Cabo de Buena Esperanza
El cúmulo estelar NGC 2547 se encuentra en la constelación austral de Vela (La Vela), a unos 1.500 años luz de la Tierra, y es lo suficientemente brillante como para poder observarla fácilmente con prismáticos.
Fue descubierta en 1751 por el astrónomo francés Nicolas-Louis de Lacaille durante una expedición astronómica al Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, utilizando un pequeño telescopio de menos de dos centímetros de apertura.
Entre las brillantes estrellas de esta imagen pueden verse muchos otros objetos, especialmente si hacemos un “zoom” sobre ella. Muchos son objetos más débiles o galaxias distantes de la Vía Láctea, pero otros, que aparecen como objetos difusos y alargados, son galaxias que se encuentran a millones de años luz, detrás de las estrellas que vemos en nuestro campo de visión.