Reconstrucción del cráneo y de la apariencia de 'Pliobates cataloniae'. Imagen: Marta Palmero. Fuente: ICP.
Un equipo de investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont describe en la revista Science el nuevo género y especie Pliobates cataloniae, a partir de un esqueleto procedente del vertedero de Can Mata (els Hostalets de Pierola, Barcelona).
Los restos corresponden a una hembra adulta a la que los paleontólogos han llamado "Laia". Pesaba unos 4-5 kg, se alimentaba de frutos blandos y trepaba por las copas de los árboles colgándose eventualmente de las ramas. Tiene 11,6 millones de años y, en términos evolutivos, es posterior a la divergencia entre monos y antropomorfos, y apenas anterior a la divergencia dentro de estos últimos, entre homínidos (grandes antropomorfos y humanos) e hilobátidos (gibones), por lo que tiene importantes implicaciones para reconstruir el último ancestro común de ambos grupos.
Los hominoideos actuales son un grupo de primates que incluye a los simios antropomorfos de pequeño tamaño (los gibones y siamangs, que constituyen la familia de los hilobátidos) y los grandes simios antropomorfos (orangutanes, gorilas y chimpancés), que, conjuntamente con los humanos, conforman la familia de los homínidos.
“En términos evolutivos (no temporales) este primate precede la separación de los dos linajes principales de hominoideos actuales. Dado que la separación de estos linajes se produjo varios millones de años antes de que existiera Pliobates, ello sugiere que es un descendiente tardío de un hominoideo basal [de la base del árbol de hominoideos]”, declara a Sinc David Alba, paleobiólogo y autor principal del trabajo, quien añade que en algún momento del Mioceno inferior o medio, un ancestro de Pliobates cataloniae se dispersó desde África hacia Eurasia.
Hominoideos
Todos los hominoideos actuales comparten la ausencia de cola externa, un diseño corporal ortógrado (posición vertical) que les permite una posición erecta del tronco, y varias características craneales. Todos estos rasgos podrían haber estado presentes en el antepasado común de los hilobátidos y los homínidos que, según los datos moleculares, debió de existir hace unos 15-20 millones de años.
Los investigadores han descrito el nuevo género y especie de hominoideo extinto a partir de un esqueleto parcial compuesto por 70 restos fósiles encontrados en 2011 en uno de los yacimientos de la serie estratigràfica del Abocador (vertedero) de Can Mata. Entre los restos destacan buena parte del cráneo y la dentición, y una parte del brazo izquierdo que incluye varios elementos de las articulaciones del codo y la muñeca.
Corresponde a un simio de tamaño similar al de los gibones actuales más pequeños. Pliobates muestra, por primera vez en un primate fósil de este tamaño, todo un conjunto de rasgos característicos de los hominoideos actuales presumiblemente heredados a partir de su último ancestro común, el cual probablemente vivió en África unos cuantos millones de años antes que Pliobates.
Cambio de modelo
El hallazgo cambia radicalmente el modelo aceptado hasta ahora sobre el ancestro de los hilobátidos y los homínidos, además de proporcionar pistas muy sólidas sobre el origen de los gibones actuales. "El origen de los gibones es un misterio debido a la falta de registro fósil, pero hasta ahora la mayoría de científicos pensaban que su último antepasado común con los homínidos debía ser de gran tamaño, ya que todos los hominoideos fósiles indudables encontrados hasta ahora lo eran", explica Alba en la nota de prensa del ICP.
El hallazgo de Pliobates aporta evidencias muy sólidas sobre el origen de los gibones actuales, ya que hasta ahora, los científicos pensaban que el antepasado común entre los hilobátidos y homínidos era de gran tamaño, “ya que todos los hominoideos fósiles hallados hasta el momento lo eran”, recalca Alba.
Hasta la descripción de Pliobates, todos los simios fósiles de tamaño pequeño (entre 5 y 15 kg) que se habían encontrado tenían una estructura corporal demasiado primitiva para tener una relación de parentesco estrecha con los hominoideos actuales. “Este hallazgo lo trastoca todo”, afirma.
