Descubren qué bacterias producen el acné

Un modelo mejorado en ratones ha permitido distinguir qué cepas provocan las lesiones


Imitan por primera vez el acné humano en ratones para distinguir qué cepas de la bacteria asociada a él producen lesiones y cuáles no. El nuevo modelo ofrece nuevas posibilidades para tratamientos específicos y vacunas.


Eva Reneses
18/03/2019

Investigadores estadounidenses han logrado recrear por primera vez el acné humano en ratones. Así, han podido distinguir las cepas de la bacteria asociada al acné que provocan las lesiones en la piel de las que son benignas.
 

Los investigadores siempre han creído que la bacteria Cutibacterium acnes, antes llamada Propionibacterium acnes, causa acné. Pero estas bacterias abundan en la piel de todos y, sin embargo, no todas las personas padecen acné o no lo experimentan en la misma medida. La secuenciación genética reveló recientemente que no todas las Cutibacterium acnes son iguales. Algunas cepas son abundantes en las lesiones del acné, y otras nunca se encuentran en ellas.
 

Los nuevos hallazgos, gracias a la experimentación en ratones, permitirá a los investigadores desarrollar soluciones más efectivas para este problema propio de la adolescencia.

Primer modelo en animales
 

La investigación del acné y el desarrollo terapéutico se han visto obstaculizados por la falta de un modelo animal que imitara el acné humano. Cuando la Cutibacterium acnes se administra a ratones, por ejemplo, no causa lesiones cutáneas a largo plazo y el sistema inmunitario del ratón elimina rápidamente las bacterias.
 

Los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego, del Centro Médico Cedars-Sinai y de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han desarrollado un nuevo modelo en ratones que se parece mucho al acné humano al agregar un nuevo factor: un sebo sintético similar a la secreción de la piel que aumenta en la adolescencia humana. .
 

El modelo permitió por primera vez a los investigadores comparar directamente las cepas de la bacteria Cutibacterium acnes "buena" (relacionada con una piel saludable) y la "mala" (asociada con el acné) de una manera más eficiente para el estudio del acné humano que en intentos anteriores.
 

"Ya que sabemos exactamente qué genes difieren entre estas cepas, podemos identificar exactamente qué permite a las asociadas con el acné causar lesiones en la piel", explica  en un comunicado el doctor George Y. Liu, profesor y jefe de la División de Enfermedades Infecciosas Pediátricas en la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego.
 

"Esa información nos ayudará a desarrollar nuevas terapias que bloqueen específicamente los factores que fomentan el acné, o inclinar el equilibrio de la química de la piel de una persona a favor de las cepas inocuas", añade Liu.

 

Piel de ratón tratada con sebo humano sintético, administrada con cepas de Cutibacterium acnes asociada a acné (izquierda) o Cutibacterium acnes asociada a la piel sana (derecha). Imagen: UC San Diego Health.

El sebo marca la diferencia
 

El acné generalmente ocurre cuando una persona llega a la adolescencia. La diferencia entre la piel de un niño y la de un adolescente es una mayor producción de sebo, por lo que los investigadores decidieron enfocarse en ese detalle para mejorar el modelo en ratones. “Nos sorprendió descubrir que una adición tan simple hizo una gran diferencia en nuestra capacidad para estudiar el acné", explica Liu.
 

Los investigadores inocularon ratones con Cutibacterium acnes y aplicaron sebo diariamente. Sin el sebo, los ratones tenían lesiones mínimas y las bacterias se eliminaron rápidamente del sitio de administración. Con el sebo solo, no hubo efecto sobre la piel.
 

Pero cuando Liu y el equipo aplicaron cepas de Cutibacterium acnes asociadas tanto al sebo como al acné , vieron lo que parecía ser el acné humano y las bacterias sobrevivieron durante semanas. Estas cepas de Cutibacterium acnes también causaron inflamación en la piel, según los niveles elevados de moléculas inflamatorias llamadas citoquinas.
 

Los investigadores probaron lo mismo con cepas de Cutibacterium acnes inofensivas, que no se encuentran en las lesiones del acné humano. La misma cantidad de bacterias todavía estaba presente en la piel tres días después de la inoculación, sin importar la cepa aplicada. Pero los investigadores pudieron ver claramente las diferencias entre las cepas con solo mirar a los ratones.
 

Nuevos tratamientos
 

El equipo pretende estudiar los genes exclusivos de las cepas de Cutibacterium acnes asociadas con el acné y determinar qué característica del sebo humano promueve estas cepas.
 

Liu señala que esta información podría ayudar al equipo a comprender mejor quién tiene mayor riesgo de padecer acné y cómo desarrollar terapias y vacunas personalizadas dirigidas a los factores bacterianos que promueven el acné o a los componentes del sebo.
 


Referencia

Propionibacterium acnes–induced immunopathology correlates with health and disease association. S. L. Kolar et al. JCI Insight, 7 March 2019. DOI: https://doi.org/10.1172/jci.insight.124687.




Eva Reneses
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