Stefan Keller junto al telescopio SkyMapper.
Un equipo liderado por astrónomos de la Universidad Nacional de Australia (ANU) ha descubierto la estrella más antigua conocida del Universo. El astro se habría formado poco después del Big Bang, hace 13,7 millones de años, informa la ANU en un comunicado.
El descubrimiento ha permitido a los científicos estudiar por vez primera la química de las estrellas primigenias del cosmos, y por tanto proporciona una idea más clara sobre cómo era el Universo en su ‘infancia’.
"Esta es la primera vez que podemos afirmar con certeza que hemos encontrado la huella química de una estrella primigenia", afirma el investigador principal del estudio, el Dr. Stefan Keller.
La estrella fue descubierta con el telescopio SkyMapper de la ANU, ubicado en el Observatorio Siding Spring, al sureste de Australia. Este telescopio rastrea de continuo el cosmos en busca de estrellas antiguas. Su labor se enmarca en un proyecto de cinco años cuyo fin es generar el primer mapa digital del cielo austral.
La estrella en cuestión se encuentra a unos 6.000 años luz de la Tierra, relativamente cerca en términos astronómicos, según Keller; y es una de los 60 millones de estrellas fotografiadas por SkyMapper en su primer año. Los científicos aseguran que su hallazgo ha sido como “encontrar una aguja en un pajar”, y ha sido posible gracias a la capacidad única del telescopio SkyMapper para identificar estrellas con bajo contenido en hierro a partir de su color. Keller y sus colaboradores confirmaron el descubrimiento con los telescopios Magallanes del observatorio chileno de Las Campanas.
Estrellas en la juventud del Universo
La composición de la estrella recién descubierta muestra que ésta se formó a partir de otra estrella primordial que tenía una masa de aproximadamente 60 veces la de nuestro Sol. “Para formar una estrella como nuestro Sol, se necesitarían algunos de los ingredientes básicos surgidos del Big Bang (hidrógeno y helio), a los que se añadiría una enorme cantidad de hierro –el equivalente a alrededor de 1.000 veces la masa de la Tierra”, explica Keller.
Pero, en la formación de esta antigua estrella, se precisó de un asteroide de hierro del tamaño de Australia y de una gran cantidad de carbono. “Es una receta muy diferente, que nos dice mucho acerca de la naturaleza de las primeras estrellas y de cómo éstas murieron”, añade el científico.
Keller señala que, hasta ahora, se pensaba que las estrellas primigenias se extinguieron tras explosiones muy violentas que contaminaron con hierro enormes volúmenes del espacio. Pero esta estrella antigua muestra signos de haber contaminado el espacio con elementos más ligeros, como carbono y magnesio; y además no ha dejado ninguna señal de contaminación con hierro.
La conclusión es la siguiente, según Keller: "Este hecho indica que la explosión de supernova de la estrella primordial fue de una energía sorprendentemente baja, aunque suficiente como para desintegrarla. Durante la eclosión, casi la totalidad de los elementos pesados que formaban aquella estrella, como el hierro, fueron consumidos por un agujero negro formado en el núcleo mismo de dicha explosión", asegura.
Este resultado podría resolver una discrepancia entre las observaciones de datos y las predicciones del Big Bang. El descubrimiento ha sido publicado en la última edición de la revista Nature.
El descubrimiento ha permitido a los científicos estudiar por vez primera la química de las estrellas primigenias del cosmos, y por tanto proporciona una idea más clara sobre cómo era el Universo en su ‘infancia’.
"Esta es la primera vez que podemos afirmar con certeza que hemos encontrado la huella química de una estrella primigenia", afirma el investigador principal del estudio, el Dr. Stefan Keller.
La estrella fue descubierta con el telescopio SkyMapper de la ANU, ubicado en el Observatorio Siding Spring, al sureste de Australia. Este telescopio rastrea de continuo el cosmos en busca de estrellas antiguas. Su labor se enmarca en un proyecto de cinco años cuyo fin es generar el primer mapa digital del cielo austral.