Aunque Pliobates retiene algunos caracteres primitivos, la anatomía del brazo y en particular la articulación entre el húmero y el radio y los huesos de la muñeca ya presentan el diseño básico de los hominoideos actuales. Un análisis filogenético basado en más de 300 caracteres sitúa a Pliobates, de manera muy consistente, como el hominoideo basal más cercano a la divergencia entre pequeños y grandes antropomorfos (hilobátidos y homínidos, respectivamente), y sugiere que el último ancestro común de los hominoideos actuales podría haber sido más similar a los gibones que a los grandes antropomorfos actuales.
De hecho, el cráneo y algunas partes del esqueleto postcraneal de Pliobates cataloniae muestran algunas características que sólo están presentes en los gibones actuales, "tanto en forma general (por ejemplo, las órbitas telescópicas) como por algunas características de la base del cráneo)”, señala Alba. Pero la dentición es primitiva en comparación con los hominoideos actuales.
“Esto sugiere que, alternativamente, Pliobates podría ser el grupo hermano sólo de los actuales hilobátidos”, explica Salvador Moyà-Solà, investigador ICREA y director del ICP, que también ha participado en el estudio.
“Esperamos que futuros hallazgos en el vertedero de Can Mata nos ayuden a aclarar cuál es el papel que los primates catarrinos de pequeño tamaño han jugado en la evolución de los hominoideos y, finalmente, resolver el enigma del origen de los gibones actuales”, concluye Moyà-Solà.
Los restos corresponden a una hembra adulta a la que los paleontólogos han llamado "Laia". Pesaba unos 4-5 kg, se alimentaba de frutos blandos y trepaba por las copas de los árboles colgándose eventualmente de las ramas. Tiene 11,6 millones de años y, en términos evolutivos, es posterior a la divergencia entre monos y antropomorfos, y apenas anterior a la divergencia dentro de estos últimos, entre homínidos (grandes antropomorfos y humanos) e hilobátidos (gibones), por lo que tiene importantes implicaciones para reconstruir el último ancestro común de ambos grupos.
Los hominoideos actuales son un grupo de primates que incluye a los simios antropomorfos de pequeño tamaño (los gibones y siamangs, que constituyen la familia de los hilobátidos) y los grandes simios antropomorfos (orangutanes, gorilas y chimpancés), que, conjuntamente con los humanos, conforman la familia de los homínidos.
“En términos evolutivos (no temporales) este primate precede la separación de los dos linajes principales de hominoideos actuales. Dado que la separación de estos linajes se produjo varios millones de años antes de que existiera Pliobates, ello sugiere que es un descendiente tardío de un hominoideo basal [de la base del árbol de hominoideos]”, declara a Sinc David Alba, paleobiólogo y autor principal del trabajo, quien añade que en algún momento del Mioceno inferior o medio, un ancestro de Pliobates cataloniae se dispersó desde África hacia Eurasia.
Hominoideos
Todos los hominoideos actuales comparten la ausencia de cola externa, un diseño corporal ortógrado (posición vertical) que les permite una posición erecta del tronco, y varias características craneales. Todos estos rasgos podrían haber estado presentes en el antepasado común de los hilobátidos y los homínidos que, según los datos moleculares, debió de existir hace unos 15-20 millones de años.
Los investigadores han descrito el nuevo género y especie de hominoideo extinto a partir de un esqueleto parcial compuesto por 70 restos fósiles encontrados en 2011 en uno de los yacimientos de la serie estratigràfica del Abocador (vertedero) de Can Mata. Entre los restos destacan buena parte del cráneo y la dentición, y una parte del brazo izquierdo que incluye varios elementos de las articulaciones del codo y la muñeca.
Corresponde a un simio de tamaño similar al de los gibones actuales más pequeños. Pliobates muestra, por primera vez en un primate fósil de este tamaño, todo un conjunto de rasgos característicos de los hominoideos actuales presumiblemente heredados a partir de su último ancestro común, el cual probablemente vivió en África unos cuantos millones de años antes que Pliobates.
