Corrientes oceánicas cálidas aceleran el deshielo de la Antártida

Los cambios en los vientos están canalizando agua templada debajo del hielo flotante


Una nueva investigación ha determinado que una de las causas más importantes del deshielo de la Antártida son las corrientes cálidas oceánicas, que descongelan la parte inferior de las extensiones flotantes de las capas de hielo. Los vientos de la Antártida se han modificado debido a los cambios en el clima, afectando a la fuerza y dirección de las corrientes oceánicas. Como resultado, se canaliza agua cálida por debajo del hielo flotante.


CORDIS/T21
01/05/2012

Científicos de Países Bajos, Reino Unido y Estados Unidos han descubierto que la Antártida está perdiendo hielo debido principalmente a las corrientes oceánicas cálidas que golpean la parte inferior de los mantos de hielo. Los hallazgos, publicados en la revista Nature, pueden servir para realizar estimaciones más fiables de las subidas del nivel del mar en el futuro.

Los investigadores utilizaron mediciones y modelos del ICESat («Satélite para la medición del hielo, las nubes y la elevación del suelo») de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos (NASA) que les permitieron distinguir entre las dos causas conocidas de deshielo de las capas de hielo: las corrientes oceánicas cálidas, que descongelan la parte inferior de las extensiones flotantes de las capas de hielo; y el aire cálido, que las funde desde arriba.

Los investigadores descubrieron que, de cincuenta y cuatro mantos de hielo, las corrientes oceánicas cálidas son las responsables del deshielo de veinte. La mayoría de estos mantos en proceso de deshielo se localizan en la Antártida occidental.

Los investigadores observaron que hay cada vez más glaciares interiores que se deslizan hacia la costa y se incorporan a los menguantes mantos de hielo. El resultado es una mayor cantidad de hielo drenada al mar, lo que a su vez eleva el nivel del mar. Según el equipo, el adelgazamiento provocado por el océano está causando las pérdidas de hielo más rápidas y de mayor envergadura en la Antártida occidental, y en toda el área en general.

«Podría perderse una cantidad enorme de hielo en el mar sin haberse producido nunca veranos lo suficientemente cálidos como para hacer que se deshiele la nieve de la parte superior de los glaciares», declaró el autor principal del estudio, Hamish Pritchard, del British Antarctic Survey («Investigación Antártica Británica») (Reino Unido). «Los océanos pueden realizar todo el trabajo desde abajo», afirmó.

Durante cinco años (2003-2008), los investigadores montaron sobre el satélite ICESat un instrumento láser que produjo una serie temporal de 4,5 millones de mediciones de la altura de la superficie que les sirvieron a su vez para trazar el cambio de grosor de la mayoría de los mantos de hielo flotante que circundan la Antártida.

El equipo calculó cómo cambiaba la capa de hielo en el tiempo y ejecutó modelos informáticos para eliminar los cambios de grosor del hielo causados por la acumulación y compactación de nieve natural. Además, mediante la aplicación de un modelo de mareas, fueron capaces de descartar los cambios de altura provocados por las mareas, que elevan y hacen descender los mantos de hielo.

Importancia de los satélites

«El estudio demuestra el poder que, desde el espacio, tiene la altimetría láser para comprender los procesos en la Tierra», explicó Tom Wagner, científico del programa de criosfera en la sede central de la NASA en Washington. «Incorporando la cartera de otra investigación de la NASA sobre la capa de hielo que utiliza datos de nuestra misión GRACE, radares por satélite y aeronaves, obtenemos una visión integral sobre el cambio de la capa de hielo que mejora los cálculos relativos al aumento del nivel del mar.»

Los datos de radar por satélite sirvieron para medir los cambios en los mantos de hielo y glaciares en el pasado. Las mediciones realizadas por láser permitieron mejorar la precisión para detectar cambios en el grosor del manto de hielo en el tiempo. ICESat, en servicio entre 2003 y 2009, fue el primer satélite que utilizó altimetría de láser para investigar las regiones polares del planeta. El lanzamiento de ICESat-2 se prevé para 2016.

«Este estudio demuestra la necesidad urgente de que ICESat-2 se lance al espacio», declaró Jay Zwally, científico del proyecto ICESat en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt (Estados Unidos), quien añadió: «Tenemos información limitada sobre los cambios en las regiones polares causados por el cambio climático y no hay nada que permita analizarlos como las mediciones por satélite».

Según declaró el Dr. Pritchard: «Los estudios demuestran que los vientos de la Antártida se han modificado debido a los cambios en el clima, afectando a la fuerza y dirección de las corrientes oceánicas. Como resultado, se canaliza agua cálida por debajo del hielo flotante. Estos estudios y nuestros últimos resultados sugieren que los glaciares de la Antártida están respondiendo rápidamente al clima cambiante».

Referencia

H. D. Pritchard, S. R. M. Ligtenberg, H. A. Fricker, D. G. Vaughan, M. R. van den Broeke & L. Padman, Antarctic ice-sheet loss driven by basal melting of ice shelves, Nature 484, 502–505 (26 April 2012) doi:10.1038/nature10968



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