Tres escaneos cerebrales (de la parte frontal, lateral y superior) de dos cerebros diferentes (representados a la izquierda y a la derecha) que pertenecen a gemelos. Los surcos y las crestas son diferentes en cada persona. Imagen: Lutz Jäncke, UZH
Al igual que las huellas dactilares, la anatomía de cada cerebro humano es única, ha descubierto una investigación de la Universidad de Zúrich publicada en Scientific Reports. Esta característica individual del cerebro es el resultado de las características genéticas de cada persona combinadas con su experiencia de vida, según los investigadores.
Ya se sabía que la experiencia de cada persona deja unas huellas en el cerebro, algo que se ha observado en los músicos profesionales, ajedrecistas o jugadores de golf: tienen características particulares en las regiones del cerebro que más utilizan para su actividad especializada.
Sin embargo, los eventos de menor duración también pueden dejar rastros en el cerebro: si, por ejemplo, el brazo derecho se mantiene quieto durante dos semanas, se reduce el grosor de la corteza cerebral en las áreas responsables de controlar el brazo inmovilizado.
"Sospechamos que esas experiencias que tienen un efecto en el cerebro interactúan con la composición genética para que, a lo largo de los años, cada persona desarrolle una anatomía cerebral completamente individual", explica el autor principal, Lutz Jäncke, en un comunicado.
200 cerebros analizados
Durante su investigación, Jäncke y su equipo de investigación examinaron los cerebros de casi 200 personas mayores sanas utilizando imágenes de resonancia magnética tres veces durante un período de dos años. En total fueron analizados los cerebros de 191 personas de edades comprendidas entre los 64 y los 81 años.
Se evaluaron más de 450 características anatómicas cerebrales, incluidas las muy generales, como el volumen total del cerebro, el grosor de la corteza y los volúmenes de materia gris y blanca.
La corteza cerebral es la capa más externa del cerebro que cubre la superficie irregular de los hemisferios cerebrales. El 60 por ciento del cerebro está compuesto de materia blanca, que es la que transmite la información de las diferentes partes del cuerpo hacia la corteza cerebral. La materia gris ocupa el 40 por ciento del cerebro y se encuentra en las regiones implicadas en el control muscular y la percepción sensorial.
Para cada una de las 191 personas, los investigadores pudieron identificar una combinación individual de características anatómicas específicas del cerebro, por lo que la precisión de identificación, incluso para las características anatómicas cerebrales muy generales, fue superior al 90 por ciento.
"Con nuestro estudio pudimos confirmar que la estructura del cerebro de las personas es muy individual", explica Jänckes. "La combinación de influencias genéticas y no genéticas afecta claramente no sólo al funcionamiento del cerebro, sino también a su anatomía".
Ya se sabía que la experiencia de cada persona deja unas huellas en el cerebro, algo que se ha observado en los músicos profesionales, ajedrecistas o jugadores de golf: tienen características particulares en las regiones del cerebro que más utilizan para su actividad especializada.
Sin embargo, los eventos de menor duración también pueden dejar rastros en el cerebro: si, por ejemplo, el brazo derecho se mantiene quieto durante dos semanas, se reduce el grosor de la corteza cerebral en las áreas responsables de controlar el brazo inmovilizado.
"Sospechamos que esas experiencias que tienen un efecto en el cerebro interactúan con la composición genética para que, a lo largo de los años, cada persona desarrolle una anatomía cerebral completamente individual", explica el autor principal, Lutz Jäncke, en un comunicado.
200 cerebros analizados
Durante su investigación, Jäncke y su equipo de investigación examinaron los cerebros de casi 200 personas mayores sanas utilizando imágenes de resonancia magnética tres veces durante un período de dos años. En total fueron analizados los cerebros de 191 personas de edades comprendidas entre los 64 y los 81 años.
Se evaluaron más de 450 características anatómicas cerebrales, incluidas las muy generales, como el volumen total del cerebro, el grosor de la corteza y los volúmenes de materia gris y blanca.
La corteza cerebral es la capa más externa del cerebro que cubre la superficie irregular de los hemisferios cerebrales. El 60 por ciento del cerebro está compuesto de materia blanca, que es la que transmite la información de las diferentes partes del cuerpo hacia la corteza cerebral. La materia gris ocupa el 40 por ciento del cerebro y se encuentra en las regiones implicadas en el control muscular y la percepción sensorial.
Para cada una de las 191 personas, los investigadores pudieron identificar una combinación individual de características anatómicas específicas del cerebro, por lo que la precisión de identificación, incluso para las características anatómicas cerebrales muy generales, fue superior al 90 por ciento.
"Con nuestro estudio pudimos confirmar que la estructura del cerebro de las personas es muy individual", explica Jänckes. "La combinación de influencias genéticas y no genéticas afecta claramente no sólo al funcionamiento del cerebro, sino también a su anatomía".
Huella cerebral versus dactilar
Eso significa que el análisis del cerebro de una persona permite conocer no sólo su trayectoria de vida, sino también su identidad, ya que no hay dos cerebros iguales en la anatomía humana.
Esta investigación ha determinado que el cerebro es una seña de identidad tan inconfundible como la huella dactilar, que permite, mediante la impresión de las crestas capilares de un dedo sobre una superficie, identificar a una persona.
Eso no significa, sin embargo, que la identidad única de cada cerebro pueda ser usada corrientemente, como se hace con las huellas dactilares, para reconocer la autoría de una persona.
Las imágenes de resonancia magnética son demasiado costosas y consumen mucho tiempo en comparación con el método probado y simple de tomar huellas dactilares, señalan los investigadores.
Jäncke concluye: "Hace apenas 30 años pensábamos que el cerebro humano tenía pocas o ninguna característica individual. La identificación personal a través de las características anatómicas del cerebro era inimaginable. Mientras tanto, la resonancia magnética ha mejorado mucho, al igual que el software utilizado para evaluar el escáner cerebral. Todo esto nos ha permitido conocer el cerebro mucho mejor”.
Eso significa que el análisis del cerebro de una persona permite conocer no sólo su trayectoria de vida, sino también su identidad, ya que no hay dos cerebros iguales en la anatomía humana.
Esta investigación ha determinado que el cerebro es una seña de identidad tan inconfundible como la huella dactilar, que permite, mediante la impresión de las crestas capilares de un dedo sobre una superficie, identificar a una persona.
Eso no significa, sin embargo, que la identidad única de cada cerebro pueda ser usada corrientemente, como se hace con las huellas dactilares, para reconocer la autoría de una persona.
Las imágenes de resonancia magnética son demasiado costosas y consumen mucho tiempo en comparación con el método probado y simple de tomar huellas dactilares, señalan los investigadores.
Jäncke concluye: "Hace apenas 30 años pensábamos que el cerebro humano tenía pocas o ninguna característica individual. La identificación personal a través de las características anatómicas del cerebro era inimaginable. Mientras tanto, la resonancia magnética ha mejorado mucho, al igual que el software utilizado para evaluar el escáner cerebral. Todo esto nos ha permitido conocer el cerebro mucho mejor”.
Referencia
Identification of individual subjects on the basis of their brain anatomical features. Seyed Abolfazl Valizadeh, Franziskus Liem, Susan Mérillat, Jürgen Hänggi & Lutz Jäncke. Scientific Reports, Volume 8, Article number: 5611 (2018). DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-018-23696-6
Identification of individual subjects on the basis of their brain anatomical features. Seyed Abolfazl Valizadeh, Franziskus Liem, Susan Mérillat, Jürgen Hänggi & Lutz Jäncke. Scientific Reports, Volume 8, Article number: 5611 (2018). DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-018-23696-6