Cambio de modelo
El hallazgo cambia radicalmente el modelo aceptado hasta ahora sobre el ancestro de los hilobátidos y los homínidos, además de proporcionar pistas muy sólidas sobre el origen de los gibones actuales. "El origen de los gibones es un misterio debido a la falta de registro fósil, pero hasta ahora la mayoría de científicos pensaban que su último antepasado común con los homínidos debía ser de gran tamaño, ya que todos los hominoideos fósiles indudables encontrados hasta ahora lo eran", explica Alba en la nota de prensa del ICP.
El hallazgo de Pliobates aporta evidencias muy sólidas sobre el origen de los gibones actuales, ya que hasta ahora, los científicos pensaban que el antepasado común entre los hilobátidos y homínidos era de gran tamaño, “ya que todos los hominoideos fósiles hallados hasta el momento lo eran”, recalca Alba.
Hasta la descripción de Pliobates, todos los simios fósiles de tamaño pequeño (entre 5 y 15 kg) que se habían encontrado tenían una estructura corporal demasiado primitiva para tener una relación de parentesco estrecha con los hominoideos actuales. “Este hallazgo lo trastoca todo”, afirma.
Aunque Pliobates retiene algunos caracteres primitivos, la anatomía del brazo y en particular la articulación entre el húmero y el radio y los huesos de la muñeca ya presentan el diseño básico de los hominoideos actuales. Un análisis filogenético basado en más de 300 caracteres sitúa a Pliobates, de manera muy consistente, como el hominoideo basal más cercano a la divergencia entre pequeños y grandes antropomorfos (hilobátidos y homínidos, respectivamente), y sugiere que el último ancestro común de los hominoideos actuales podría haber sido más similar a los gibones que a los grandes antropomorfos actuales.
De hecho, el cráneo y algunas partes del esqueleto postcraneal de Pliobates cataloniae muestran algunas características que sólo están presentes en los gibones actuales, "tanto en forma general (por ejemplo, las órbitas telescópicas) como por algunas características de la base del cráneo)”, señala Alba. Pero la dentición es primitiva en comparación con los hominoideos actuales.
“Esto sugiere que, alternativamente, Pliobates podría ser el grupo hermano sólo de los actuales hilobátidos”, explica Salvador Moyà-Solà, investigador ICREA y director del ICP, que también ha participado en el estudio.
“Esperamos que futuros hallazgos en el vertedero de Can Mata nos ayuden a aclarar cuál es el papel que los primates catarrinos de pequeño tamaño han jugado en la evolución de los hominoideos y, finalmente, resolver el enigma del origen de los gibones actuales”, concluye Moyà-Solà.
Panorámica de las obras del vertedero de Can Mata. A la izquierda, el yacimiento donde se encontraron los restos del nuevo hominoideo. Imagen: J.M. Robles. Fuente: ICP.
Locomoción
Las adaptaciones del esqueleto postcraneal de Pliobates cataloniae indican una locomoción que habría consistido principalmente en trepar de manera lenta y cautelosa por las copas de los árboles, con una gran flexibilidad de movimientos y cierta capacidad de colgarse de las ramas.
Tenía un grado de encefalización parecido al de los monos y los gibones actuales, pero inferior al de los grandes antropomorfos. El estudio de las marcas microscópicas dejadas por los alimentos en la superficie masticatoria de los dientes poco antes de la muerte indican una dieta esencialmente frugívora, es decir, basada principalmente en frutos maduros y blandos, como en los gibones actuales.
Los restos craneales se encontraron muy fragmentados y para estudiarlos se hizo una reconstrucción virtual a partir de imágenes de escaneos de tomografía computarizada de alta resolución.
