Crean el primer indicador científico de la distracción

Servirá para filtrar objetivamente a las personas que aspiran a trabajos de riesgo


Psicólogos del University College de Londres han creado el primer indicador científico de la distracción, una distorsión de la atención poco conocida que frecuentemente origina problemas como accidentes graves o escaso rendimiento en el trabajo y los estudios. El indicador permite conocer el grado de distracción de los individuos al realizar ciertas tareas y servirá para “filtrar” con razones objetivas a aquellos aspirantes a trabajos que, por seguridad, requieren una alta capacidad de concentración. El indicador ha puesto de manifiesto asimismo que se puede reducir la tendencia a distraerse con ciertas actividades que reclamen toda nuestra atención, un hecho que tendría aplicaciones también en la educación. Por Yaiza Martínez.


01/06/2007

Center for Visual Science
Psicólogos del University College de Londres (UCL han desarrollado el primer indicador científico del grado de distracción de los individuos, una herramienta que podría servir como elemento de conocimiento de los aspirantes a ciertos tipos de trabajos, en las secciones de recursos humanos de las empresas, en especial para aquellos oficios en los que las distracciones pueden provocar errores fatales.

La distracción se produce cuando el proceso de la atención es interrumpido por un estímulo que distrae al sujeto de la tarea que realiza. La psicología moderna considera la distracción como la señal de una atención que se orienta en un sentido diferente al esperado o al necesario. Este proceso es origen a veces de agujeros de memoria espectaculares o habituales, ya que una persona distraida se convierte en una persona no fiable.

La distracción puede definirse como una falta de atención habitual o momentánea sobre las cosas de las que normalmente debería ocuparse. El sujeto es absorbido en determinado momento por otro objeto. Por metonimia, la distracción puede designar asimismo un acto que refleja la inatención de aquel que lo realiza. Generalmente tiene un sentido peyorativo.

Atención desplazada

La distracción es por tanto el resultado de un desplazamiento de la atención debido, por lo general, a dos factores: la fatiga o la ausencia de interés o de motivación sobre lo que se está haciendo. La distracción es siempre el fruto de un conflicto entre dos motivaciones, una motivación consciente y una motivación inconsciente.

Por lo tanto, la distracción no es una falta de memoria, sino el desarrollo de una memoria en otro lugar indeterminado, una distorsión de la atención que no es bien conocida por la ciencia psicológica. De ahí que determinar científicamente el nivel de distracción de una persona y averiguar cómo mejorar los caminos de la atención, puede resultar de gran ayuda, ya que las personas que se distraen con mayor facilidad tienen más riesgo de verse involucradas en accidentes, señala un comunicado de la UCL.

Según explica la directora de la investigación, la profesora de psicología de dicha universidad, Nilli Lavie, cuando nos distraemos, con facilidad tendemos a hacer cosas que en determinados contextos pueden tener consecuencias e implicaciones muy serias. Por ejemplo, mientras conducimos. El accidente de la central nuclear de Chernobil, ocurrido en 1986, también se considera el resultado de una distracción de resultados catastróficos.

Algunas profesiones, como piloto de aviación o conductor de autobuses, requieren también de una atención extrema para evitar peligros. Un test informático desarrollado por Lavie, en colaboración con la investigadora Sophie Forster, es capaz de medir por vez primera la efectividad de los sujetos y sus tiempos de reacción cuando están expuestos a distracciones. Estos datos permitirán filtrar a aquellos candidatos a determinados puestos que sean más despistados que otros.

Test probado

Según informa al respecto la revista de la Association for Psichological Science en un artículo titulado High Perceptual Load Makes Everybody Equal, el test ha sido probado ya con sesenta y un voluntarios que realizaron una breve prueba informática durante la que aparecían intermitentemente en la pantalla del ordenador letras, representaciones y distracciones.

El test consistía en encontrar una letra determinada en una serie dentro de una representación circular, por ejemplo, la X, entre otras parecidas, como la H, la M, la K y la Z. Al mismo tiempo, los flashes de otras letras aparecían en los bordes del círculo principal para distraer a los participantes, a los que se les pidió que ignoraran las distracciones y se centraran en la prueba.

Debían apretar rápidamente la tecla de la letra correcta en un teclado cuando la localizaran entre las demás, y se midieron sus tiempos de reacción y los efectos de las distracciones en sus ejercicios.

Otra prueba de psicometría

Según Levie, esta prueba podría añadirse a otros tests de psicometría ya existentes, destinados a medir las aptitudes mentales y psicológicas de los individuos. La psicometría es la disciplina que se encarga de la medición en psicología, es decir, de la asignación de valores a cualidades psicológicas como el conocimiento, las habilidades, las capacidades o la personalidad.

Con la nueva prueba científica de la distracción podría medirse la capacidad de concentración o la tendencia a distraerse de los individuos, elementos críticos en determinadas áreas dependientes de la capacidad de los sujetos de mantenerse atentos.

Los resultados de estos tests se relacionarían con las respuestas derivadas del llamado “Cuestionario de Fallos Cognitivos”, que consiste en la evaluación neuropsicólogica de una amplia gama de fallos cotidianos de tipo cognitivo, como memoria, atención y control de las acciones. En ancianos, este cuestionario se usa para detectar problemas de memoria y en jóvenes para definir problemas de atención y control, principalmente.

Según Lavie, el test ideado por su equipo permite conocer objetivamente las aptitudes de los que la han realizado para concentrarse, sustituyendo las clásicas entrevistas, en las que la gente puede mentir para mejorar su propia imagen.

Más difícil, mayor atención

Por otro lado, la prueba demostró que los participantes, incluso los más despistados, se distraen mucho menos cuando la tarea que realizan es más difícil.

Esto se debe a que, al realizar una tarea complicada, nuestro cerebro maneja una gran cantidad de información relevante, que no le permite procesar al mismo tiempo la información que le distrae. Incluso en estas situaciones, las personas más distraídas son capaces de focalizar su atención sin perder la concentración.

Lavie señaló que esta constatación demuestra que, incluso cuando somos extremadamente distraídos, se puede reducir la tendencia a distraerse con ciertas actividades que reclamen toda nuestra atención, un hecho que tendría aplicaciones en la educación: en las clases y a la hora de hacer deberes en casa. Lavie incluso ha pensado en la posibilidad de elaborar aplicaciones comerciales a demanda del test de distracción.

En definitiva, los resultados del estudio sugieren que los niveles de percepción y concentración en las tareas y por individuos pueden predecirse gracias a esta prueba, que sería útil para prevenir las consecuencias más graves de los despistes.



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