La toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y las primeras medidas que ha tomado tras su llegada a la Casa Blanca han destapado la caja de los truenos.
NewYorker informa que los nuevos ricos de Estados Unidos se están preparando para lo que denominan el próximo fin de la civilización: temen una reacción violenta contra Silicon Valley, así como que las crecientes desigualdades que promete la era Trump desencadenen conflictos sociales y hundan la ley y el orden. Están comprando islas, municiones y muchas conservas.
Slate define a Trump como el presidente del fin de la historia, considerando que desde el Brexit hasta la elección del multimillonario, los acontecimientos de 2016 han dado un golpe mortal a la tesis de Francis Fukuyama, enunciada hace 25 años, según la cual habría desaparecido cualquier obstáculo a la democracia liberal. En una revisión de su tesis, Fukuyama habla de Donald Trump y dice que las causas que sirve el nuevo presidente no son ni las más serias ni las más justas, y que pueden acarrear desastrosas consecuencias para el Estado.
La ultraderecha también se frota las manos en Europa, convencida de que el efecto Trump les beneficiará en las citas electorales previstas este año en Francia, Alemania y Holanda. Hablan del regreso de los Estados nación y del fin de un mundo y el inicio de otro, un argumento que recuerda al de Alemania en los años 30 del siglo pasado. Israel ha recobrado también la fiebre colonizadora al amparo de la nueva presidencia de Estados Unidos, clavando nuevas estacas de inestabilidad en la región. Palestina se enfrenta ahora a una dura realidad, advierte New Yorker.
The New York Times habla de que se han lanzado las primeras salvas de una nueva guerra comercial. El Washington Post dice que, con el repliegue nacionalista norteamericano, China y las otras economías emergentes toman posiciones para asumir el relevo en el liderazgo del mundo.
Todo es muy caótico, aunque no sabemos muy bien qué forma terminará adoptando la controvertida presidencia de Trump. En cualquier caso, ha sacudido los cimientos de la democracia norteamericana y los pilares de la globalización, por otra parte distorsionada por una élite económica y financiera que todavía no ha reaccionado a esta ofensiva. Vienen años turbulentos. Es el Apocalipsis Trump.
NewYorker informa que los nuevos ricos de Estados Unidos se están preparando para lo que denominan el próximo fin de la civilización: temen una reacción violenta contra Silicon Valley, así como que las crecientes desigualdades que promete la era Trump desencadenen conflictos sociales y hundan la ley y el orden. Están comprando islas, municiones y muchas conservas.
Slate define a Trump como el presidente del fin de la historia, considerando que desde el Brexit hasta la elección del multimillonario, los acontecimientos de 2016 han dado un golpe mortal a la tesis de Francis Fukuyama, enunciada hace 25 años, según la cual habría desaparecido cualquier obstáculo a la democracia liberal. En una revisión de su tesis, Fukuyama habla de Donald Trump y dice que las causas que sirve el nuevo presidente no son ni las más serias ni las más justas, y que pueden acarrear desastrosas consecuencias para el Estado.
La ultraderecha también se frota las manos en Europa, convencida de que el efecto Trump les beneficiará en las citas electorales previstas este año en Francia, Alemania y Holanda. Hablan del regreso de los Estados nación y del fin de un mundo y el inicio de otro, un argumento que recuerda al de Alemania en los años 30 del siglo pasado. Israel ha recobrado también la fiebre colonizadora al amparo de la nueva presidencia de Estados Unidos, clavando nuevas estacas de inestabilidad en la región. Palestina se enfrenta ahora a una dura realidad, advierte New Yorker.
The New York Times habla de que se han lanzado las primeras salvas de una nueva guerra comercial. El Washington Post dice que, con el repliegue nacionalista norteamericano, China y las otras economías emergentes toman posiciones para asumir el relevo en el liderazgo del mundo.
Todo es muy caótico, aunque no sabemos muy bien qué forma terminará adoptando la controvertida presidencia de Trump. En cualquier caso, ha sacudido los cimientos de la democracia norteamericana y los pilares de la globalización, por otra parte distorsionada por una élite económica y financiera que todavía no ha reaccionado a esta ofensiva. Vienen años turbulentos. Es el Apocalipsis Trump.