El nombre del nuevo género (Pliobates) responde a la contracción de los nombres de género Pliopithecus (que significa “más simio”) y Hylobates (“aquel que camina o habita por los árboles”, en alusión a las similitudes primitivas con otros antropoideos de tamaño pequeño conocidos previamente (los pliopitecoideos) y al parecido, en cuanto a caracteres derivados, con los actuales gibones (hilobátidos).
El epíteto específico (cataloniae) es una referencia geográfica de la ubicación del yacimiento en Cataluña. El esqueleto ha sido bautizado como Laia, diminutivo familiar de Eulalia, patrona de Barcelona y que literalmente significa “que habla bien, es elocuente”, por el nuevo conocimiento que aporta a la ciencia.
El Abocador de Can Mata
El hallazgo de Pliobates constata de nuevo que el complejo de yacimientos del Abocador de Can Mata es uno de los sitios más importantes del mundo para estudiar el origen de los hominoideos actuales. El control paleontológico que se ha realizado de las obras de ampliación del vertedero durante los últimos 13 años, bajo la supervisión científica del ICP, ha permitido recuperar 70.000 restos fósiles de primates de hace entre 12,5 y 11,5 millones de años.
“El enorme esfuerzo de muestreo, debido a la acción de las máquina excavadoras junto al continuo control paleontológico, ha permitido recuperar fósiles no solo de los elementos más comunes sino también de los más raros o infrecuentes, como es el caso de los primates (que generalmente están infrarepresentados en el registro fósil, debido a cuestiones de preservación, así como de menor densidad poblacional y desarrollo más lento comparados con otros grupos de mamíferos)”, asegura Alba.
Uno de los fósiles más importantes encontrados en Can Mata es el esqueleto de Pierolapithecus catalaunicus (conocido como Pau), encontrado en 2002 y descrito en 2004. “Pliobates cataloniae es uno de los dos hallazgos más importantes de Can Mata, junto con Pierolapithecus”, indica el experto.
En 2009 se describió el cráneo de Anoiapithecus brevirostris y en 2010 los restos de Pliopithecus canmatensis, “que fue un miembro de la superfamilia de los pliopitecoideos”, apunta el paleobiólogo.
Pero el hecho de que se hayan encontrado numerosos restos fósiles de primates en los yacimientos del Abocador de Can Mata no significa que los primates fuesen particularmente abundantes en esta zona: “Eran muy diversos (había distintas especies de diferentes grupos), pero sin embargo sus restos son poco abundantes con respecto al resto de componentes de la fauna (menos de un 0,5% de los restos recuperados son de primates)”, concluye Alba.
Durante el Mioceno medio y principios del superior, la zona donde actualmente está el vertedero correspondía a un bosque cerrado con un clima cálido y húmedo y algunas masas de agua permanentes, lo que favoreció una gran diversidad faunística, tal como muestran las cerca de 80 especies de mamíferos que se han reconocido en esta zona, además de varios anfibios, reptiles y aves.
Además de los primates hominoideos y pliopitecoideos, se han encontrado mamíferos de pequeño tamaño (insectívoros y roedores), varios ungulados (como por ejemplo caballos, rinocerontes y ciervos), muchos carnívoros (incluyendo los conocidos como “falsos dientes de sable”, actualmente extinguidos) y proboscídeos lejanamente emparentados con los elefantes actuales.
Las adaptaciones del esqueleto postcraneal de Pliobates cataloniae indican una locomoción que habría consistido principalmente en trepar de manera lenta y cautelosa por las copas de los árboles, con una gran flexibilidad de movimientos y cierta capacidad de colgarse de las ramas.
Tenía un grado de encefalización parecido al de los monos y los gibones actuales, pero inferior al de los grandes antropomorfos. El estudio de las marcas microscópicas dejadas por los alimentos en la superficie masticatoria de los dientes poco antes de la muerte indican una dieta esencialmente frugívora, es decir, basada principalmente en frutos maduros y blandos, como en los gibones actuales.
Los restos craneales se encontraron muy fragmentados y para estudiarlos se hizo una reconstrucción virtual a partir de imágenes de escaneos de tomografía computarizada de alta resolución.