La estrella en cuestión se encuentra a unos 6.000 años luz de la Tierra, relativamente cerca en términos astronómicos, según Keller; y es una de los 60 millones de estrellas fotografiadas por SkyMapper en su primer año. Los científicos aseguran que su hallazgo ha sido como “encontrar una aguja en un pajar”, y ha sido posible gracias a la capacidad única del telescopio SkyMapper para identificar estrellas con bajo contenido en hierro a partir de su color. Keller y sus colaboradores confirmaron el descubrimiento con los telescopios Magallanes del observatorio chileno de Las Campanas.
Estrellas en la juventud del Universo
La composición de la estrella recién descubierta muestra que ésta se formó a partir de otra estrella primordial que tenía una masa de aproximadamente 60 veces la de nuestro Sol. “Para formar una estrella como nuestro Sol, se necesitarían algunos de los ingredientes básicos surgidos del Big Bang (hidrógeno y helio), a los que se añadiría una enorme cantidad de hierro –el equivalente a alrededor de 1.000 veces la masa de la Tierra”, explica Keller.
Pero, en la formación de esta antigua estrella, se precisó de un asteroide de hierro del tamaño de Australia y de una gran cantidad de carbono. “Es una receta muy diferente, que nos dice mucho acerca de la naturaleza de las primeras estrellas y de cómo éstas murieron”, añade el científico.
Keller señala que, hasta ahora, se pensaba que las estrellas primigenias se extinguieron tras explosiones muy violentas que contaminaron con hierro enormes volúmenes del espacio. Pero esta estrella antigua muestra signos de haber contaminado el espacio con elementos más ligeros, como carbono y magnesio; y además no ha dejado ninguna señal de contaminación con hierro.
La conclusión es la siguiente, según Keller: "Este hecho indica que la explosión de supernova de la estrella primordial fue de una energía sorprendentemente baja, aunque suficiente como para desintegrarla. Durante la eclosión, casi la totalidad de los elementos pesados que formaban aquella estrella, como el hierro, fueron consumidos por un agujero negro formado en el núcleo mismo de dicha explosión", asegura.
Este resultado podría resolver una discrepancia entre las observaciones de datos y las predicciones del Big Bang. El descubrimiento ha sido publicado en la última edición de la revista Nature.
Imagen profunda del cúmulo de galaxias Abell 2744 obtenida con el telescopio espacial Hubble. El recuadro muestra la región alrededor de la galaxia Abell2744_Y1, una de las galaxias más jóvenes del Universo. Imagen: NASA, ESA, J. Lotz, M. Mountain, A. Koekemoer, HFF Team (STScI); Nicolas Laporte et al. (IAC). Fuente: IAC.
También una de las galaxias más jóvenes
El descubrimiento de los astrónomos australianos ha coincidido con otro hallazgo realizado con los telescopios espaciales Hubble y Spitzer. El Jet Propulsion Laboratory de la NASA informa de que, con estos instrumentos, se ha descubierto lo que podría ser una de las galaxias más distantes conocidas.
Como está tan lejos, es muy antigua (en astrofísica, cuanto más lejos se encuentra un objeto, más ha tardado su luz en llegarnos y, por tanto, más joven lo estamos viendo), se calcula que de la época en que nuestro universo tenía sólo 650 millones de años (ahora mismo tiene unos 13,8 mil millones de años).
La galaxia, bautizada como Abell2744_Y1, sería unas 30 veces más pequeña que la Vía Láctea, y produciría alrededor de 10 veces más estrellas que ésta, un comportamiento típico de las galaxias del Universo joven. Por otro lado, Abell2744_Y1 contiene no sólo estrellas, sino también una gran cantidad de gas, ha constatado el análisis de las observaciones del telescopio Spitzer.
La luz de Abell2744_Y1 ha viajado por el Universo unos 13.000 millones de años, siendo una de las galaxias más brillantes descubiertas en esas épocas cósmicas tan jóvenes. Por eso aporta nueva información sobre la densidad y las propiedades de las galaxias en el universo temprano.
