D&B, antiguamente conocido como Dun & Bradstreet, podría considerarse un business case sobre la manera de recuperar valor para una buena empresa que había extraviado el camino correcto. Durante décadas, este proveedor de información de negocios ha proporcionado datos sobre empresas del mundo. Los clientes compran los productos D&B con el objetivo de mejorar sus flujos de caja, mitigar riesgos e incrementar ganancias.
Pero durante los años 80 y 90, una serie de adquisiciones y desinversiones deterioraron el rendimiento y la marca de la empresa. Hacia fines de los años 90, ya no podía focalizarse en sus fuentes de valor genuinas. En 1999 D&B no cumplió con las expectativas de ganancias y los accionistas montaron en cólera. La empresa se había convertido en un “underperformer”, según un artículo de la revista McKinsey.
Este fue el panorama que encontró Allan Loren en mayo de 2000, cuando ingresó a D&B como Presidente y CEO. Loren se había retirado poco tiempo atrás como CIO de American Express. En D&B vio un negocio que tenía mucho que ofrecer a sus clientes, si fuera capaz de centrarse en las medidas correctas, restaurar la marca, mejorar su liderazgo y cristalizar su propuesta de valor.
Manos a la obra
Bajo el liderazgo de Loren, D&B rápidamente diseñó una estrategia que ayudó a determinar cómo podría ganar en el mercado y generar la confianza necesaria para implementar sus planes. Muy pronto la empresa adoptó un modelo de negocios diseñado para incrementar sus inversiones en las capacidades centrales de la marca y para posicionarse de cara al crecimiento. Los ahorros generados por la reestructuración fueron reinvertidos en la expansión del negocio y con la finalidad de elevar las ganancias por acción. D&B también creó una nueva cultura de liderazgo, que Loren considera crucial para el sostén de cualquier negocio.
En la actualidad, cinco años después de ese momento de inicio de cambio, D&B ha restaurado su marca, mejorado su liderazgo y construido una cartera de soluciones efectivas para el cliente. La empresa también ha generado ganancias de dos dígitos durante cada uno de los últimos cuatro años, y su valor creció más de un 300% en ese lapso. En enero de 2005, Loren entregó su posición de CEO a Steven Alesio, como parte de un plan de sucesión que había sido gestionado durante casi dos años. Loren permanece como Presidente hasta mayo de 2005, fecha en que se retira por segunda vez.
Razones para el optimismo
Ante la pregunta de cuál es el futuro de D&B, Loren afirma: “Nos sentimos muy bien por lo que hicimos hasta ahora, pero mejor aún con respecto al futuro. ¿Por qué? Porque todas nuestras soluciones para el cliente satisfacen una necesidad crítica para su éxito. Creemos que al identificar y focalizarnos en las necesidades de nuestros clientes contribuimos a su éxito. Nuestro lema – ser la fuente más confiable de información de negocios – refleja nuestro compromiso de proveer a nuestros clientes las mejores herramientas posibles de manera que puedan tomar las decisiones acertadas.
Tenemos una estrategia que funciona y hay mucha vida en ella. Tenemos un conjunto de activos poderosos, una cultura de liderazgo que no sólo se adapta al cambio sino que lo genera, y un modelo de negocios financieramente flexible. Estos activos constituyen una ventaja competitiva que es única en el mundo corporativo de los Estados Unidos. Cuando pienso en todos estos aspectos, creo firmemente que lo mejor está aún por llegar para D&B.”
Pero durante los años 80 y 90, una serie de adquisiciones y desinversiones deterioraron el rendimiento y la marca de la empresa. Hacia fines de los años 90, ya no podía focalizarse en sus fuentes de valor genuinas. En 1999 D&B no cumplió con las expectativas de ganancias y los accionistas montaron en cólera. La empresa se había convertido en un “underperformer”, según un artículo de la revista McKinsey.
Este fue el panorama que encontró Allan Loren en mayo de 2000, cuando ingresó a D&B como Presidente y CEO. Loren se había retirado poco tiempo atrás como CIO de American Express. En D&B vio un negocio que tenía mucho que ofrecer a sus clientes, si fuera capaz de centrarse en las medidas correctas, restaurar la marca, mejorar su liderazgo y cristalizar su propuesta de valor.
Manos a la obra
Bajo el liderazgo de Loren, D&B rápidamente diseñó una estrategia que ayudó a determinar cómo podría ganar en el mercado y generar la confianza necesaria para implementar sus planes. Muy pronto la empresa adoptó un modelo de negocios diseñado para incrementar sus inversiones en las capacidades centrales de la marca y para posicionarse de cara al crecimiento. Los ahorros generados por la reestructuración fueron reinvertidos en la expansión del negocio y con la finalidad de elevar las ganancias por acción. D&B también creó una nueva cultura de liderazgo, que Loren considera crucial para el sostén de cualquier negocio.
En la actualidad, cinco años después de ese momento de inicio de cambio, D&B ha restaurado su marca, mejorado su liderazgo y construido una cartera de soluciones efectivas para el cliente. La empresa también ha generado ganancias de dos dígitos durante cada uno de los últimos cuatro años, y su valor creció más de un 300% en ese lapso. En enero de 2005, Loren entregó su posición de CEO a Steven Alesio, como parte de un plan de sucesión que había sido gestionado durante casi dos años. Loren permanece como Presidente hasta mayo de 2005, fecha en que se retira por segunda vez.
Razones para el optimismo
Ante la pregunta de cuál es el futuro de D&B, Loren afirma: “Nos sentimos muy bien por lo que hicimos hasta ahora, pero mejor aún con respecto al futuro. ¿Por qué? Porque todas nuestras soluciones para el cliente satisfacen una necesidad crítica para su éxito. Creemos que al identificar y focalizarnos en las necesidades de nuestros clientes contribuimos a su éxito. Nuestro lema – ser la fuente más confiable de información de negocios – refleja nuestro compromiso de proveer a nuestros clientes las mejores herramientas posibles de manera que puedan tomar las decisiones acertadas.
Tenemos una estrategia que funciona y hay mucha vida en ella. Tenemos un conjunto de activos poderosos, una cultura de liderazgo que no sólo se adapta al cambio sino que lo genera, y un modelo de negocios financieramente flexible. Estos activos constituyen una ventaja competitiva que es única en el mundo corporativo de los Estados Unidos. Cuando pienso en todos estos aspectos, creo firmemente que lo mejor está aún por llegar para D&B.”