Cada año, en Europa, se tira a la basura la mitad de los alimentos que se compran

Expertos reunidos en la Semana Verde de Bruselas señalan que la innovación social puede frenar el despilfarro de comida


Cada año, en Europa, se tira a la basura la mitad de los alimentos que se compran, mientras 79 millones de personas de la UE viven por debajo del umbral de la pobreza. Expertos reunidos en la Semana Verde de Bruselas han señalado que la innovación social puede frenar este problema, pues podría generar un cambio contundente en nuestros hábitos. Por Yaiza Martínez.


18/06/2014

Imagen: Sergio Hayashi. Fuente: PhotoXpress.
“Cada año, en Europa, se tira a la basura la mitad de los alimentos que se compran, mientras que en la UE viven 79 millones de personas por debajo del umbral de la pobreza y 16 millones dependen de la caridad”, publicaba en 2012 el Parlamento Europeo, junto al anuncio de su pretensión de reducir a la mitad el despilfarro de alimentos para 2025.

A principios de este mes de junio, se ha celebrado en Bruselas la Semana Verde -la mayor conferencia anual sobre política medioambiental europea-, y en ella se han aportado más datos sobre este problema.

Se calcula, por ejemplo, que la producción de alimentos y su posterior consumo en la UE son responsables de entre el 20 y el 30% del total de las repercusiones medioambientales del continente.

Además, se estima que, de media, cada hogar podría ahorrar casi 600 euros al año con los desechos alimentarios que pueden evitarse; y que, a nivel mundial, existe un desequilibrio extraordinario, pues entre un tercio y la mitad de la producción actual de comida acaba desechada, mientras que 868 millones de personas (el 12 % de la población del planeta) sufren de malnutrición.

Innovación social para frenar el despilfarro

Según publica la agencia de noticias de la UE, Cordis, la solución a este problema pasa por la innovación, y no solo tecnológica, sino también social.

En la conferencia, Sophie Easteal, representante de WRAP (Programa de acción para el desperdicio y los recursos del Reino Unido) en el proyecto financiado por el Séptimo Programa Marco de la UE, FUSIONS, la innovación social ayudará a Europa a emplear sus recursos alimenticios con mayor eficacia.

Por innovación social se entiende: las “ideas nuevas que tratan sobre necesidades sociales y crean relaciones sociales nuevas”. Con ella, podría impulsarse “un cambio en el comportamiento que puede resultar bastante contundente” a este respecto, según Easteal.

Ejemplos concretos de innovación social en este terreno son: una iniciativa destinada a redistribuir alimentos por medio de una alianza entre empresas alimentarias con excedentes y organizaciones benéficas necesitadas; el trabajo de FUSIONS en Grecia con un proyecto pedagógico escolar que ayuda a padres, hijos, educadores y cocineros a generar menos desperdicios o la puesta en marcha de supermercados sociales como los ya existentes en Francia y Austria.

Por otra parte, FUSIONS ha elaborado un registro de iniciativas de innovación social existentes para reducir los desperdicios alimentarios en la UE, con el fin de difundir buenas prácticas y promover la adaptación de ideas nuevas.

Sophie Easteal ha afirmado que este registro ha puesto de relieve la cantidad y la variedad “de iniciativas que ya están en marcha y dedicadas a todo aspecto imaginable”, y que “sirve de muestra del esfuerzo que se está realizando para reducir los desechos de alimentos; así como de la capacidad que existe para aprender unos de otros”.

Por otra parte: “Obtener datos de calidad resulta fundamental para saber a qué nos enfrentamos, localizar los focos de acción y comparar distintos países y sectores para descubrir buenas prácticas”.

Comida para 1.000 millones de personas más

La organización a la que pertenece Sophie Easteal, WRAP, ha propiciado progresos importantes en el Reino Unido, en concreto, una reducción del 20 % de los desperdicios alimentarios desde 2007.

En 2012, un estudio europeo calculó que, a nivel planetario, evitar el despilfarro de alimentos permitiría alimentar a mil millones de personas más.

Asimismo, estableció que, con el sistema de producción de alimentos actual, las pérdidas alimentarias anuales equivalen a 27 metros cúbicos de agua potable, 0,031 hectáreas de tierra de cultivo y 4,3 kilogramos de fertilizantes por habitante; y que disminuyendo los porcentajes de alimentos que se echan a perder o se desechan, se podría recortar a la mitad las pérdidas en la cadena de suministro alimentario.

Los investigadores, dirigidos por la Universidad Aalto de Finlandia, aseguraron que este sería un objetivo factible, si en cada región del mundo se redujese al mínimo el porcentaje de pérdidas.

¿Cómo reducir la cantidad de comida que tiramos?

Para alcanzar este objetivo, la colaboración de todos es importante. En España, se ha calculado que los restaurantes desperdician más de 63.000 toneladas de comida al año; por lo que se han propuesto soluciones como adecuar el tamaño de las raciones, controlar mejor el stock existente de productos y materias primas para no duplicar existencias; mantener una reserva de productos imperecederos o reutilizar los productos.

En cuanto a los hogares de nuestro país, según un estudio de HISPACOOP de 2012, estos tiran una media de 76 kilos y medio de alimentos al año, una cifra que se podría reducir planificando los menús de la semana y comprando en función de estos, aprovechando los sobrantes o teniendo siempre en cuenta las fechas de caducidad.

Para quien esté interesado en mejorar sus hábitos de consumo y reducir su derroche alimenticio, la UE ha lanzado una compilación de buenas prácticas de consumo de alimentos, que busca enseñar a hacer el mejor uso de ellos; y en la página Think Eat Save ("Piensa. Aliméntate. Ahorra. Reduce tu huella alimentaria"), promovida por la FAO, se da todo tipo de información muy útil. Por último, la Oficina de Medio Ambiente de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Fundación Alicia editaron en 2013 una guía para la reducción del derroche alimentario en el sector de la hostelería, la restauración y el catering.



Artículo leído 3384 veces



Más contenidos