Una parte de la cola de un dinosaurio de 99 millones de años de antigüedad, con sus huesos, tejidos y plumas, ha sido descubierto conservado en ámbar, según se explica en un artículo aparecido en la revista Current Biology.
El descubrimiento permitirá aprender mucho más sobre la estructura y plumaje de estos animales desaparecidos hace 62 millones de años, según los artífices del descubrimiento.
La parte de cola conservada en ámbar proviene de un animal joven que tiene ocho vértebras rodeadas de plumas en buen estado, relatan los científicos. Consideran que corresponde a un dinosaurio por la forma de las vértebras y su cola, que lo identifican claramente como tal.
Aunque la cola está recubierta de plumas, los científicos consideran que el dinosaurio probablemente no podría volar, considerando que este plumaje tendría otras funciones como la seducción o la regulación térmica.
Aunque en el pasado se han encontrado plumas atrapadas en el ámbar, es la primera vez que puede establecerse con claridad una relación entre una parte del plumaje bien conservado y un dinosaurio, añaden los investigadores.
El trozo de ámbar encontrado tiene el tamaño de un albaricoque y capturó uno de los primeros momentos evolutivos en los que se separaron las plumas de los pájaros de las plumas de los dinosaurios.
El descubrimiento permitirá aprender mucho más sobre la estructura y plumaje de estos animales desaparecidos hace 62 millones de años, según los artífices del descubrimiento.
La parte de cola conservada en ámbar proviene de un animal joven que tiene ocho vértebras rodeadas de plumas en buen estado, relatan los científicos. Consideran que corresponde a un dinosaurio por la forma de las vértebras y su cola, que lo identifican claramente como tal.
Aunque la cola está recubierta de plumas, los científicos consideran que el dinosaurio probablemente no podría volar, considerando que este plumaje tendría otras funciones como la seducción o la regulación térmica.
Aunque en el pasado se han encontrado plumas atrapadas en el ámbar, es la primera vez que puede establecerse con claridad una relación entre una parte del plumaje bien conservado y un dinosaurio, añaden los investigadores.
El trozo de ámbar encontrado tiene el tamaño de un albaricoque y capturó uno de los primeros momentos evolutivos en los que se separaron las plumas de los pájaros de las plumas de los dinosaurios.
El ámbar del descubrimiento. Current Biology.
Detalles del plumaje
Los científicos usaron un tomógrafo (la tomografía es el procesamiento de imágenes por secciones) y un microscopio para estudiar la muestra en sus más ínfimos detalles y deducen que las plumas eran de un color marrón en la parte superior y blancas en la parte inferior.
Las partes de las plumas cercanas a la superficie del ámbar han permitido realizar análisis de la capa exterior de los tejidos blandos que rodean al hueso. Los científicos han detectado restos de hierro, una huella de la sangre atrapada en el ámbar.
El ámbar fue descubierto casualmente por uno de los científicos en el mercado de ámbar en Birmania en 2015. El ámbar se utiliza como joya o como curiosidad por coleccionistas, por lo que esta pieza geológica estaba confundida con otras menos relevantes para la ciencia.
El ámbar puede considerarse como una cápsula del tiempo que conserva pequeñas muestras de los ecosistemas más antiguos del planeta, así como detalles microscópicos en tres dimensiones de tejidos frágiles difíciles de estudiar en otros fósiles, destacan los científicos.
Por esto, el ámbar se ha convertido hoy en una fuente de información que merece ser investigada, explotada y protegida como recurso fósil, según los investigadores.
Este caso de ámbar que conserva restos fósiles de un dinosaurio ya inspiró una novela y una película de ficción en la que los científicos conseguían clonar dinosaurios a partir del adn descubierto en una gota de ámbar.
Los científicos usaron un tomógrafo (la tomografía es el procesamiento de imágenes por secciones) y un microscopio para estudiar la muestra en sus más ínfimos detalles y deducen que las plumas eran de un color marrón en la parte superior y blancas en la parte inferior.
Las partes de las plumas cercanas a la superficie del ámbar han permitido realizar análisis de la capa exterior de los tejidos blandos que rodean al hueso. Los científicos han detectado restos de hierro, una huella de la sangre atrapada en el ámbar.
El ámbar fue descubierto casualmente por uno de los científicos en el mercado de ámbar en Birmania en 2015. El ámbar se utiliza como joya o como curiosidad por coleccionistas, por lo que esta pieza geológica estaba confundida con otras menos relevantes para la ciencia.
El ámbar puede considerarse como una cápsula del tiempo que conserva pequeñas muestras de los ecosistemas más antiguos del planeta, así como detalles microscópicos en tres dimensiones de tejidos frágiles difíciles de estudiar en otros fósiles, destacan los científicos.
Por esto, el ámbar se ha convertido hoy en una fuente de información que merece ser investigada, explotada y protegida como recurso fósil, según los investigadores.
Este caso de ámbar que conserva restos fósiles de un dinosaurio ya inspiró una novela y una película de ficción en la que los científicos conseguían clonar dinosaurios a partir del adn descubierto en una gota de ámbar.
Referencia
A Feathered Dinosaur Tail with Primitive Plumage Trapped in Mid-Cretaceous Amber. Current Biology, December 8, 2016. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2016.10.008
A Feathered Dinosaur Tail with Primitive Plumage Trapped in Mid-Cretaceous Amber. Current Biology, December 8, 2016. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2016.10.008