Acudir por primera vez a la escuela estresa a los niños

Los niveles de cortisol aumentan meses antes de comenzar el colegio, según un estudio


The Economic and Social Research Council del Reino Unido acaba de hacer públicos los resultados de un estudio que ha analizado los niveles de estrés de los niños en edad preescolar que se incorporan por primera vez al colegio. Los menores presentaron altos niveles de cortisol en sangre, un marcador de estrés anímico, entre tres y seis meses antes del comienzo de la escuela y al inicio de las clases. Seis meses más tarde, en cambio, estos niveles descienden como consecuencia de la adaptación a la vida escolar. El estudio también ha analizado la relación entre el carácter de los menores y su capacidad de relación, así como su rendimiento académico en función de los niveles de cortisol del organismo. Por Olga Castro-Perea.


Olga Castro-Perea
31/08/2007

Photo Credit: MIKE FIALA/AFP/Getty Images. Arizona News.
Un estudio realizado en el Reino Unido por el Economic and Social Research Council (ESRC, organización líder en investigaciones sobre temas sociales y económicos del país, ha puesto de manifiesto que los niños no responden demasiado bien a la llegada al colegio, denotando altos niveles de estrés entre tres y seis meses antes del primer día de escuela, señala el ESRC en un comunicado.

La investigación, realizada por la doctora Julie Turner-Cobb, de la Universidad de Bath, se centró en analizar los efectos sobre el temperamento infantil y los comportamientos de los niños para averiguar hasta qué punto resultaba estresante para ellos la experiencia de empezar el colegio.

Fueron analizados un total de 105 niños (53 varones y 52 niñas) en edades preescolares, durante 12 meses, además de recopilar información suministrada por 76 profesores relativa a la adaptación de los menores en la escuela. Los niveles de respuesta al estrés de los niños se midieron a través de muestras de saliva recogidas por la mañana y por la tarde en fechas concretas a lo largo de toda la investigación: seis meses antes de empezar el colegio, dos semanas después de comenzar y seis meses más tarde de la segunda medición.

Antes y después

Así, pudo determinarse el estado anímico de los niños antes, durante y después de comenzar el colegio por vez primera en sus vidas, así como examinar la relación entre dicho estado y el comportamiento infantil, la capacidad de aprendizaje de los menores, y su salud física. Por otro lado, se analizaron también el temperamento y el comportamiento en la escuela de los alumnos en relación con sus niveles de estrés y ansiedad.

Los resultados demostraron que la presencia de cortisol o hidrocortisona, que es el esteroide segregado por la corteza suprarrenal humana más abundante en la sangre periférica, era mayor de lo que se esperaba en las mediciones realizadas en fechas comprendidas entre los tres y seis meses antes de que los niños empezaran a ir al colegio.

Estos niveles se incrementaban al comienzo de la escuela, lo que indicaría que los niños sufren estrés en estas fechas, y se reducían significativamente seis meses después, una vez que los niños se habían adaptado ya al colegio.

Influencia de los padres

Lo que más ha sorprendido a los investigadores es el hecho de que los niños estuvieran nerviosos por el comienzo del colegio meses antes de que éste empezara, lo que sugiere que empiezan a sentirse preocupados por el cambio mucho antes de lo que cabía esperar.

Los científicos piensan que este nerviosismo podría estar originado en la preocupación de los padres acerca del bienestar futuro de sus hijos en el colegio, preocupación que trasladarían a los niños sin darse cuenta.

Por otro lado, la investigación ha revelado que los niños con una personalidad tímida o retraída parecen menos estresados ante este evento que sus compañeros más extrovertidos, que mostraron tener mayores niveles de cortisol y mantenerlos a lo largo de todo el día, posiblemente como consecuencia de su propio carácter.

Relación con la salud

Los niños extrovertidos son más impulsivos, lo que les llevaría a más situaciones de estrés a lo largo del día, señalan los investigadores. Hasta ahora se creía que la generación excesiva de cortisol en la sangre, en especial cuando esta generación permanence durante todo el día, podría afectar al estado de salud de los niños, porque el cortisol reduce la capacidad de respuesta inmunológica del cuerpo humano, y su exceso propicia que los niños padezcan algunas de las enfermedades más comunes, como la gripe.

Sin embargo, sorprendentemente, los científicos detectaron que los niños con altos niveles de cortisol a lo largo de todo el día en realidad tenían menor tendencia a coger resfriados durante los primeros seis meses de escuela, además de que se recuperaban antes que los otros si se resfriaban.

Según ha publicado la universidad de Bath, la doctora Julie Turner-Cobb ha descubierto así que los altos niveles de estrés pueden ser, al contrario de lo que se pensaba, una buena protección contra los resfriados comunes en el caso de los niños que empiezan la escuela. Por el contrario, una vez que estos niveles decaen, debido a la adaptación a la escuela, e incluso durante las vacaciones, estos mismos niños tienden a sucumbir más a menudo a las enfermedades clásicas.

Adaptación progresiva

Las mediciones llevadas a cabo en último lugar, seis meses después del comienzo del colegio, demostraron por otro lado que los niños se adaptan bien al nuevo entorno en general, y que los niveles de cortisol en los menores más tímidos o retraídos eran mayores por la mañana que por la tarde.

Según Turner-Cobb, de cualquier manera, la respuesta de estrés inicial ante la realidad escolar es natural, y ayudaría al desarrollo de las habilidades del niño para adaptarse a situaciones nuevas a lo largo de su vida.

Las informaciones recopiladas por los investigadores demostraron asimismo que la adaptación total al colegio dependía mucho del carácter de los menores. En el caso de los más extrovertidos, a medida que avanzaba el curso, su aislamiento social aumentaba durante los primeros seis meses de escuela, lo que se relaciona con sus altos niveles de cortisol constantes.

Por útlimo, aunque uno de los factores de comportamiento analizados fue la capacidad académica, los resultados no señalaron ninguna relación entre los niveles de cortisol en la sangre y el rendimiento académico de los niños ni al inicio del curso ni durante los meses posteriores.



Olga Castro-Perea
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