De las experiencias buenas, recordamos sobre todo las mejores

Un estudio muestra, además, que los recuerdos se refuerzan cuando estamos en reposo


Un estudio realizado en EE.UU. muestra que, de las experiencias buenas, recordamos mejor las mejores. Es decir, que el cerebro filtra los recuerdos para seleccionar los que van a ser más útiles en el futuro. Además, reforzamos esos recuerdos en reposo, cuando se supone que no estamos ejercitando la memoria.


UC Davis/T21
15/02/2016

Utilizando imágenes por resonancia magnética, los científicos identificaron una señal en el hipocampo asociada con la memoria de recompensa, en este caso relacionada con una cancha de baloncesto. Imagen: C. Ranganath. Fuente: UC Davis.
¿Por qué recordamos algunos eventos, lugares y cosas, pero no otras? Nuestro cerebro prioriza los recuerdos gratificantes sobre los demás, y los refuerza reproduciéndolos cuando estamos en reposo, según una nueva investigación del Centro para la Neurociencia de la Universidad de California en Davis (EE.UU.), publicada en la revista Neuron.

"Las recompensas ayudan a recordar cosas, porque la gente quiere recompensas futuras", dice el profesor Charan Ranganath, neurocientífico y autor principal del artículo, en la información de la universidad. "El cerebro da prioridad a los recuerdos que van a ser útiles para las decisiones futuras."

Se estima que sólo conservamos recuerdos detallados de una pequeña proporción de los acontecimientos de cada día, dice Ranganath. Las personas con recuerdos muy detallados se sienten abrumados con la información. Así que si el cerebro va a filtrar la información y decidir lo que hay que recordar, tiene sentido guardar esos recuerdos que podrían ser más importantes para la obtención de recompensas en el futuro.

Ranganath y el investigador postdoctoral Matthias Gruber pusieron esto a prueba mediante el escaneo de los cerebros de voluntarios mediante imágenes de resonancia magnética funcional, mientras respondían a simples preguntas sobre una serie corta de objetos con un sí-no: por ejemplo, "¿pesan estos objetos más que una pelota de baloncesto?".

Cada serie de objetos mostraba una imagen de fondo como contexto, y dependiendo de él, a los voluntarios se les decía o bien que obtenían una recompensa grande (dólares) o pequeña (centavos), por dar la respuesta correcta. Al final de una serie, se les decía a los participantes la cantidad de dinero que acababan de ganar.

Una vez que los participantes completaron esta parte del experimento, fueron escaneados durante un período de descanso. Después, fuera del escáner, hubo una prueba de memoria sorpresa sobre todos los objetos que se mostraron durante la exploración.

Aunque los participantes no estaban esperando la prueba de memoria fuera del escáner, recordaban mejor los objetos asociados con una alta recompensa, dice Gruber, primer autor del artículo. "Además, cuando un objeto estaba asociado con una alta recompensa, las personas recordaban mejor la escena concreta del fondo", añade.

Sesgo

Aún más interesante, el rendimiento de la memoria de los participantes se predecía con la actividad cerebral medida durante el reposo. Cuando los investigadores analizaron escáneres cerebrales de los sujetos en reposo -en teoría, cuando no ejercitaban la memoria- encontraron el mismo patrón de actividad que cuando los sujetos estaban haciendo la tarea de alta recompensa. Los sujetos reproducían aparentemente los recuerdos gratificantes, fortaleciendo las conexiones y ayudando a fijar la memoria en su lugar.

Las personas que presentaron una mayor repetición de memorias de alta recompensa mostraron una mejor retención de estos eventos durante la prueba posterior al escaneo, así como un aumento de las interacciones entre el hipocampo (una estructura profunda en el cerebro muy involucrada en la memoria), y una zona llamada la sustancia negra/área ventral tegmental compleja, que está implicada en el procesamiento de la recompensa, sugiriendo que ésta juega un papel en la estimulación del hipocampo después de aprender.

Aunque este estudio no lo midió directamente, estas interacciones seguramente estaban relacionados con la liberación de dopamina, un neurotransmisor que se libera en el cerebro cuando esperamos recompensas. Enfermedades tales como la enfermedad de Parkinson o el envejecimiento están vinculadas a la reducción de dopamina y, a menudo, implican defectos de memoria.

Los resultados muestran cómo la memoria puede estar sesgada hacia los puntos altos de la experiencia, dice Ranganath. "Se habla de un proceso de memoria que normalmente nos está oculto", dice Ranganath. "¿Está usted recordando lo que realmente necesita saber? Podría depender de lo que su cerebro hace mientras está en reposo".

Referencia bibliográfica:

Matthias J. Gruber, Maureen Ritchey, Shao-Fang Wang, Manoj K. Doss, Charan Ranganath: Post-learning Hippocampal Dynamics Promote Preferential Retention of Rewarding Events. Neuron (2016). DOI: 10.1016/j.neuron.2016.01.017.



UC Davis/T21
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