Diez razones por las que no se consigue ser jefe

Los expertos revelan que en la mayor parte de los casos la culpa es del candidato y no de la empresa


Se suele atribuir toda la responsabilidad a recursos humanos cuando, en un proceso de promoción, el más antiguo de los empleados no es ascendido. Sin embargo, según nuevos datos, la mayor responsabilidad en estos casos sería de los trabajadores, de su falta de habilidades directivas. En el común de los casos, no conseguir el ascenso se debe a la falta de preparación para desempeñar un nuevo cargo. Por Iván Abreu Anaya.


Iván Abreu Anaya
06/05/2013

Fuente: PhotoXpress.
Cuando una empresa atraviesa un proceso de promoción por una vacante libre, es común presuponer que los empleados con más trayectoria en la oficina desempeñarán el nuevo cargo.

Se asocia el tiempo dentro de la empresa con la experiencia y la capacidad. Los expertos aclaran que nada tiene que ver una cosa con la otra, y que en algunos casos incluso pueden existir candidatos con buenas evaluaciones, con un nivel de compromiso hacia la empresa importante y con gran empatía hacia el resto de su equipo que, sin embargo, no serán tomados en cuenta para el ascenso.

Resulta incómodo para los empleados veteranos que el ascenso lo logre una persona más joven o con menos tiempo dentro de la empresa. Esto provoca incluso malestar dentro del equipo, así como quejas formales ante recursos humanos por el criterio que seguido al hacer el nombramiento. Todas estas actitudes, según Alison Green, experta y consultora de recursos humanos, no hacen más que perjudicar la imagen de quien no consiguió el ascenso.

En una entrevista para el digital de la CBS News, MoneyWatch la especialista afirma: “A menos que se sospeche que la única razón por la que su candidatura ha sido pasada por alto sea ilegal (discriminación por raza, sexo, embarazo, entre otras), quejarse le más bien dañará su imagen profesional. Usted necesitará muchas pruebas para rebatir el nombramiento”.

Hablar claro y autoevaluarse

Antes de caer en la conducta de comentar por los pasillos con el resto de los compañeros su inconformidad con la decisión de sus superiores, e inclusive darle mala publicidad al recién nombrado jefe, la recomendación de la especialista es asumir la situación como un nuevo reto dentro de su carrera.

Plantearse la interrogante: "¿Qué estoy haciendo mal?" y asesorarse con su superior es una conducta pro-empresa, saludable para el propio empleado.

“Tras no lograr el ascenso puede experimentar sensación de frustración, como es natural, pero no hablarlo por los pasillos a modo de comentario mal sano no significa que no deba hacer nada. Lo ideal es solicitar una reunión con su superior y decirle claramente: ‘Estoy un poco decepcionado/a por no haber sido tomado en cuenta para la promoción y me gustaría que me dijeran al menos tres aspectos que necesito mejorar para poder llegar a ser un candidato/a valorable en un próximo proceso. Quiero ser un candidato/a fuerte la próxima vez que se presente una oportunidad’. Esta iniciativa será valorada por sus superiores, y le atribuirá a su comportamiento mayores rasgos de profesionalismo", apunta la experta.

Es probable que la pregunta haga que sus superiores se encuentren incluso un poco incómodos, pero probablemente hablar y decir por lo menos un par de cosas sea la clave para conocer los motivos por los que no fue elegido ‘jefe de equipo’ y permita a la empresa conocer su percepción, sin que parezca una acción envidiosa.

“Mientras le den algunas acciones a emprender para mejorar, lo ideal será mantener la boca cerrada y escuchar. Tome nota y aclare sus dudas, pero haga lo que haga, no se oponga. La frase: ‘Pero yo no ...’ le situará en una defensa no válida, como el comportamiento de un empleado inmaduro y poco profesional, acepte las críticas y trabaje en mejorar”, aconseja Green.

Las 10 razones por las que no lo consigues

La especialista ha identificado diez posibles causas por las que, aun teniendo capacidades, no se logra el ascenso a “jefe”

1. No tener aspecto de jefe.

2. Ser desorganizado y no saber gestionar bien el tiempo.

3. Capacidad de negociación más bien escasa, en conversaciones difíciles.

4. Pertenecer al típico grupo de chismosos o tendencia a crear grupos excluyentes.

5. No saber establecer prioridades.

6. Tener una actitud muy rígida que aleja al resto.

7. No llevarse bien con el propio jefe.

8. Ser el típico quejica del grupo.

9. Ser poco colaborador, cumplir con las funciones de trabajo y nada más.

10. No alcanzar logros significativos.

Escuchar para aprender

¿Sorprendido/a? A medida que la lista avanza, muchos podrán sentirse reconocidos en algún aspecto. Para decidir un ascenso, aclara la especialista, no se evalúa la carga de trabajo que lleve el candidato o su antigüedad dentro de la empresa, en muchos casos ni siquiera su nivel de preparación. Ser gerente implica un cúmulo de habilidades muy diferentes a las que desarrolla un empleado que cumple con su tarea y se limita a ello.

Si realmente desea ser ascendido, escuche los comentarios y consejos de su superior y, sobre todo, repase esta lista. Si está a la altura de cualquiera de estas categorías, usted mismo tiene la respuesta a la falta de fuerza de su candidatura para el cargo. Cambie ahora, está a tiempo.



Iván Abreu Anaya
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