España y Portugal reaccionan de forma muy parecida ante los dilemas éticos. Imagen: Moral Machine. Click sobre la imagen para ampliar.
Los seres humanos tenemos claros tres criterios éticos principales en caso de emergencia: salvar vidas de personas antes que las de animales, salvar el mayor número posible de vidas y salvar las vidas de personas jóvenes antes que las de las personas mayores.
No son los resultados de una encuesta cualquiera, sino de una web creada en 2016 por investigadores franceses (CNRS), del MIT y de las universidades de Harvard y de la Columbia Británica, para preguntar a los internautas sobre los dilemas morales a los que se enfrentan los vehículos autónomos.
A través de esta web, denominada Moral Machine, se han recopilado más de 40 millones de decisiones tomadas durante 18 meses (entre junio de 2016 y enero de 2018) por 2,5 millones de personas de 233 países distintos. Los resultados han sido publicados ahora en la revista Nature.
Otros datos que proporciona esta investigación son que las personas obesas tienen un 20% más de probabilidades de hacerse matar por un coche, frente a las personas atléticas, y que las personas sin recursos tienen un 40% de probabilidades más de sufrir un atropello que las personas ricas. La misma proporción es válida para las personas que no respetan las señales de tráfico, frente a los que sí las respetan.
Otra constatación de este estudio es que en los países desarrollados, donde existen leyes e instituciones fuertes, los conductores salvan a los peatones que no cruzan por un paso de cebra con menos frecuencia que los conductores de los países menos desarrollados.
Pista cultural
Hay una pista cultural en el diseño de este mapa moral: las reacciones son coincidentes según los países, pudiendo establecerse tres grupos geográficos que en general comparten las mismas opiniones.
El primer grupo reúne a los países occidentales y la Commonwealth. El segundo, Asia y una parte de la cultura islámica. Y el tercer grupo, a Latinoamérica, algunos países de Europa Central y, entre otros, a Francia, Marruecos, Argelia o la Polinesia. Hay una aparente afinidad cultural entre los antiguos imperios y sus colonias (pasa también en el caso de Inglaterra).
En estos grupos geográficos se perfilan algunas diferencias: la preferencia por los jóvenes antes que por los mayores es menor en los países del Este que en el Sur, así como la reacción condicionada por el estatus social, más patente en Occidente y en el Sur que en Oriente.
Los datos recopilados son públicos y accesibles para todos, y los autores esperan que los gobiernos los consulten para considerar la posibilidad de legislar sobre automóviles autónomos o fabricantes que trabajan en la programación de estos automóviles.
El objetivo no es necesariamente seguir la voluntad de los usuarios de Moral Machine, sino tener una visión global de las preferencias morales de los ciudadanos.
No son los resultados de una encuesta cualquiera, sino de una web creada en 2016 por investigadores franceses (CNRS), del MIT y de las universidades de Harvard y de la Columbia Británica, para preguntar a los internautas sobre los dilemas morales a los que se enfrentan los vehículos autónomos.
A través de esta web, denominada Moral Machine, se han recopilado más de 40 millones de decisiones tomadas durante 18 meses (entre junio de 2016 y enero de 2018) por 2,5 millones de personas de 233 países distintos. Los resultados han sido publicados ahora en la revista Nature.
Otros datos que proporciona esta investigación son que las personas obesas tienen un 20% más de probabilidades de hacerse matar por un coche, frente a las personas atléticas, y que las personas sin recursos tienen un 40% de probabilidades más de sufrir un atropello que las personas ricas. La misma proporción es válida para las personas que no respetan las señales de tráfico, frente a los que sí las respetan.
Otra constatación de este estudio es que en los países desarrollados, donde existen leyes e instituciones fuertes, los conductores salvan a los peatones que no cruzan por un paso de cebra con menos frecuencia que los conductores de los países menos desarrollados.
Pista cultural
Hay una pista cultural en el diseño de este mapa moral: las reacciones son coincidentes según los países, pudiendo establecerse tres grupos geográficos que en general comparten las mismas opiniones.
El primer grupo reúne a los países occidentales y la Commonwealth. El segundo, Asia y una parte de la cultura islámica. Y el tercer grupo, a Latinoamérica, algunos países de Europa Central y, entre otros, a Francia, Marruecos, Argelia o la Polinesia. Hay una aparente afinidad cultural entre los antiguos imperios y sus colonias (pasa también en el caso de Inglaterra).
En estos grupos geográficos se perfilan algunas diferencias: la preferencia por los jóvenes antes que por los mayores es menor en los países del Este que en el Sur, así como la reacción condicionada por el estatus social, más patente en Occidente y en el Sur que en Oriente.
Los datos recopilados son públicos y accesibles para todos, y los autores esperan que los gobiernos los consulten para considerar la posibilidad de legislar sobre automóviles autónomos o fabricantes que trabajan en la programación de estos automóviles.
El objetivo no es necesariamente seguir la voluntad de los usuarios de Moral Machine, sino tener una visión global de las preferencias morales de los ciudadanos.
Un ejemplo de los dilemas planteados en el juego. Moral Machine.
Cautela ante los resultados
Sin embargo, los investigadores siguen siendo cautelosos con respecto a la representatividad del estudio, ya que los participantes se ofrecieron como voluntarios para responder y no fueron seleccionados por métodos de muestreo.
Además, la mayoría de las opiniones (casi el 70%) son de hombres de edades comprendidas entre los 20 y 30 años. Los investigadores destacan al respecto que estos resultados no tienen valor estadístico, sino que simplemente recogen respuestas de personas que han jugado voluntariamente a Moral Machine.
Esta web ha ofrecido a los usuarios una serie de juegos en los que tenían que tomar decisiones morales que involucraban a vehículos, pasajeros y peatones, así como a niños y adultos, animales, delincuentes, mujeres embarazadas, etc.
Estas decisiones, tomadas en escenarios imaginarios, son las que arrojan los resultados que han configurado lo que uno de los autores, Jean-François Bonnefon, ha llamado en Le Monde árbol poligenético moral de la humanidad, construido sobre algo tan elemental de la vida como el transporte cotidiano y los posibles dilemas que puede plantearnos.
Sin embargo, los investigadores siguen siendo cautelosos con respecto a la representatividad del estudio, ya que los participantes se ofrecieron como voluntarios para responder y no fueron seleccionados por métodos de muestreo.
Además, la mayoría de las opiniones (casi el 70%) son de hombres de edades comprendidas entre los 20 y 30 años. Los investigadores destacan al respecto que estos resultados no tienen valor estadístico, sino que simplemente recogen respuestas de personas que han jugado voluntariamente a Moral Machine.
Esta web ha ofrecido a los usuarios una serie de juegos en los que tenían que tomar decisiones morales que involucraban a vehículos, pasajeros y peatones, así como a niños y adultos, animales, delincuentes, mujeres embarazadas, etc.
Estas decisiones, tomadas en escenarios imaginarios, son las que arrojan los resultados que han configurado lo que uno de los autores, Jean-François Bonnefon, ha llamado en Le Monde árbol poligenético moral de la humanidad, construido sobre algo tan elemental de la vida como el transporte cotidiano y los posibles dilemas que puede plantearnos.
Referencia
The Moral Machine experiment. Edmond Awad et al. Nature (2018) DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-018-0637-6
The Moral Machine experiment. Edmond Awad et al. Nature (2018) DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-018-0637-6