Fuente: Pixabay.
Algunas especies de peces se están adaptando a los cambios ambientales para sobrevivir a ellos sin pasar por una evolución genética significativa, ha revelado un estudio de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y de la Universidad de Dalhousie, en Canadá. Esto supone que las especies amenazadas por el cambio climático pueden encontrar formas de adaptarse mucho más rápidamente que a través de cambios en el ADN.
Los investigadores estudiaron un animal conocido como Leucoraja ocellata, en aguas de aproximadamente 7.000 años de antigüedad y significativamente más cálidas que aquellas en las que vive el resto de variedades de esta misma especie.
Observaron así que en la Leucoraja ocellata analizada un gran número de adaptaciones físicas y funcionales que le permiten hacer frente a un significativamente diferente conjunto de condiciones ambientales de su hábitat poco profundo y cálida.
Según los invetigadores, este tipo de adaptación se debe a cambios epigenéticos causados por la modificación de la expresión genética en la que las instrucciones del ADN se convierten en un producto funcional, es decir, proteínas.
Los rápidos cambios en la expresión génica, independientes de los cambios en la secuencia de ADN, pueden permitir la rápida modificación de las características biológicas y posibilitar una forma de adaptación rápida, explican los autores del estudio. Este hecho puede ser vital para la supervivencia futura de tiburones y rayas, ante los cambios climáticos futuros, añaden.
Los investigadores estudiaron un animal conocido como Leucoraja ocellata, en aguas de aproximadamente 7.000 años de antigüedad y significativamente más cálidas que aquellas en las que vive el resto de variedades de esta misma especie.
Observaron así que en la Leucoraja ocellata analizada un gran número de adaptaciones físicas y funcionales que le permiten hacer frente a un significativamente diferente conjunto de condiciones ambientales de su hábitat poco profundo y cálida.
Según los invetigadores, este tipo de adaptación se debe a cambios epigenéticos causados por la modificación de la expresión genética en la que las instrucciones del ADN se convierten en un producto funcional, es decir, proteínas.
Los rápidos cambios en la expresión génica, independientes de los cambios en la secuencia de ADN, pueden permitir la rápida modificación de las características biológicas y posibilitar una forma de adaptación rápida, explican los autores del estudio. Este hecho puede ser vital para la supervivencia futura de tiburones y rayas, ante los cambios climáticos futuros, añaden.
El secreto de la supervivencia
La Leucoraja ocellata fue la especie escogida para esta investigación porque, a pesar de su bajo rendimiento reproductivo y sus tiempos de maduración largos (características que la hace vulnerable a los cambios ambientales), esta especie a resistido 150 millones de años y dos extinciones masivas.
Los científicos estudiaron más concretamente dos poblaciones de Leucoraja ocellata del Atlántico canadiense: una población endémica en peligro de extinción del sur del Golfo de San Lorenzo, y una gran población de Nueva Escocia. En la primera zona, el agua tiene temperaturas veraniegas 10°C más altas que en la segunda.
Al sur del Golfo de San Lorenzo la Leucoraja ocellata ha reducido su tamaño corporal de forma espectacular, en un 45% en comparación con los de la otra población, y tiene un período de vida significativamente más corto, con un tiempo de maduración más rápida.
La investigación de los genes de esta Leucoraja ocellata miniaturizada reveló miles de cambios (unos 3.600) en la expresión génica, con respecto a los otros ejemplares. Según los científicos, esta podría ser la causa de que la especie haya podido adaptarse a aguas menos profundas y más calientes y los desafíos que estas condiciones conllevan.
La Leucoraja ocellata fue la especie escogida para esta investigación porque, a pesar de su bajo rendimiento reproductivo y sus tiempos de maduración largos (características que la hace vulnerable a los cambios ambientales), esta especie a resistido 150 millones de años y dos extinciones masivas.
Los científicos estudiaron más concretamente dos poblaciones de Leucoraja ocellata del Atlántico canadiense: una población endémica en peligro de extinción del sur del Golfo de San Lorenzo, y una gran población de Nueva Escocia. En la primera zona, el agua tiene temperaturas veraniegas 10°C más altas que en la segunda.
Al sur del Golfo de San Lorenzo la Leucoraja ocellata ha reducido su tamaño corporal de forma espectacular, en un 45% en comparación con los de la otra población, y tiene un período de vida significativamente más corto, con un tiempo de maduración más rápida.
La investigación de los genes de esta Leucoraja ocellata miniaturizada reveló miles de cambios (unos 3.600) en la expresión génica, con respecto a los otros ejemplares. Según los científicos, esta podría ser la causa de que la especie haya podido adaptarse a aguas menos profundas y más calientes y los desafíos que estas condiciones conllevan.
Referencia bibliográfica:
Jack Lighten, et al. Adaptive phenotypic response to climate enabled by epigenetics in a K-strategy species, the fish Leucoraja ocellata (Rajidae). Royal Society Open Science (2016).
Jack Lighten, et al. Adaptive phenotypic response to climate enabled by epigenetics in a K-strategy species, the fish Leucoraja ocellata (Rajidae). Royal Society Open Science (2016).