Brillantes interpretaciones en 'Clásicas envidiosas', de Juanma Cifuentes

La obra estará en cartel en Pequeño Teatro Gran Vía de Madrid hasta el próximo siete de agosto


"Clásicas envidiosas", dirigida por Juanma Cifuentes, es una farsa descacharrante que destaca especialmente por la actuación de sus cinco intérpretes, prodigio de versatilidad y buen hacer. Esto, unido a que siempre es un gusto constatar la actualidad de los clásicos y el juego que da su relectura, "Clásicas envidiosas" se nos ofrece como una alternativa refrescante y simpática en plena canícula estival. Por Ángel García Galiano.




Cartel de la obra. Fuente: Grupos Media.
La escena y su atmósfera representan un estudio de radio de los años cincuenta, seguramente en Estados Unidos: carteles de On Air en inglés, música de Sinatra, aunque el sentido de la localización se me escapa. A punto de comenzar la retrasmisión de Hamlet, acto III, el famoso monólogo del príncipe de Dinamarca. De súbito, el actor que hace las veces de Ofelia se rebela y le pisa la actuación a “su prometido”.

Así da comienzo la farsa descacharrante Clásicas envidiosas, homenaje a los clásicos, en el que aparecen algunos de los más famosos personajes del bardo inglés: Julieta, Romeo, Macbeth, Shylock, más los citados.

Cinco actores dan vida a esta procesión de estampas y gags, cuyo quicio radica en el anhelo unamuniano de Ofelia por independizarse, soñar con un pretendiente que no dude y filosofe tanto y, en vez de eso, la mire como mujer y la posea.

La rebelión de Ofelia, que se niega a suicidarse, exige de Hamlet que, de una vez, se decida y la pida en matrimonio, con lo que la obra sigue un derrotero diferente al que imaginara su autor.

Ofelia, en sus ansias eróticas, envidia a Romeo, un adolescente en flor enamorado de Julieta, poco intelectual, sin dudas metafísicas, y dispuesto más bien al ascenso por los balcones y anfractuosidades sugerentes de la dama.

Lectura fresca de los clásicos

Lo positivo de esta comedia es el homenaje y la revisitación de los clásicos, hay citas de Lope, de Calderón; el juego con la cronología, que produce momentos desternillantes al apelar a la actualidad con mala idea (se cita el Brexit, la condición de periodista de la princesa…), la brillante interpretación física de los actores: la hora y media de travestismo que los cinco miembros del elenco nos ofrecen es un tour de forcé muy estimable técnicamente; en conclusión, la relectura inteligente y estrambótica que se hace de los clásicos está llena de fuerza y frescura y, en ese sentido, sobresale de la media.

El punto débil que uno le encuentra es el gusto por la sal gorda y el chafarrinón. El humor pierde a trancos finura, ironía y delicadeza y se adentra por cauces vulgares que ya no son de recibo (y así los recibe el público, con asepsia y vergüenza ajena), creo que una lima del libreto en esa dirección, de mayor contención y finura, sin perder un ápice de la gestualidad corporal y sarcasmo, mejoraría notablemente esta simpática obrita, llena de ingenio y brocha gorda.

Insisto, lo mejor, la actuación de sus cinco intérpretes, prodigio de versatilidad y buen hacer. Con todo, siempre es un gusto constatar la actualidad de los clásicos y el juego que da su relectura, como vimos hace poco cuando glosamos Rinconete y Cortadillo. Clásicas envidiosas se nos ofrece como una alternativa refrescante y simpática en plena canícula estival.

Referencia:

Obra: Clásicas envidiosas.
Texto:  Chema Rodríguez Calderón.
Dirección: Juanma Cifuentes.
Produce: Martelache Espectáculos.
Intérpretes: Chema Rodríguez Calderón, Pedro Bachura, Gerard Clúa, David Carrio y Juan Madrid.
Próximas representaciones: Hasta el 7 de agosto de 2016 en Pequeño Teatro Gran Vía (Madrid).


Jueves, 28 de Julio 2016
Ángel García Galiano
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