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Investigadores norteamericanos han creado un aparato de radio utilizando como demodulador un nanotubo de carbono, según informa la Universidad de California en un comunicado.
El demodulador (utilizado para recuperar la información transportada por una onda portadora desde un transmisor) es miles de veces más pequeño que el diámetro de un cabello humano y tiene sólo viarios átomos de largo.
La tecnología nanométrica, que permite crear dispositivos del tamaño de un nanómetro (que equivale a una milmillonésima parte de un metro) había permitido ya crear dispositivos muy complejos, como nanomáquinas inyectables para transportar medicamentos a partes muy específicas del organismo. Ahora, además, podría servir para equipar los emisores y receptores de las radios.
Esta proeza tecnológica ha sido obra de los científicos Peter Burke y Chris Rutherglen, de la universidad de California en Irvine, quienes señalan que es la primera vez que se utiliza con éxito un receptor de tamaño nanométrico para los sistemas de radio.
Alta fidelidad
Alrededor de 1.000 veces más pequeño que cualquier tecnología con la misma función para radios actuales, este dispositivo fue incorporado a un sistema de radio y se utilizó para transmitir música clásica sin cable desde un iPod (un reproductor de música digital) a un altavoz que se encontraba a varios metros de distancia de dicho reproductor.
Rutherglen y Burke explican detalladamente en la revista especializada Nano Letters que el experimento fue llevado a cabo con un nanotubo (estructura tubular de un diámetro de un nanómetro) de carbono, que es una forma elemental de carbono de posibilidades tecnológicas sorprendentes.
El dispositivo en cuestión es un demodulador de Amplitud Modulada (AM para modular frecuencias de más de 100 kHz, es decir, que modula ondas de radio a esas frecuencias y las convierte en señales de audio.
Las pruebas realizadas con éxito demostraron que el nanotubo de carbono funciona en un receptor de radio en AM que opera a una frecuenta de 1 GHz, y que es capaz de demodular ondas de radio de alta fidelidad.
Los científicos señalan que aunque de momento sólo han podido reducir a tamaño nanométrico uno de los componentes de un sistema de radio, en el futuro esperan llegar a reducir a ese mismo tamaño una radio entera, lo que permitiría generar un sistema de comunicación sin cables a escala nanométrica.
Polvo inteligente nanométrico
Las aplicaciones de este logro serían potencialmente inmensas. Por ejemplo, podría desarrollarse lo que se denomina polvo inteligente: aparatos más pequeños que un grano de arena y equipados con sensores que transmitieran por radio datos sobre condiciones físicas o químicas del entorno en que se encuentren. Este polvo llegaría a tener un tamaño nanométrico. El invento podría revolucionar asimismo la medicina, la meteorología o la armamentística en los campos de batalla.
De hecho, el verdadero desafío de la industria radica ahora en miniaturizar no sólo la tecnología de radio, sino también otros dispositivos como sensores, baterías o procesadores. Otros posibles usos futuros entrarían en los campos de la investigación geofísica y biológica, en los que sensores tan pequeños serían extremadamente útiles.
Según la revista Wired, Burke y su equipo también intentan desarrollar interfaces entre sistemas biológicos y las nanotecnologías con la finalidad de manipular las proteínas humanas, dado que éstas son de un tamaño aproximado al de los aparatos nanométricos.
El demodulador (utilizado para recuperar la información transportada por una onda portadora desde un transmisor) es miles de veces más pequeño que el diámetro de un cabello humano y tiene sólo viarios átomos de largo.
La tecnología nanométrica, que permite crear dispositivos del tamaño de un nanómetro (que equivale a una milmillonésima parte de un metro) había permitido ya crear dispositivos muy complejos, como nanomáquinas inyectables para transportar medicamentos a partes muy específicas del organismo. Ahora, además, podría servir para equipar los emisores y receptores de las radios.
Esta proeza tecnológica ha sido obra de los científicos Peter Burke y Chris Rutherglen, de la universidad de California en Irvine, quienes señalan que es la primera vez que se utiliza con éxito un receptor de tamaño nanométrico para los sistemas de radio.
Alta fidelidad
Alrededor de 1.000 veces más pequeño que cualquier tecnología con la misma función para radios actuales, este dispositivo fue incorporado a un sistema de radio y se utilizó para transmitir música clásica sin cable desde un iPod (un reproductor de música digital) a un altavoz que se encontraba a varios metros de distancia de dicho reproductor.
Rutherglen y Burke explican detalladamente en la revista especializada Nano Letters que el experimento fue llevado a cabo con un nanotubo (estructura tubular de un diámetro de un nanómetro) de carbono, que es una forma elemental de carbono de posibilidades tecnológicas sorprendentes.
El dispositivo en cuestión es un demodulador de Amplitud Modulada (AM para modular frecuencias de más de 100 kHz, es decir, que modula ondas de radio a esas frecuencias y las convierte en señales de audio.
Las pruebas realizadas con éxito demostraron que el nanotubo de carbono funciona en un receptor de radio en AM que opera a una frecuenta de 1 GHz, y que es capaz de demodular ondas de radio de alta fidelidad.
Los científicos señalan que aunque de momento sólo han podido reducir a tamaño nanométrico uno de los componentes de un sistema de radio, en el futuro esperan llegar a reducir a ese mismo tamaño una radio entera, lo que permitiría generar un sistema de comunicación sin cables a escala nanométrica.
Polvo inteligente nanométrico
Las aplicaciones de este logro serían potencialmente inmensas. Por ejemplo, podría desarrollarse lo que se denomina polvo inteligente: aparatos más pequeños que un grano de arena y equipados con sensores que transmitieran por radio datos sobre condiciones físicas o químicas del entorno en que se encuentren. Este polvo llegaría a tener un tamaño nanométrico. El invento podría revolucionar asimismo la medicina, la meteorología o la armamentística en los campos de batalla.
De hecho, el verdadero desafío de la industria radica ahora en miniaturizar no sólo la tecnología de radio, sino también otros dispositivos como sensores, baterías o procesadores. Otros posibles usos futuros entrarían en los campos de la investigación geofísica y biológica, en los que sensores tan pequeños serían extremadamente útiles.
Según la revista Wired, Burke y su equipo también intentan desarrollar interfaces entre sistemas biológicos y las nanotecnologías con la finalidad de manipular las proteínas humanas, dado que éstas son de un tamaño aproximado al de los aparatos nanométricos.