En 2029 tendremos una complicada cita con un asteroide, advierte el director del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia, Borís Shústov, según informa Novosti. Se trata de Apophis, descubierto en 2004, para el que inicialmente el propio Shústov calculó una trayectoria próxima, pero no peligrosa, para nuestro planeta. Según manifiesta ahora Shústov, el Apophis podría desviarse de esa trayectoria prevista y provocar un daño superior al meteorito de Tunguska. A medida que pasa el tiempo, se conoce más de la trayectoria de Apophis y las hipótesis sobre sus evoluciones se precisan. Pero en el peor de los casos no todo está perdido, advierte Shústov: un motor con diez kilos de combustible, estratégicamente situado en la superficie del asteroide, puede corregir la posible trayectoria fatídica con sólo ponerlo en marcha…