Astrofísicos norteamericanos han detectado numerosos planetas fuera de nuestra galaxia, algunos con una masa similar a la de la Luna y otros con una masa equivalente a la de Júpiter, a unos 3.800 millones de años luz de la Tierra.
Lo han conseguido usando una técnica conocida como lente gravitacional o gravitatoria. Esta lente se forma cuando la luz procedente de objetos distantes y brillantes , como un cuásar, se curva alrededor de un objeto masivo (como una galaxia) situado entre el objeto emisor y el receptor.
Predichas por la Teoría General de la Relatividad de Einstein, estas lentes gravitacionales se han venido usando a modo de telescopio para observar la luz procedente de objetos muy lejanos y han permitido hasta ahora descubrir 53 exoplanetas situados en la Vía Láctea.
Para poder llegar más lejos en la observación, los astrónomos de la Universidad de Oklahuma, Xinyu Dai Eduardo Guerras, estudiaron un cuásar situado a 6.000 millones de años luz de la Tierra y alojado en el interior de un agujero negro supermasivo llamado RX J1131-1231, extremadamente luminoso en rayos X.
Gracias a este cuásar, el efecto de la lente gravitacional es óptimo. El campo gravitacional de una galaxia situada a tanta distancia curva la luz de tal manera que crea cuatro imágenes distintas del cuásar.
Utilizando datos del observatorio de rayos X Chandra de la NASA, los astrónomos descubrieron que había cambios de energía perfectamente detectables en la luminosidad del cuásar, un fenómeno que sólo podría explicarse mediante la presencia de planetas dentro de esa remota galaxia.
Para que se produzcan esos cambios de energía, es necesario que exista una población de planetas con diferentes masas, señalan los investigadores en un comunicado. Por eso los investigadores deducen que al menos 2.000 planetas de diferentes masas se encuentran más allá de la Vía Láctea.
No se trata por tanto de una observación directa, ya que es imposible con las tecnologías actuales llevar la percepción a 3.800 millones de años luz, pero el resultado obtenido permite descubrir su presencia, estudiar e incluso tener una idea de la masa de estos 2.000 planetas.
Lo han conseguido usando una técnica conocida como lente gravitacional o gravitatoria. Esta lente se forma cuando la luz procedente de objetos distantes y brillantes , como un cuásar, se curva alrededor de un objeto masivo (como una galaxia) situado entre el objeto emisor y el receptor.
Predichas por la Teoría General de la Relatividad de Einstein, estas lentes gravitacionales se han venido usando a modo de telescopio para observar la luz procedente de objetos muy lejanos y han permitido hasta ahora descubrir 53 exoplanetas situados en la Vía Láctea.
Para poder llegar más lejos en la observación, los astrónomos de la Universidad de Oklahuma, Xinyu Dai Eduardo Guerras, estudiaron un cuásar situado a 6.000 millones de años luz de la Tierra y alojado en el interior de un agujero negro supermasivo llamado RX J1131-1231, extremadamente luminoso en rayos X.
Gracias a este cuásar, el efecto de la lente gravitacional es óptimo. El campo gravitacional de una galaxia situada a tanta distancia curva la luz de tal manera que crea cuatro imágenes distintas del cuásar.
Utilizando datos del observatorio de rayos X Chandra de la NASA, los astrónomos descubrieron que había cambios de energía perfectamente detectables en la luminosidad del cuásar, un fenómeno que sólo podría explicarse mediante la presencia de planetas dentro de esa remota galaxia.
Para que se produzcan esos cambios de energía, es necesario que exista una población de planetas con diferentes masas, señalan los investigadores en un comunicado. Por eso los investigadores deducen que al menos 2.000 planetas de diferentes masas se encuentran más allá de la Vía Láctea.
No se trata por tanto de una observación directa, ya que es imposible con las tecnologías actuales llevar la percepción a 3.800 millones de años luz, pero el resultado obtenido permite descubrir su presencia, estudiar e incluso tener una idea de la masa de estos 2.000 planetas.
Gracias a Chandra
El Observatorio que ha hecho posible este hallazgo es un satélite artificial llamado Chandra de rayos-X, lanzado por la NASA el 23 de julio de 1999. Es el tercero de los Grandes Observatorios de la NASA.
El primero fue el telescopio espacial Hubble, el segundo fue el Observatorio de Rayos Gamma Compton, lanzado en 1991 y ya desintegrado, y el último fue el telescopio espacial Spitzer. Como la atmósfera terrestre absorbe la mayoría de los rayos X, los telescopios convencionales no pueden detectarlos y para su estudio se hace necesario un telescopio espacial.
En septiembre de 2016, Chandra detectó las emisiones de rayos X de Plutón, la primera detección de rayos X de un objeto del cinturón de Kuiper, situado a una distancia de entre 30 y 55 unidades astronómicas (ua).
Chandra había hecho las observaciones en 2014 y 2015, apoyando la nave espacial New Horizons para su encuentro de julio de 2015. La detección de 2.000 planetas fuera de la Vía Láctea, una galaxia que contiene entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas, constituye el mayor logro hasta el momento de este satélite artificial.
El Observatorio que ha hecho posible este hallazgo es un satélite artificial llamado Chandra de rayos-X, lanzado por la NASA el 23 de julio de 1999. Es el tercero de los Grandes Observatorios de la NASA.
El primero fue el telescopio espacial Hubble, el segundo fue el Observatorio de Rayos Gamma Compton, lanzado en 1991 y ya desintegrado, y el último fue el telescopio espacial Spitzer. Como la atmósfera terrestre absorbe la mayoría de los rayos X, los telescopios convencionales no pueden detectarlos y para su estudio se hace necesario un telescopio espacial.
En septiembre de 2016, Chandra detectó las emisiones de rayos X de Plutón, la primera detección de rayos X de un objeto del cinturón de Kuiper, situado a una distancia de entre 30 y 55 unidades astronómicas (ua).
Chandra había hecho las observaciones en 2014 y 2015, apoyando la nave espacial New Horizons para su encuentro de julio de 2015. La detección de 2.000 planetas fuera de la Vía Láctea, una galaxia que contiene entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas, constituye el mayor logro hasta el momento de este satélite artificial.
Referencia
Probing Planets in Extragalactic Galaxies Using Quasar Microlensing. Xinyu Dai and Eduardo Guerras. The Astrophysical Journal Letters, Volume 853, Number 2. DOI:https://orcid.org/0000-0001-9203-2808
Probing Planets in Extragalactic Galaxies Using Quasar Microlensing. Xinyu Dai and Eduardo Guerras. The Astrophysical Journal Letters, Volume 853, Number 2. DOI:https://orcid.org/0000-0001-9203-2808