Una iniciativa puesta en marcha por el Cabildo Insular de Tenerife y la empresa medioambiental Mirlo Positive Nature se ha propuesto reunir a 10.000 «mirlos» para crear un bosque de 29 hectáreas en el mayor espacio natural protegido de Canarias, conocido como la Corona forestal, para paliar de esta forma el impacto ecológico de la actividad turística y del resto de actividades de la región.
Los 10.000 mirlos serán las personas visiten las islas o que vivan en ellas y que, imitando el comportamiento del mirlo capiblanco , contribuirán a mejorar el estado del planeta desde un pequeño rincón montañoso de una isla del archipiélago canario.
El mirlo capiblanco es un ave que vuela anualmente del norte de Europa a las islas Canarias y, una vez allí, ayuda a dispersar las semillas del cedro canario, una especie endémica amenazada.
Un estudio reciente realizado por Beatriz Rumeu, doctora en Biología de la Universidad de La Laguna, ha constatado que el mirlo capiblanco es el principal factor de reproducción y dispersión del cedro canario en Las Cañadas del Teide.
Los mirlos que llegan de Europa se alimentan de sus frutos, que solo pueden germinar después de que el mirlo los haya digerido. Así, se produce una simbiosis que refleja lo que la campaña de los 10.000 mirlos pretende conseguir.
Se estima que en Canarias pueden recuperarse 90.000 hectáreas de bosque de la gran deforestación que sufrieron las islas en el pasado. Las 29 hectáreas de la campaña de los 10.000 mirlos son un comienzo que continuará en otras islas del archipiélago, más tarde en la península Ibérica y, finalmente, en otras regiones de Europa y el mundo.
Los bosques de Canarias apenas compensan el 10% de la huella de CO2 que se genera en todas las islas del archipiélago canario. Con 29 hectáreas de bosque creado, una superficie equivalente a 29 campos de fútbol, se fijan más de 11. 600 Tn de CO2, que no se emitirán a la atmósfera porque los 43.500 árboles que serán plantados en la campaña de los 10.000 mirlos capturarán el dióxido de carbono producido por la actividad humana, impidiendo así que contribuya al calentamiento del planeta.
Los 10.000 mirlos serán las personas visiten las islas o que vivan en ellas y que, imitando el comportamiento del mirlo capiblanco , contribuirán a mejorar el estado del planeta desde un pequeño rincón montañoso de una isla del archipiélago canario.
El mirlo capiblanco es un ave que vuela anualmente del norte de Europa a las islas Canarias y, una vez allí, ayuda a dispersar las semillas del cedro canario, una especie endémica amenazada.
Un estudio reciente realizado por Beatriz Rumeu, doctora en Biología de la Universidad de La Laguna, ha constatado que el mirlo capiblanco es el principal factor de reproducción y dispersión del cedro canario en Las Cañadas del Teide.
Los mirlos que llegan de Europa se alimentan de sus frutos, que solo pueden germinar después de que el mirlo los haya digerido. Así, se produce una simbiosis que refleja lo que la campaña de los 10.000 mirlos pretende conseguir.
Se estima que en Canarias pueden recuperarse 90.000 hectáreas de bosque de la gran deforestación que sufrieron las islas en el pasado. Las 29 hectáreas de la campaña de los 10.000 mirlos son un comienzo que continuará en otras islas del archipiélago, más tarde en la península Ibérica y, finalmente, en otras regiones de Europa y el mundo.
Los bosques de Canarias apenas compensan el 10% de la huella de CO2 que se genera en todas las islas del archipiélago canario. Con 29 hectáreas de bosque creado, una superficie equivalente a 29 campos de fútbol, se fijan más de 11. 600 Tn de CO2, que no se emitirán a la atmósfera porque los 43.500 árboles que serán plantados en la campaña de los 10.000 mirlos capturarán el dióxido de carbono producido por la actividad humana, impidiendo así que contribuya al calentamiento del planeta.
Cambiar el signo de la huella ecológica del turismo
Teniendo en cuenta que Canarias es un objetivo turístico de gran importancia, la campaña pretende transformar en positivo el impacto ecológico de 16.600 vuelos Península-Tenerife (de ida y vuelta), 9.700 vuelos Europa-Tenerife (i/v), 7.300 estancias vacacionales en Tenerife, y 4.500 consumos anuales de combustible de un coche medio; sin contar con la desaparición de la huella de carbono anual media de 1.800 ciudadanos que supondría.
Para el éxito de la campaña, es necesario reunir 345.000 euros, que el Cabildo de Tenerife y Mirlo Positive Nature pretenden conseguir mediante la colaboración ciudadana (los 10.000 mirlos), debido a que la crisis económica impide destinar más recursos públicos a la regeneración de los montes y a la generación de huella ecológica positiva.
La campaña de los 10.000 mirlos se basa sobre todo en el boca a boca, a través de un original sistema de participación ciudadana que permite plantar un árbol por cada 7,7 euros recaudados; a los participantes se les pide que se impliquen activamente e inviten a otras personas afines a convertirse también en mirlos.
Con estos sencillos pasos, en una ronda, se conseguirán tres mirlos más; en dos rondas, 13 mirlos; en tres rondas, 40 mirlos; en cuatro, 121. Cuando se llegue a la octava ronda, ya casi serán 10.000 mirlos y se habrán recaudado los 345.000 euros necesarios para plantar las primeras 29 hectáreas.
Ya hay 43.500 árboles en el vivero, esperando ser plantados. Veinte profesionales serán contratados durante dos meses y medio para llevar a cabo las plantaciones conseguidas por los 10.000 mirlos.
Teniendo en cuenta que Canarias es un objetivo turístico de gran importancia, la campaña pretende transformar en positivo el impacto ecológico de 16.600 vuelos Península-Tenerife (de ida y vuelta), 9.700 vuelos Europa-Tenerife (i/v), 7.300 estancias vacacionales en Tenerife, y 4.500 consumos anuales de combustible de un coche medio; sin contar con la desaparición de la huella de carbono anual media de 1.800 ciudadanos que supondría.
Para el éxito de la campaña, es necesario reunir 345.000 euros, que el Cabildo de Tenerife y Mirlo Positive Nature pretenden conseguir mediante la colaboración ciudadana (los 10.000 mirlos), debido a que la crisis económica impide destinar más recursos públicos a la regeneración de los montes y a la generación de huella ecológica positiva.
La campaña de los 10.000 mirlos se basa sobre todo en el boca a boca, a través de un original sistema de participación ciudadana que permite plantar un árbol por cada 7,7 euros recaudados; a los participantes se les pide que se impliquen activamente e inviten a otras personas afines a convertirse también en mirlos.
Con estos sencillos pasos, en una ronda, se conseguirán tres mirlos más; en dos rondas, 13 mirlos; en tres rondas, 40 mirlos; en cuatro, 121. Cuando se llegue a la octava ronda, ya casi serán 10.000 mirlos y se habrán recaudado los 345.000 euros necesarios para plantar las primeras 29 hectáreas.
Ya hay 43.500 árboles en el vivero, esperando ser plantados. Veinte profesionales serán contratados durante dos meses y medio para llevar a cabo las plantaciones conseguidas por los 10.000 mirlos.