El Washington Post relata en un interesante artículo los cambios geoestratégicos que ha generado la escalada del petróleo y señala que está provocando una de las mayores transferencias de riqueza de la historia, ya que estamos pagando entre 4.000 y 5.000 millones de dólares más al día por el mismo petróleo de hace cinco años. Ya se están sintiendo las consecuencias de estos cambios, tanto en China como en Chad, pasando por Arabia Saudita, Corea del Sur, Senegal, Brasil o Birmania. Estados Unidos no escapa a la escalada, ya que el aumento de la factura del petróleo importado empeora su déficit comercial, debilita al dólar y repercute negativamente en rubros básicos de la economía doméstica. Irán y Venezuela salen reforzadas en este escenario. Las tensiones con Rusia tienen también su origen en el impacto económico que ha sufrido como consecuencia de la escalada del crudo. Son sólo algunos ejemplos. Pero uno no menos significativo: la escalada de las tensiones en el Ártico, que tiene como telón de fondo las reservas de petróleo, como destaca el Nacional Post de Canadá. El siglo XXI se adentra en una época de grandes cambios, quizás en una nueva crisis global.