Un ordenador que descubre el estado de ánimo de una persona ha sido desarrollado por un equipo del Laboratorio de Percepción Mecánica, perteneciente al Instituto de la Computación Neuronal de la Universidad de San Diego, en California.
El neurólogo de origen español Javier Movellan y otros investigadores han examinado más de 10.000 rostros en diferentes momentos de expresión y han elaborado un censo de estas expresiones faciales que constituye todo un léxico de expresión emocional.
El ordenador es capaz de analizar un rostro 30 veces por segundo y de comparar la información recabada con un lejano banco de datos para descubrir a continuación el estado de ánimo del sujeto. El programa integra el reconocimiento de las expresiones con los movimientos del cuerpo, la tonalidad de la voz y las señales metabólicas.
Antecedentes de 44 referencias
Los trabajos de este equipo se inspiran en las investigaciones desarrolladas en los años setenta por el psicólogo de la Universidad de California Paul Ekman, quien ya había clasificado entonces múltiples expresiones faciales y sus correspondientes movimientos a través de 44 modelos.
En la década pasada se produjo otro avance significativo en esta línea de investigación, ya que el programa denominado Sexnet, del Instituto para la Computación Neuronal, había llegado a superar la observación humana a la hora de distinguir un rostro masculino de otro femenino.
El nuevo ordenador culmina todos estos esfuerzos previos y constituye la mayor aproximación a lo que constituye un ordenador emotivo, capaz de comprender al ser humano y de descubrir incluso sentimientos ocultos, imperceptibles para la sensibilidad corriente, tal como ocurre en las películas de ciencia ficción.
Mayor sensibilidad
Este ordenador detecta millones de expresiones y su objetivo es elevar la sensibilidad de las máquinas, ya que hasta ahora los ordenadores podían ser considerados genios lógicos pero analfabetos emocionales. Esta es la barrera que el nuevo ordenador intenta superar.
Si lo consigue, la máquina llegará a conocernos mejor que nosotros mismos y puede ser un eficaz aliado para descubrir las trampas subconscientes que muchas veces nos dificultan la vida. La enseñanza a distancia, la robótica y la psicoterapia son algunos de los campos que podrían beneficiarse del así llamado ordenador emotivo.
Los centros implicados en estas investigaciones han abierto un servicio on line para descifrar los rostros, a los que es posible enviar una foto personal o colectiva para conocer lo que el ordenador es capaz de descubrir de nuestras expresiones.
El neurólogo de origen español Javier Movellan y otros investigadores han examinado más de 10.000 rostros en diferentes momentos de expresión y han elaborado un censo de estas expresiones faciales que constituye todo un léxico de expresión emocional.
El ordenador es capaz de analizar un rostro 30 veces por segundo y de comparar la información recabada con un lejano banco de datos para descubrir a continuación el estado de ánimo del sujeto. El programa integra el reconocimiento de las expresiones con los movimientos del cuerpo, la tonalidad de la voz y las señales metabólicas.
Antecedentes de 44 referencias
Los trabajos de este equipo se inspiran en las investigaciones desarrolladas en los años setenta por el psicólogo de la Universidad de California Paul Ekman, quien ya había clasificado entonces múltiples expresiones faciales y sus correspondientes movimientos a través de 44 modelos.
En la década pasada se produjo otro avance significativo en esta línea de investigación, ya que el programa denominado Sexnet, del Instituto para la Computación Neuronal, había llegado a superar la observación humana a la hora de distinguir un rostro masculino de otro femenino.
El nuevo ordenador culmina todos estos esfuerzos previos y constituye la mayor aproximación a lo que constituye un ordenador emotivo, capaz de comprender al ser humano y de descubrir incluso sentimientos ocultos, imperceptibles para la sensibilidad corriente, tal como ocurre en las películas de ciencia ficción.
Mayor sensibilidad
Este ordenador detecta millones de expresiones y su objetivo es elevar la sensibilidad de las máquinas, ya que hasta ahora los ordenadores podían ser considerados genios lógicos pero analfabetos emocionales. Esta es la barrera que el nuevo ordenador intenta superar.
Si lo consigue, la máquina llegará a conocernos mejor que nosotros mismos y puede ser un eficaz aliado para descubrir las trampas subconscientes que muchas veces nos dificultan la vida. La enseñanza a distancia, la robótica y la psicoterapia son algunos de los campos que podrían beneficiarse del así llamado ordenador emotivo.
Los centros implicados en estas investigaciones han abierto un servicio on line para descifrar los rostros, a los que es posible enviar una foto personal o colectiva para conocer lo que el ordenador es capaz de descubrir de nuestras expresiones.