El nombre del nuevo género (Pliobates) responde a la contracción de los nombres de género Pliopithecus (que significa “más simio”) y Hylobates (“aquel que camina o habita por los árboles”, en alusión a las similitudes primitivas con otros antropoideos de tamaño pequeño conocidos previamente (los pliopitecoideos) y al parecido, en cuanto a caracteres derivados, con los actuales gibones (hilobátidos).
El epíteto específico (cataloniae) es una referencia geográfica de la ubicación del yacimiento en Cataluña. El esqueleto ha sido bautizado como Laia, diminutivo familiar de Eulalia, patrona de Barcelona y que literalmente significa “que habla bien, es elocuente”, por el nuevo conocimiento que aporta a la ciencia.
El Abocador de Can Mata
El hallazgo de Pliobates constata de nuevo que el complejo de yacimientos del Abocador de Can Mata es uno de los sitios más importantes del mundo para estudiar el origen de los hominoideos actuales. El control paleontológico que se ha realizado de las obras de ampliación del vertedero durante los últimos 13 años, bajo la supervisión científica del ICP, ha permitido recuperar 70.000 restos fósiles de primates de hace entre 12,5 y 11,5 millones de años.
“El enorme esfuerzo de muestreo, debido a la acción de las máquina excavadoras junto al continuo control paleontológico, ha permitido recuperar fósiles no solo de los elementos más comunes sino también de los más raros o infrecuentes, como es el caso de los primates (que generalmente están infrarepresentados en el registro fósil, debido a cuestiones de preservación, así como de menor densidad poblacional y desarrollo más lento comparados con otros grupos de mamíferos)”, asegura Alba.
Uno de los fósiles más importantes encontrados en Can Mata es el esqueleto de Pierolapithecus catalaunicus (conocido como Pau), encontrado en 2002 y descrito en 2004. “Pliobates cataloniae es uno de los dos hallazgos más importantes de Can Mata, junto con Pierolapithecus”, indica el experto.
En 2009 se describió el cráneo de Anoiapithecus brevirostris y en 2010 los restos de Pliopithecus canmatensis, “que fue un miembro de la superfamilia de los pliopitecoideos”, apunta el paleobiólogo.
Pero el hecho de que se hayan encontrado numerosos restos fósiles de primates en los yacimientos del Abocador de Can Mata no significa que los primates fuesen particularmente abundantes en esta zona: “Eran muy diversos (había distintas especies de diferentes grupos), pero sin embargo sus restos son poco abundantes con respecto al resto de componentes de la fauna (menos de un 0,5% de los restos recuperados son de primates)”, concluye Alba.
Durante el Mioceno medio y principios del superior, la zona donde actualmente está el vertedero correspondía a un bosque cerrado con un clima cálido y húmedo y algunas masas de agua permanentes, lo que favoreció una gran diversidad faunística, tal como muestran las cerca de 80 especies de mamíferos que se han reconocido en esta zona, además de varios anfibios, reptiles y aves.
Además de los primates hominoideos y pliopitecoideos, se han encontrado mamíferos de pequeño tamaño (insectívoros y roedores), varios ungulados (como por ejemplo caballos, rinocerontes y ciervos), muchos carnívoros (incluyendo los conocidos como “falsos dientes de sable”, actualmente extinguidos) y proboscídeos lejanamente emparentados con los elefantes actuales.
Referencia bibliográfica:
Alba, D.M., Almécija, S., DeMiguel, D., Fortuny, J., Pérez de los Ríos, M., Pina, M., Robles, J.M., Moyà-Solà, S: Miocene small-bodied ape from Eurasia sheds light on hominoid evolution. Science (2015). DOI: 10.1126/science.aab2625
Alba, D.M., Almécija, S., DeMiguel, D., Fortuny, J., Pérez de los Ríos, M., Pina, M., Robles, J.M., Moyà-Solà, S: Miocene small-bodied ape from Eurasia sheds light on hominoid evolution. Science (2015). DOI: 10.1126/science.aab2625