La herramienta permite que objetos cotidianos sean más interactivos, pero sin comprometer su aspecto estético. Fuente: Horizon.
Un código QR es un módulo útil para almacenar cualquier tipo de información digital, desde una imagen, una dirección o la URL de una web. Su nombre viene del inglés quick response, o lo que es lo mismo, respuesta rápida, ya que el objetivo de los creadores era inventar un sistema de lectura fácil y rápida.
Aunque aún hoy pueda resultar novedosa, la herramienta se creó en 1994 por una empresa subsidiaria de la japonesa Toyota, por lo que no es de extrañar esa amalgama de puntos y líneas negros y blancos, un diseño algo alejado de los patrones estéticos actuales. Con todo, numerosos artistas pop están utilizándolo como material de trabajo, bien como herramienta artística en algunos casos o como lenguaje propio en otros.
Sin embargo, no deja de ser una marca ostentosa que limita su uso, ya que la mayoría de usuarios se opondría a introducir un código QR en cualquier objeto de su propiedad, o a visualizarlos en cada pieza de la vajilla o del mobiliario de un restaurante.
Ahora, un innovador proyecto de la Universidad de Nottingham pretende revolucionar el mundo de los códigos informáticos integrándolos en diseños mucho más atractivos visualmente. Conocido como Aestheticodes, que se traduciría como códigos estéticos, la iniciativa es fruto del trabajo conjunto de diseñadores y científicos de la computación en el Instituto de Investigación Horizon.
Según explica la Universidad en un comunicado, el objetivo es seguir ofreciendo la misma interactividad de un código QR tradicional, pero añadiendo una experiencia más placentera para la vista. Esta tecnología permitiría la presencia de la marca tanto en productos, envases y servicios, como en museos, galerías y otros espacios públicos.
Aunque aún hoy pueda resultar novedosa, la herramienta se creó en 1994 por una empresa subsidiaria de la japonesa Toyota, por lo que no es de extrañar esa amalgama de puntos y líneas negros y blancos, un diseño algo alejado de los patrones estéticos actuales. Con todo, numerosos artistas pop están utilizándolo como material de trabajo, bien como herramienta artística en algunos casos o como lenguaje propio en otros.
Sin embargo, no deja de ser una marca ostentosa que limita su uso, ya que la mayoría de usuarios se opondría a introducir un código QR en cualquier objeto de su propiedad, o a visualizarlos en cada pieza de la vajilla o del mobiliario de un restaurante.
Ahora, un innovador proyecto de la Universidad de Nottingham pretende revolucionar el mundo de los códigos informáticos integrándolos en diseños mucho más atractivos visualmente. Conocido como Aestheticodes, que se traduciría como códigos estéticos, la iniciativa es fruto del trabajo conjunto de diseñadores y científicos de la computación en el Instituto de Investigación Horizon.
Según explica la Universidad en un comunicado, el objetivo es seguir ofreciendo la misma interactividad de un código QR tradicional, pero añadiendo una experiencia más placentera para la vista. Esta tecnología permitiría la presencia de la marca tanto en productos, envases y servicios, como en museos, galerías y otros espacios públicos.
Viejo contra nuevo
El objetivo de los investigadores es convertir estos códigos en parte de la denominada computación ubicua, entendida como la integración de la informática en el entorno de la persona, de forma que los ordenadores o cualquier otro dispositivo inteligente no se perciban como objetos diferenciados.
Para conseguirlo necesitaban camuflar la información en el diseño, para lo que encontraron inspiración en William Morris, el diseñador británico más influyente del siglo XIX. Este basó su obra en su amor por el arte y el estilo medieval, lo que supuso una vuelta a la artesanía manual que se había perdido tras la Revolución Industrial.
Esta misma dicotomía viejo contra nuevo es la que se aplica en Aestheticodes, tratando de sorprender al usuario con algo que parece muy tradicional pero que en realidad podría ser de vanguardia.
Los diseñadores que participaron en el proyecto se enfrentaban a un área de trabajo totalmente desconocida para ellos. Los códigos QR requieren una serie de parámetros muy estrictos para poder leerse en dispositivos inteligentes, algo que no siempre encaja con el diseño manual, pues a menudo las líneas de la composición resultan demasiado delgadas o muy próximas para registrar el código.