El descubrimiento de la jovencísima galaxia Abell2744_Y1 ha sido realizado en el marco del proyecto “HST Frontier Fields” (Campos Frontera del Hubble), que en los próximos tres años estudiará seis cúmulos de galaxias que, como lentes adicionales, actúan amplificando la luz de las fuentes de fondo, incluyendo galaxias muy débiles hasta el borde del universo observable. En este proyecto participa un equipo internacional liderado por astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de La Laguna (ULL), publica el propio IAC en un comunicado.
Entre los cúmulos de galaxias a analizar por HST Frontier Fields está el cúmulo galáctico Abell 2744, en el que se encontró la joven galaxia mencionada. El proyecto ha conseguido ya la primera imagen de larga exposición de dicho cúmulo, la más profunda obtenida hasta ahora de un cúmulo de galaxias. Los resultados aparecerán publicados en la revista Astronomy and Astrophysics Letters.
El descubrimiento de los astrónomos australianos ha coincidido con otro hallazgo realizado con los telescopios espaciales Hubble y Spitzer. El Jet Propulsion Laboratory de la NASA informa de que, con estos instrumentos, se ha descubierto lo que podría ser una de las galaxias más distantes conocidas.
Como está tan lejos, es muy antigua (en astrofísica, cuanto más lejos se encuentra un objeto, más ha tardado su luz en llegarnos y, por tanto, más joven lo estamos viendo), se calcula que de la época en que nuestro universo tenía sólo 650 millones de años (ahora mismo tiene unos 13,8 mil millones de años).
La galaxia, bautizada como Abell2744_Y1, sería unas 30 veces más pequeña que la Vía Láctea, y produciría alrededor de 10 veces más estrellas que ésta, un comportamiento típico de las galaxias del Universo joven. Por otro lado, Abell2744_Y1 contiene no sólo estrellas, sino también una gran cantidad de gas, ha constatado el análisis de las observaciones del telescopio Spitzer.
La luz de Abell2744_Y1 ha viajado por el Universo unos 13.000 millones de años, siendo una de las galaxias más brillantes descubiertas en esas épocas cósmicas tan jóvenes. Por eso aporta nueva información sobre la densidad y las propiedades de las galaxias en el universo temprano.
El descubrimiento de la jovencísima galaxia Abell2744_Y1 ha sido realizado en el marco del proyecto “HST Frontier Fields” (Campos Frontera del Hubble), que en los próximos tres años estudiará seis cúmulos de galaxias que, como lentes adicionales, actúan amplificando la luz de las fuentes de fondo, incluyendo galaxias muy débiles hasta el borde del universo observable. En este proyecto participa un equipo internacional liderado por astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de La Laguna (ULL), publica el propio IAC en un comunicado.
Entre los cúmulos de galaxias a analizar por HST Frontier Fields está el cúmulo galáctico Abell 2744, en el que se encontró la joven galaxia mencionada. El proyecto ha conseguido ya la primera imagen de larga exposición de dicho cúmulo, la más profunda obtenida hasta ahora de un cúmulo de galaxias. Los resultados aparecerán publicados en la revista Astronomy and Astrophysics Letters.
Referencia bibliográfica:
N. Laporte, A. Streblyanska, B. Clement, I. Pérez-Fournon, D. Schaerer, H. Atek, F. Boone, J.-P. Kneib, E. Egami, P. Martínez-Navajas, R. Marques-Chaves, R. Pelló, J. Richard. The first Frontier Fields cluster: 4.5mum excess in a z-8 galaxy candidate in Abell 2744. Astronomy and Astrophysics Letters (2014). DOI: 10.1051/0004-6361/201323179.
N. Laporte, A. Streblyanska, B. Clement, I. Pérez-Fournon, D. Schaerer, H. Atek, F. Boone, J.-P. Kneib, E. Egami, P. Martínez-Navajas, R. Marques-Chaves, R. Pelló, J. Richard. The first Frontier Fields cluster: 4.5mum excess in a z-8 galaxy candidate in Abell 2744. Astronomy and Astrophysics Letters (2014). DOI: 10.1051/0004-6361/201323179.