EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE
El sociólogo Nico Sther publicó recientemente en Nature un interesante artículo sobre la importancia de la democracia para solucionar el calentamiento global. Su reflexión ilustra adecuadamente el alcance que puede tener el acuerdo alcanzado en París en el marco del COP21.
Señala Sther que la comunidad científica está harta de que los políticos ignoren sus advertencias y reclama para sí misma capacidad de decisión para estabilizar el clima planetario. Advierte sin embargo de los riesgos de la tecnocracia y destaca que la capacidad de las instituciones para imponer su voluntad a los ciudadanos está en declive porque la sociedad se organiza cada vez con más intensidad para iniciativas locales.
El clima por tanto no puede ser considerado únicamente como una cuestión de ciencia y tecnología, sino que su problemática abarca también a los problemas económicos y sociales asociados a los procesos climáticos. La amenaza que pesa sobre la civilización tiene esos dos aspectos inseparables, que sólo pueden abordarse desde una profundización global en los valores democráticos.
Señala Sther que la comunidad científica está harta de que los políticos ignoren sus advertencias y reclama para sí misma capacidad de decisión para estabilizar el clima planetario. Advierte sin embargo de los riesgos de la tecnocracia y destaca que la capacidad de las instituciones para imponer su voluntad a los ciudadanos está en declive porque la sociedad se organiza cada vez con más intensidad para iniciativas locales.
El clima por tanto no puede ser considerado únicamente como una cuestión de ciencia y tecnología, sino que su problemática abarca también a los problemas económicos y sociales asociados a los procesos climáticos. La amenaza que pesa sobre la civilización tiene esos dos aspectos inseparables, que sólo pueden abordarse desde una profundización global en los valores democráticos.