Por eso, una vez dibujados a mano, los creadores decidieron volver a reproducir los bocetos con Illustrator, evitando así distorsionar o poner demasiado en peligro la obra de arte original.
El objetivo de los investigadores es convertir estos códigos en parte de la denominada computación ubicua, entendida como la integración de la informática en el entorno de la persona, de forma que los ordenadores o cualquier otro dispositivo inteligente no se perciban como objetos diferenciados.
Para conseguirlo necesitaban camuflar la información en el diseño, para lo que encontraron inspiración en William Morris, el diseñador británico más influyente del siglo XIX. Este basó su obra en su amor por el arte y el estilo medieval, lo que supuso una vuelta a la artesanía manual que se había perdido tras la Revolución Industrial.
Esta misma dicotomía viejo contra nuevo es la que se aplica en Aestheticodes, tratando de sorprender al usuario con algo que parece muy tradicional pero que en realidad podría ser de vanguardia.
Los diseñadores que participaron en el proyecto se enfrentaban a un área de trabajo totalmente desconocida para ellos. Los códigos QR requieren una serie de parámetros muy estrictos para poder leerse en dispositivos inteligentes, algo que no siempre encaja con el diseño manual, pues a menudo las líneas de la composición resultan demasiado delgadas o muy próximas para registrar el código.
Por eso, una vez dibujados a mano, los creadores decidieron volver a reproducir los bocetos con Illustrator, evitando así distorsionar o poner demasiado en peligro la obra de arte original.
Motivos y estampados
El resultado es una herramienta tan intuitiva como los códigos de barra o QR tradicionales. Para utilizarla basta con descargar la aplicación en cualquier smartphone o tableta, que servirá para escanear el Aestheticode. El programa no reconoce la imagen, pero explora su relieve para obtener la información codificada.
"Permitimos que objetos cotidianos sean más interactivos, pero sin comprometer su aspecto estético", destaca Richard Mortier de Horizon. Para ello, los diseñadores gráficos del proyecto han creado una amplia gama de motivos y estampados originales que se pueden utilizar para activar la entrega de diferente tipo de información dependiendo del diseño y la aplicación que lo lea. Así, al escanear el motivo impreso en el menú de un restaurante se podría obtener información sobre las especialidades del día.
De esta forma, Aestheticodes ofrece programación, desarrollo de aplicaciones y servicio de diseño gráfico al mismo tiempo. Además, se proponen seguir a la última en innovación e investigación para ofrecer a los clientes el servicio más actualizado.
De hecho, los investigadores continúan desarrollando la tecnología a través de Horizon, donde trabajan con artesanos de la cerámica para explorar la creación de nuevas formas, patrones y texturas cerámicas que sean agradables estéticamente y aptas para su rastreo digital.
El resultado es una herramienta tan intuitiva como los códigos de barra o QR tradicionales. Para utilizarla basta con descargar la aplicación en cualquier smartphone o tableta, que servirá para escanear el Aestheticode. El programa no reconoce la imagen, pero explora su relieve para obtener la información codificada.
"Permitimos que objetos cotidianos sean más interactivos, pero sin comprometer su aspecto estético", destaca Richard Mortier de Horizon. Para ello, los diseñadores gráficos del proyecto han creado una amplia gama de motivos y estampados originales que se pueden utilizar para activar la entrega de diferente tipo de información dependiendo del diseño y la aplicación que lo lea. Así, al escanear el motivo impreso en el menú de un restaurante se podría obtener información sobre las especialidades del día.
De esta forma, Aestheticodes ofrece programación, desarrollo de aplicaciones y servicio de diseño gráfico al mismo tiempo. Además, se proponen seguir a la última en innovación e investigación para ofrecer a los clientes el servicio más actualizado.
De hecho, los investigadores continúan desarrollando la tecnología a través de Horizon, donde trabajan con artesanos de la cerámica para explorar la creación de nuevas formas, patrones y texturas cerámicas que sean agradables estéticamente y aptas para su rastreo digital.