César Barló dirige una versión chispeante de ‘La tempestad’, de William Shakespeare

La obra se representará hasta el próximo 11 de diciembre en el Teatro La Puerta Estrecha de Madrid


En el Teatro La Puerta Estrecha de Madrid se representa estos días (se ha prorrogado hasta el 11 de diciembre) una versión chispeante y profunda de la obra “La tempestad”, de William Shakespeare. Un juego de teatralidad pura y amor a la sabiduría, en este caso, llevado a escena por actores que están a la altura de un texto tan profundo y complejo. Dirige César Barló. Por Ángel García Galiano.




Momento de la representación. Fuente: Teatro La Puerta Estrecha.
Ahora podemos revisitar, en una versión chispeante y profunda en el barrio de Lavapiés, la obra maestra del bardo inglés, una suerte de testamento espiritual, reflexión profunda y muy divertida sobre el sentido de la vida, el amor, la política y el teatro.

Esta obra está influida por la simpatía de Shakespeare hacia las doctrinas herméticas y neoplatónicas de John Dee, el mago discípulo de Ficino, al que, acaso, puede estar homenajeando. 

Próspero, duque de Milán, más preocupado por la magia y el conocimiento que por la política, traicionado por su propio hermano, lleva doce años, náufrago, en una isla del mediterráneo, con la sola compañía de su hija, Miranda, y de dos seres, Calibán y Ariel (la tierra y el instinto, uno; el aire y la magia, el otro).

Con sus poderes, concita una tempestad que hace naufragar, precisamente, el barco donde van su hermano, el rey de Nápoles y Fernando, el heredero.

A partir de aquí, en un espacio itinerante, en que el público se mueve por los distintos decorados con los actores, asistimos, durante dos horas prodigiosas a la resolución (y disolución) del nudo que el propio Próspero ha tejido.

Actores a la altura

Un juego de teatralidad pura y amor a la sabiduría en el que, al cabo, el sueño de la vida se rinde ante el amor y el perdón, en que el poder de la magia y su renuncia al mismo da paso a la reconciliación de todos los niveles: el material e instintivo, encarnado en Trínculo, Stefano y Calibán (cuyas escenas, interpretadas según el modelo del clown sirven de contrapunto cómico), el político y mental de la corte y sus intrigas y, por fin, el espiritual o erótico, manifestado en la bella Miranda (la admirable: “what a brave new world!”, exclama al encuentro con sus congéneres) y Fernando, el feliz enamorado.

Los actores están a la altura de un texto tan profundo y complejo, la iluminación y escenografía nos va llevando por distintos estado de conciencia hasta el blanco y vacío del final en que se resuelve el conflicto y se concita el abrazo.

Destacaremos una Eva Varela, sobria y poderosa en el papel de Próspero, y un divertido José Gonzalo Pais, que le saca un amplio partido a su expresivo y juguetón Ariel.

Me sobraron algunos gritos, dada la cercanía táctil del extasiado público con los actores. En definitiva, como toda gran obra de teatro: una fiesta. Me entero de que la van a prorrogar hasta el 11 de diciembre. Es una magnífica noticia.
 

Referencia:

Obra: La tempestad.
Autor: W. Shakespeare.
Director: César Barló.
Intérpretes: Sayo Almeida, Míriam Cano, Roberto González, Pablo Huetos, Emilio Lorente, Rafa Núñez, José Gonzalo Pais, Javi Ródenas y Eva Varela Lasheras.
Próximas representaciones: Prorrogada hasta el 11 de diciembre en Teatro La Puerta Estrecha de Madrid.
 


Miércoles, 30 de Noviembre 2016
Ángel García Galiano
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