Células inmunes de ratones acosados sirven de vacuna contra la depresión

Un experimento realizado en EEUU abre una vía para el desarrollo de un tratamiento alternativo contra este trastorno


Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU han descubierto que inyectar a ratones células inmunes de ratones que habían sido acosados mejoró el estado de ánimo de los primeros. Un sorprendente hallazgo que podría impulsar al desarrollo de un tratamiento alternativo contra la depresión.


Redacción T21
29/01/2015

Imagen: Todd Huffman. Fuente: Flickr.
Científicos de los Institutos Nacionales de Salud de Bethesda, Maryland (EEUU) han hecho un curioso descubrimiento: suministraron a una serie de ratones una combinación de células inmunes procedentes de ratones que habían sido acosados.

Como consecuencia, el estado de ánimo de los primeros mejoró notablemente. Los investigadores creen que el hallazgo podría impulsar al desarrollo de un tratamiento alternativo para la depresión, informa Newscientist.

Ya se sabía que el estrés prolongado daña al sistema inmune, volviéndonos más susceptibles a la enfermedad, lo que en algunos casos puede provocar depresión. Por eso, los científicos norteamericanos quisieron ahondar en la relación entre el sistema inmunológico y el estado de ánimo.

Para hacerlo, introdujeron a un ratón agresivo en una jaula con otros ratones macho. Estos acabaron sintiéndose acosados por el ratón introducido, y se deprimieron (sus síntomas fueron esconderse en una esquina de la jaula y no mostrar interés por el olor de las hembras).

Los investigadores extrajeron entonces células del sistema inmune adaptativo de estos ratones “acosados” y las inyectaron en otros ratones que carecían de ellas. Este hecho supuso que los ratones receptores adquiriesen el sistema inmune adaptativo de los ratones acosados.

Cambio de personalidad

La inyección resultó tener el efecto contrario al que se esperaba: en lugar de deprimirse como los otros ratones, las células inmunitarias inyectadas funcionaron como antidepresivos en los segundos ratones.

Estos comenzaron a pasar más tiempo explorando nuevas áreas y se mostraron más interesados por las hembras que un tercer grupo de ratones no acosados, a los que no se les inyectaron estas mismas células.

“Fue como un cambio de personalidad”, aseguran los investigadores. Los científicos piensan que las células inmunes adaptativas de los ratones acosados habrían “aprendido” a lidiar con el estrés, generando algún tipo de resiliencia para impulsar un buen estado de ánimo, pero reconocen que aún no saben cómo ocurre esto.

Tampoco entienden cómo los donantes de dichas células no mejoraron su propio estado de ánimo, dado que ellos mismos portaban la adaptación que benefició a otros ratones. Seguirán investigando en esta dirección para ver si la reprogramación del sistema inmune con este sistema puede desembocar en un nuevo tratamiento antidepresivo.

Como hemos dicho, el estado de ánimo y el sistema inmune se afectan el uno al otro. Por ejemplo, se ha comprobado que el ser optimistas impulsa la longevidad humana ; que sentirse solo deteriora el sistema inmune y que sonreír ayuda a frenar los efectos negativos del estrés sobre el sistema inmunológico y el organismo.

Referencia bibliográfica:

Rebecca A. Brachman1, Michael L. Lehmann,  Dragan Maric, Miles Herkenham. Lymphocytes from Chronically Stressed Mice Confer Antidepressant-Like Effects to Naive Mice. The Journal of Neuroscience (2015). DOI: 10.1523/JNEUROSCI.2278-14.2015.
 
 
 



Redacción T21
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